Pérez Venta: el destripador venezolano

¡Santo Cielo! No deja de producir asombro, estupor, y sin duda, mucho miedo el surgimiento en la personalidad humana del terrible regalo del odio que conlleva a la planificación enfermiza y meticulosa del descuartizamiento de una persona indefensa y hasta inocente como la Sra. Liana Hergueta. ¡Es tan misterioso, tan lúgubre, tan indescriptible e indescifrable ese impulso asesino que convierte o transforma a alguien, aparentemente igual a todos los demás y hasta jugador de chapitas como todos ellos, en un ser distinto, diferente, distante, diabólico!

Es tan sobrenatural esa posesión asesina, tan impactante, que hace que un joven como Pérez Venta parezca habitado, endemoniado, poseído por algo que no parece ser de él sino venir de otra parte, de otro mundo, de una forma invisible de poder, como el oscuro demonio del que hablaba Sócrates.

Casi todos los estudios especializados de los más famosos descuartizadores de la historia (Jack El Destripador, Luka Magnota, Peter Sutcliffe, Andrei Chikatilo, Joel Rifkin, Winnie Judd, El Asesino del Torso, Edmund Kemper, Anthony Sowell, Mohammed Carvhalo Dos Santos) arrojan resultados desconsoladores: abandono cuando niños, abusos sexuales cuando niños, problemas entre padres, infancia infeliz. No se conoce (o al menos no pude constatar) que alguno de estos famosos descuartizadores hayan actuado movidos por razones religiosas o influenciados por creencias políticas. Solamente en Inglés Peter Sutcliffe alega que una VOZ fue la que le ordenó cometer tales destripamientos.

Aparentemente los implicados en la autoría intelectual y material del desmembramiento de la Sra. Liana Hergueta actuaron por razones económicas, aunque el Sr Destripador Venezolano ha confesado que le habían encargado otros asesinatos que no pudo cumplir, lo que le agrega un matiz de desestabilización política a este abominable hecho.

Me da miedo pensar que este Sr. Perez Venta, después de un hipotético triunfo opositor en alguna elección por la presidencia de la República, pudiese ser nombrado ministro de Interior y Justicia y Paz o Máximo jefe del Servicio de Inteligencia del Estado. ¿Qué nos habría esperado a todos los que hemos expresado y explicitado nuestra adhesión al proyecto Bolivariano, nuestro amor al Comandante Supremo, y nuestra lealtad a la Revolución Bolivariana?

Solo imaginemos a todos estos señoritos opositores, criados y alimentados por el odio inoculado por la guerra mediática, y apoyados paternal y maternalmente por Capriles, Ledezma, López, Maria Corina Machado, y otros mas, liderizados por, quizá, el mayor destripador en potencia que tenemos, pero que no tuvo el tiempo necesario para lograr todo lo que había planeado para la bella Venezuela y para todos los lideres Chavistas Bolivarianos: Lorent Gómez Saleh, otro loco de la MUD.

Dios nos proteja de estos angelitos destripadores, y de sus protectores.

No volverán.



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Oswaldo Abarca

Profesor de la Universidad Politécnica Territorial de Mérida

 oswaldoabarcam@gmail.com

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