Capriles Radonski: ¿Es fascista y/o se comporta como fascista?

“Ser o no ser”. El señor Capriles Radosnki es lo que desconoce pero si pudiera comportarse como lo que trata de ser como “buen católico de origen esquenazi” evitaría conocerse a si mismo por las diferentes razones que se conjugan en su personalidad sico-social desde sus muy personales expresiones ideológicas hasta lo que podríamos calificar como su “flojera mental e inconstancia” para la seria reflexión que, conjuntamente con su responsabilidad de político de oposición, no logra alcanzar el ser que significa ser un “hombre de Estado”. En nuestro criterio, muy personal, lo que, realmente, es el señor Capriles Radosnki a quien conocemos desde el día en que lo sentaron en la silla del despacho de la Presidencia de la Cámara de Diputados del antiguo Congreso Nacional, es un básico seudo-político pero que logró la colaboración de un secretario y un sub-secretario de Cámara serios que en más de una ocasión “le sacaron las patas del barro”.

En ese marco referencial, nos podríamos preguntarnos el porqué de esas expresiones de adscripción y fanatismo que expresaron las derechas venezolanas con muy serios apoyos de las derechas internacionales durante el desarrollo del “Golpe de Abril” (2002) y del llamado sobre la base de los paradigmas teóricos del “Golpe de Estado” por los llamados del señor Capriles Radosnki y sus “siervos de leva” con sus objetivos a desarrollar en acciones de violencia hacia el consecución del caos a nivel nacional buscando que se declarara a Venezuela como “gobierno fallido” y su consecuencial intervención extranjera que se expresaron durante los días desde el 15 de abril y ss. (2013). Estas acciones de violencia en conciencia nazi-fascista de las derechas venezolanas, como estudioso de la Historia de Europa de los años de la “entre-guerras” (1919-1939), son similares a las expresiones de las grandes masas sociales que se adscribieron a aquellas realidades falangistas, fascista y nazistas durante la pre-Guerra Mundial europea en Alemania, Italia, en España en su proceso de “Guerra Civil”, en Francia, Austria, Polonia, Croacia e, inclusive, en Gran Bretaña cuyo gobierno, por cierto, no se amilanó y “metió preso” al dirigente nazista que abogaba por un gobierno del corte nazi-fascista hitleriano para regir sobre la Corona británica; así como para nadie es un secreto quizás mejor seria expresar que es un secreto a voces que algunos grupos de judíos alemanes (una minoría y esquenazi) se adscribieron a aquel movimiento nazi-fascista que corrió por los “caminos y veredas” europeas con las consecuencias antropológico-racistas de la aplicación de la política de la “raza selectiva y elegida” algo así como las expresiones racistas que se expresan, cotidianamente, en nuestra Patria, Venezuela, desde el campo opositor hacia la realidad antropológica de la composición social de la sociedad chavista.

En anterior texto sugeríamos algunas lecturas dentro de las cuales es, especialmente, importante la de Emil Ludwig (“Tres dictadores: Hitler, Mussolini y Stalin y un cuarto: Prusia” Acantilado. Barcelona, 2012, pp. 167), quien era un intelectual judío alemán, quien se vio en la necesidad de refugiarse en Suiza cuando el nazi-fascismo se apoderó del poder alemán teniendo el honor de ser considerado por Paul Joseph Goebbles como “…un escritor peligroso…”, líder hitleriano que reaccionó, en consecuencia por los principios y la actitud personal intelectual-política e ideológico-etno--religiosa de Emil Ludwig, ordenándoles a las huestes de las SS en conjunción con las actitudes neurótico-esquizofrénicas de la sociedad alemana por la propaganda sustentada en los principios de la ideología nazi-fascista que “…se quemaran públicamente todos sus libros [de Emil Ludwig]…”; obviamente, nazi-fascista que se respete, es violento y racista. En ese mismo orden de ideas, cualquier nazi-fascista que también se respete no solo no estudia ni lee sino que persigue a los intelectuales, a los políticos que se adscriben a las políticas sociales que buscan rescatar a los invisibilizados, a los que comulgan con los derechos humanos de todos los seres creados sin importar su “raza y religión”, que tienen como norma de vida el amor al prójimo al tiempo que asumiendo, con coraje y valentía, los errores humanos cotidianos que son producto, en lo ideológico, de la alienación impuesta por siglos de capitalismo ramplón y reaccionario desde el Renacimiento (siglos XV y ss.) hasta las presentes fechas de revolución continental latinoamericana, caribeña y centroamericana.

Esta descripción personal que nos entregó Ludwig de Adolf Hitler en tiempo real, es decir, en aquellos años previos a la 2da. Guerra Mundial en Europa, es materia de abstracción teórico-intelectual para, sí ello nos lo permite, referirnos a otras experiencias políticas de corte nazi-fascistas en tiempos y lugares ajenos, es decir, en tiempo y espacio diferentes, a aquellas tristes, dramáticas y sangrientas experiencias que experimentaron “en carne propia” ingentes número de seres sociales que, por ignorancia, comodidad, catolicismo extremo, racismo, anticomunismo quienes sin realizar sus reflexiones político-ideológicas, se expresaron en Alemania y los países arriba referidos sin que se produjera en consecuencia la reacción en contrario de dirigentes políticos, de los sectores sociales de la economía, de los miembros responsables de las iglesias tanto protestantes como católicas y de las comunidades etno-diferentes que hubieran podido, asumiendo ellos mismos esas realidades, realizar acciones de calle para confrontar situaciones sico-ideológico-políticas nazi-fascistas que entraban en contradicción con lo “natural-humano” del ser creado y los derechos del ser social.

Hemos tenido la oportunidad de conocer a don Carlos Capriles cuando caminaba por los pasillos de la Escuela de Historia de la UCV en sus momentos de tesista, un intelectual de ideas políticas propias pero sin rallar en lo extremo ideológico, un intelectual reflexivo, gran lector de agradable conversa y respetuoso de los pensares del Otro. Conocimos a Henrique Capriles Radonski cuando alcanzó el “Olimpo político” de los ungidos por los poderes socio-económico-políticos de nuestra Patria en los marcos histórico-referentes de la 4ta. República. Pero ¿Por qué estamos expresando estos comentarios? El intelectual venezolano quien es también político de larga experiencia y, actualmente, se encuentra “en su salsa” como periodista y entrevistador, don José Vicente Rangel Vale (JVR), como columnista publicó su acostumbrada columna ElEspejo (Últimas Noticias. Caracas, 29 de abril, 2013, pág. 18, El PAÍS) titulada: “Deslegitimación de la opción electoral”. La lectura del texto en referencia obliga, como siempre, a la reflexión personal, equilibrada, objetiva y responsable; en este caso específico deseamos resaltar la última frase consecuencial a la disertación político-ideológica expuesta y propuesta por JVR: “…Personajes como Capriles [Radosnki] son un subproducto de esa realidad [explicada en el texto referido]. Es el tema del actual debate…” (Idem).

En ese orden, nos expresamos la siguiente inquietud: ¿sí JVR considera, basándonos en su extensa e importante experiencia en la política venezolana, sus estudios de la teoría política, en sus experiencias como “hombre de Estado”, en lo expresado en el texto en mención que el señor Capríles Radonski es “…un subproducto…”, nos, nos preguntamos, entonces, quién sería, entonces, el producto originario y cuáles paradigmas serían los fundamentales requeridos para que “el origen” produzca, consecuencialmente, a “…ese subproducto…” cual es referido por Rangel Vale en su escrito arriba en mención?

Esta propuesta cual nos obliga a reflexionar sobre quién es, realmente, el señor Capriles Radosnki como “subproducto”, cuáles son sus objetivos políticos reales, cuál es la ideología originaria del “producto” que influye en los pensares del señor Capriles Radonski, preguntarnos si son sus frases propias y/o provienen del “producto” lo que significaría, en caso que solo sea el señor Capriles Radonski “un medio y no un fin en si mismo”, a la obligada inquietud de preguntarnos quién es el “producto”, es una entelequia, en tangible, demostrable, es un paradigma filosófico, es objeto de crítica si es pensante con “cuerpo, alma y espíritu”, es nacional, es internacional, son ambos; por último, cómo debemos y podemos enfrentar con seriedad, objetividad, sin dudas, sin dureza pero con seguridad, en el marco constitucional y de las leyes referentes, en el campo internacional, enfrentar tanto al “producto como origen como al subproducto como consecuencia” con la “mano de acero” como nos dijo, nos ordenó y comunicó nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías y punto.

Como bien propone José Vicente (JV, como lo expresó el Canciller Elías Jaua; otros lo denominan, quizás en baja voz, como “el Cardenal”): “…es un tema del actual debate…” (Ibidem). Ello nos lleva, en basándonos en el escrito referido, a preguntarnos: ¿Por qué de los recientes golpes de estado que se han expresado en Honduras y Paraguay; por qué de los golpes de estado en Chile y Granada; así como, en tiempos algo no tan lejanos en Uruguay y Argentina; como los intentos de golpe de estados en Bolivia, Ecuador y golpes de estado históricamente conocidos en Centroamérica y países caribeños y, por último, los dos (2) golpes de estado en Venezuela (11 de abril, 2002) y, en el intento de golpe de estado del 15 de abril (2013) y, en sus análisis, cual nos permitan conocer “al origen”, es decir, “al producto”, conocer con el comportamiento, gracias a las órdenes dadas, expresiones faciales y corporales, de las reacciones del señor Capriles Radonski cuando se expresa como “subproducto”?

Un “subproducto” es la imagen, una obligada e innegable referencia de “su origen”, es decir, del “producto”; es decir, nos consideramos que existe una simbiosis entre “el origen” con “el producto” en tanto y cuanto consideramos que alcanzan, en esa simbiosis, al UNO sin alcanzar contradicción alguna cuando lo que sustenta tanto al origen como al producto las bases fundamentales teológico-políticas del capitalismo y sus consecuencias en sus praxis históricas tanto estructural como super-estructural. En ese orden, tratemos de ir a lo concreto-real para poder demostrar esa objetiva realidad del señor Capriles Radosnki como “subproducto”; para ello nos es necesario comparar las expresiones del señor Capriles Radonski con las expresiones del Adolf Hitler basándonos tanto en lo expresado por el señor Capriles Radosnki como lo escrito por el señor Emil Ludwig en su texto arriba referido porque, en ese mismo orden referencial, ya hemos expresado en anterior texto que el “lenguaje corporal” del señor Capriles Radonski es “igual y/o muy similar” al lenguaje corporal del dictador-asesino, Adolf Hitler cual se podría demostrar, sencillamente, comparando películas y videos de ambos actores “políticos” respetando las características de la personalidad, los tiempos históricos, las sociedades, las historias, y lo conceptual-teológico de cada uno de los afectados en referencia.

El judío-intelectual, Emil Ludwig escribió en su opinión sobre Adolf Hitler quien opinaba que “…los trabajadores eran hombres miserables; [por tanto] los evitaba…” (Idem, pág. 16) Nos comunica que “…no era todavía orador, pero su cálido y violento modo de dominar a los otros con gritos, sus gestos vivos…” (Ibidem, pág. 15) Para confirmar que “…de su juventud pueden ya desprenderse los elementos capitales de su carácter inquieto…con ese temperamento cálido, con esta proclividad a las locas empresas, se distingue por completo de [Benito] Mussolini…” (Idem, pág. 12) para precisarnos que “…[su] expresión en el rostro, no de un persona que tiene pleno dominio de sí mismo, sino de un convulso demencial…la expresión de un satisfecho sentimiento de sí mismo…” (Ibidem, pág. 11) Como exposición final referida a Adolf Hitler, nos precisa el autor que “…comprendió [Adolf Hitler] que nadie podía elevarle mejor que la desanimada clase media, que estaba desilusionada en todos los sentidos…Hitler ha comprendido y conquistado el alma del pequeño-burgués…como quiera que los Bancos y los señores de la industria querían liberarse de los socialistas con sus exigencias de salarios…daban dinero para este partido popular…” (Idem, pp. 21-22)

Por último, nos permitimos recordar aquellas acciones terroristas que Adolf Hitler y sus huestes de las SS cuando “entromparon” contra el Parlamento alemán buscando crear el “caos y la crisis” del Estado alemán para poder alcanzar en convertirse en el regidor de los destinos de Alemania y del pueblo alemán con las consecuencias conocidas históricamente. Aquel “hecho histórico” se expresó, en su esencia, en el “asalto a la Casa de la Moneda” cuando quien era Presidente, don Salvador Allende, dirigido por otro asesino histórico en la persona de Augusto Pinochet. Otro ejemplo lo tenemos en la acusación de las armas de destrucción masiva que, según George W. Bush, existían en Iraq.

Para finalizar un pensamiento personal para esa persona que siempre hemos respetado: no permita que Gerónimo desentierre el “hacha de la guerra” porque las consecuencias nacionales y continentales podrían producir realidades no deseadas por “tirios y troyanos”.

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Miguel Ángel del Pozo


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