El niño que llora y ellos que lo “pellizcan”

No había tenido la oportunidad de ver el video del niño que llora desconsoladamente al saber de boca de uno de sus familiares que Chávez ganó las elecciones del siete de octubre de este año, no fue sino hasta hoy cuando sintonicé el programa de José Vicente Rangel y éste transmitió el video y comentó en que ciudades se había difundido y a cargo de quien.

Más allá de los datos obvios que se puede rescatar del video; como por ejemplo que los protagonistas del mismo son venezolanos, de alguna región del estado zulia (por el acento característico en el habla), que no son de bajos recursos o de clase baja si prefiere llamarlo así, y que son una pareja joven los que al parecer están a cargo de la crianza de la criatura, jóvenes pero adultos, adultos que emplean la peor forma de ejercicio abyecto de poder, poder familiar en este caso, ignoro si son sus padres o sus tíos... Más allá de esto lo preocupante es diagnosticar cómo hay un trabajo previo con respecto a la figura de Chávez en ese hogar, uno podría imaginar fácilmente que para ese niño; Chávez representa cuando menos un monstruo que iría a comérselo en la noche si resultaba ganador.

En el video se muestra claramente la intención de desencadenar el llanto y la frustración del niño de forma premeditada, se le insiste en el tema generando estrés y angustia, y hay una figura femenina que lejos de brindar consuelo alimenta el miedo interior para que el niño sufra más y así poder grabar lo que querían. Hay persecución, hay instigación, hay satisfacción a cambio del sufrimiento, del sufrimiento de un niño que, como señalo anteriormente ha de ser orientado y manipulado psicológicamente para que sienta rechazo y rabia ante la figura de Chávez.

Resulta doloroso constatar que hay hogares donde esto ocurre, si ocurre bajo el pretexto de la diversión es igual de morboso y enfermo que si ocurre con fines de influenciar de forma psíquica hacia lo político, claro, ud pensará que eso es imposible, porque al ser un niño pequeño mañana no recordará lo ocurrido, debo decirle que no es así, el cerebro humano desde que empieza a desarrollarse en le vientre materno almacena información tanto genética cómo biológica para usarla luego durante su desarrollo, psicológicamente el estrés o el trauma, cuando ocurren en los primeros años de vida, dejan huellas imborrables. Este niño jamás olvidará la figura negativa que representa el líder político al cual le enseñaron a odiar, y peor aún; cuando crezca sentirá animadversión hacía quienes simpaticen con la figura de Chávez o se asuman públicamente Chavistas.

Posterior a este análisis deberían las instituciones del estado encargadas de resguardar la salud física y mental de nuestros niños empezar una campaña de orientación hacía los padres sobre el alcance de las palabras que emplean en su hogar, hacerles saber que si bien como adultos tienes la responsabilidad de criar y formar también pueden deformar a sus hijos ejerciendo ese poder absoluto sobre lo que ellos serán y que opiniones tendrán acerca de todos los aspectos de la vida, mucho más si tratan temas álgidos como la política, la religión o la sexualidad. Sobre esos temas, los niños, cuando crezcan, presumiblemente estarán en condiciones de juzgar por si mismos. Hay que execrar el abuso mental de nuestra convivencia, y hay que condenarla venga de donde venga.

maryualej@gmail.com




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