Capriles, no somos pendejos

Es lamentable que los dueños de los medios de comunicación privados hayan degradado hasta el estercolero la noble profesión del periodismo. Lo mismo ocurre con la política, políticos chapuceros son los responsables de que muchas personas tengan muy mala opinión de ellos. Algunos supuestos líderes tienen fama de mentirosos, los ejemplos más palpables son Rajoy de España, Obama de EEUU, Piñera de Chile…quienes les presentaron a sus electores ciertas ofertas y luego, con increíble desparpajo, no las cumplieron. Estoy seguro que si esos mendaces “dirigentes” hubiesen expuesto la verdadera oferta electoral no hubiesen llegado a la presidencia. De allí la debacle social que se está viendo los referidos países. Algo que no se le puede endilgar a mi comandante Hugo, quien cumple con sus promesas electorales, como es la búsqueda de la felicidad de los venezolanos, traducida en logros en salud, recreación, vivienda, educción y deporte, es decir, el vivir viviendo.

Surge en la política criolla un verdadero desconocido, tanto en los medios estudiantiles, como en los sindicales y en ninguna actividad vinculada a reivindicaciones sociales y de repente, por arte de birlibirloque aparece como candidato presidencial. Se trata del Chocobobo, alias Capriles, alias el majunche, alias chocolate dulcito, alias petimetre, alias el candidato chayota, alias el inepto, alias el desaborizado, entre tantos de los patronímicos como se le conoce. Resulta que el fracasado como gobernador de Miranda, quien es incapaz de mostrar un solo logro en el estado, ni como alcalde ni en su actual desempeño, pretende presentar una oferta engañosa para conseguir votantes en las venideras elecciones. Por esta vía ansía embarcar a mucha gente en una aventura disparatada, dejando un período del más feliz desarrollo de Venezuela en el preámbulo de una malhadada destrucción. Veamos algunas de las ofertas del candidato de la oligarquía:

El Chocobobo, dado el alcance y el éxito de las misiones logradas en revolución, pretende “legalizarlas” mediante una ley aprobada por la AN. ¡Ah manganzón pa´bobo”, parece olvidar que él, junto a su partido PJ (Puro Joder), hizo campaña contra la Reforma de la Constitución donde se incorporaban las Misiones en la Carta Magna. Además de bobo, es desmemoriado, cuando él fue parte de la campaña contra los médicos cubanos de Barrio Adentro acusándolos, para denigrar de ellos, de brujos, paramédicos y agentes de espionajes del régimen de Castro. Si a lo anterior le agregamos los desalojos de los locales de las misiones educativas en Miranda, por parte de la policía que él dirige, nos da una idea de la falacia de las ofertas electorales de su campaña. No cabe duda, el Chocobobo, tiene una extraña facultad de mentirse a él mismo, pretendiendo trasferir ese engaño a los lectores, una manera de convencerlos de sus viles actos, que evidentemente, además de soeces mentiras, son también indignos para un político.

El Chocobobo, sin rubor alguno, intenta presentarse al país como un candidato que es todo amor, alejado de la violencia , que por sus poros sólo transpira afecto y paz, una especie de querubín con alitas enviado por el Señor. No ha pasado mucho tiempo de aquellos aciagos y cobardes episodios contra la embajada de Cuba, tu comportamiento vil frente a la detención del ex ministro Chacín y tu indiferencia ante los ataques a los periodistas del Sistema Nacional de los Medios Públicos. Y más cobardía demuestras cuando tus guardaespaldas agreden una comunicadora en tus narices y tu cara de serafín siniestro muestra una sonrisa cómplice. El Chocobobo no puede ocultar su felicidad cuando hace referencia a la enfermedad de mi comandante Hugo. Tus ojos saltones reflejan las pavesas de una hoguera funeraria y por breves instantes sus brillos parecen conservar el símbolo de la destrucción y la muerte. Capriles, no tienes la culpa de ser un cobarde, lo malo es exhibir con regocijo la cobardía.

En tu campaña, según el libreto que te escribieron, afirmas que gobernarás para todos los venezolanos. Otra mentira más. Por qué no haces público los financistas de tu cruzada. Ciertamente, tienes un Plan de Gobierno, el elaborado por el FMI en connivencia con capitalistas venezolanos y extranjeros, quienes están haciendo aportes millonarios a tu campaña. No cabe duda, en el caso hipotético de ganar las elecciones, tus cómplices saldrán a cobrar sus “aportes desinteresados”. Chocobobo, tú lo sabes bien de avideces, te lo enseñaron tus compañeros oligarcas, quienes hicieron de la codicia una virtud. No les importa invertir colosales sumas de dinero en la campaña del candidato de la MUD para luego devastar el país. Olvídate de tu “autobús del progreso” y quédate con el lujo feroz de los oligarcas al cual estás acostumbrado. Después de la reelección advertirás que mi comandante Hugo continuará alejando paulatinamente a los venezolanos de la desdicha a la cual nos hundió la Cuarta República, cuyos “dignos” representes te acompañan en tu mediocre cruzada electoral.

Todos los venezolanos advertimos la incapacidad del Chocobobo, tu ineptitud para elaborar, hilvanar y mantener un discurso por más de diez minutos. Necesitas un guion para mal leer lo que te escribió algún secuaz, por eso te inventaron el casa por casa. Tus asesores se dieron cuenta de tus limitaciones y tu ignorancia sobre los temas fundamentales de la sociedad.

Infórmales a los campesinos qué vas hacer con la Ley de Tierras, si la vas a derogarla. Si vas a permitir que los terratenientes impongan la ley del déspota invencible. Informa si vas arrebatarle al campesino que trabaja la tierra, confiscadas por la revolución, para devolvérsela a los latifundistas. Como dejar de lado las palabras del candidato de los burgueses, “yo soy el empleador” es decir el patrón. Olvídense de las cooperativas, de los centros comunales, de las empresas socialistas, es decir, de los logros del chavismo. Capriles, al igual que todos los burgueses asevera: el capital es lo importante. No se da cuenta que el capital sin el trabajo es un despojo, una ruina, una especie de sombra. Qué hace un latifundista si no existieran los trabajadores del campo y el dueño de una fábrica sin los obreros. Si no existieran estos, los burgueses no tendría que comer, por muy adinerados que sean.

El Chocobobo ofrece seguridad, pero en el estado Miranda donde él gobierna se tiene el mayor índice de crímenes; ofrece mejor educación pero los colegios que dependen de Miranda no son los más adecuados para una buena labor docente y tampoco, para que los niños reciban una excelente formación. Capriles ofrece construir nuevas cárceles, modernos estadios, nuevas escuelas, tres millones de trabajo, ofrece, ofrece… y no para de prometer, sin saber cómo hacerlo. Le promete a los electores que es capaz de caminar 10 km hasta el CNE, como si tal actividad lo habilita para ser presidente, otro rasgo de su palmaria ignorancia. En tal caso, los excelsos atletas kenianos o etíopes serian unos magníficos gobernantes.

Es importante tener presente, ya vienen las próximas elecciones, debemos apelar a la fraternidad de los antiguos excluidos, hoy los grandes beneficiados, para robustecer el camino hacia otra aurora. No se vence los fuertes sin ser fuertes y para eso se debe acudir masivamente a las urnas el 7 de octubre. Esta será la gran victoria de la otra batalla de Carabobo.

Capriles, los venezolanos no somos pendejos, tu discurso patrañero sólo sirve para engañar a los tontos. Muéstrale la verdad a los electores, infórmales que tu intención es implantar un gobierno neoliberal, similar al de España, Chile, Grecia, Portugal… igual al de todos los infaustos regímenes que han llevado a sus habitantes a un caos social. Sólo existe la única opción que evitará el desconcierto de los venezolanos: la reelección de mi comandante Hugo. Un paracaidista que cayó del cielo para evitar que más nunca vuelvan los perversos oligarcas.



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Enoc Sánchez


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