Cultura y sociedad de madres trabajadoras, de mujeres estudiosas, dedicadas, preparadas, luchadoras, amorosas y a la vez con inmenso temple, de hijas excelentes tanto de sus familias como de la Patria que ayudaron a formar con su esfuerzo y sangre y la que hoy forjan con las mismas aptitudes y actitudes. ¡Grandes las mujeres venezolanas! ¡Grandes y bellas nuestras mujeres!
Así mismo, jamás he utilizado mi conocimiento Psiquiátrico ni Psicoanalítico para desdecirlas de ninguna manera, son las pacientes mujeres las más constantes terapéuticamente, las que llegan al final, las decididas una vez más a tener un presente y mañana mejores, exitosas hasta cuando un malestar psíquico las aqueja. En este artículo les rindo tributo y no pienso hacer una excepción de lo dicho antes.
Es por esto queridos y queridas camaradas que cuando veo que una mujer –que no me atrevo a catalogar de venezolana porque no basta nacer en un país para amarlo- como María Corina Machado “se lanza” a la carrera por la Presidencia cual sueño histérico, en un Centro Comercial, en un acto organizado por Evenpro a un altísimo costo económico y moral, no puedo decir jamás que está loca psiquiátricamente pero sí loca de vacío, de ignorancia política, de irrespeto a su género y a sus compatriotas, loca de dólares yanquis, de desprecio por los pobres, loca de Imperio, siendo capaz de faltarnos el respeto a todas y todos lo que esta locura escuálida representa, lo antitético al SER de la mujer venezolana en toda su extensión. No dejemos pasar esta locura moral, de hacerlo cometeríamos el error de pasar por estúpidos y apátridas sifrinos como ella. ¡Viva la mujer venezolana, revolucionaria y luchadora! ¡Sigamos dignificándola, que dignidad es lo que le sobra y a aquella le falta!
¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Viviremos y venceremos!!!
(*) Médico Psiquiatra y Psicoanalista
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