De Ismael García a los hermanitos Villegas

Estos tipos que aparentan ser ni chicha ni limonada son peores que los ultra-fascistas. Lo cierto es que en esta revolución, de blandengues estamos excesivamente bien, pero de radicales muy mal. En cualquier revolución quien adopte una supuesta pose aséptica, de tipo neutral, ambiguo, ambivalente, por fuerza tiene que caer en el bando de la más pútrida reacción. Tienen estos tentetiesos asignados por el imperio, un papelito bien bajo que es el de colocarse (colgarse) entre dos aguas para intentar que sus juicios nefastos lleguen mejor al sector revolucionario. La verdad es que estos tipos odian y desprecian con furia a los chavistas, y en la misma medida en que van perdiendo la confianza de este grupo se aprestan a venderse al mejor postor del bando de la ultra-derecha. En este plan anda el tal Vladimir, tratando de buscar que alguien le adopte en el mundo de las programaciones de la derecha. Yo pienso que su mayor anhelo es conseguir una colocación en Globovisión (¡qué feliz sería, y cómo se desataría entonces!), como lo logró el protuberante lagarto de Ismael García. De momento Vladimir se mantiene echando tiritos desde ese asco de “El Nacional” (que algo es algo). Por eso no se pierde sus fiestecitas aniversarias, por eso anda amarteladito con Ramos Allup (como el día aquel en que yo lo vi en el Hotel Alba); para eso escribe lo que escribe. En días pasados, poco después de la decisión del Presidente de poner en cintura a Globovisión por la alarma asquerosa que creó Ravell con lo del sismo, su hermano Mario fue a darle su apoyo al super-burgués de Guillermo Zuloaga (quien sostiene que aquí no hubo ningún golpe de estado el 11-A). Aquello realmente daba asco, no sabía el tal Mario como ponerse para que lo vieran tan agresivo, tan ditirámbico y tan servil a Globovisión; estaba igualito al charro de mala muerte del Ismael García. ¡Ah no!, el tal Mario decía que Ravell había hecho lo correcto, que Globovisión es un canal que lucha por la libertad expresión, que prácticamente es la madre de la conciencia democrática de Venezuela. Lo más deprimente fue cuando aprovechó la entrevista para resolver un peo personal y pedirle a Diosdado Cabello que le pagara un dinero que le correspondía por un trabajo que había hecho en una dependencia del Estado. El tal Mario Villegas considera que el cierre de Globovisión sería más grave que el de RCTV. “Chávez está jugando con candela”, dijo. Resaltó que el canal del Estado lo que hace es propaganda, en tanto que Globovisión permite que voces distintas se pronuncien. Villegas cree que lo que debe hacerse ante las amenazas es resistir y se puso a la orden del canal de noticias. Por otra parte, expresó que la respuesta del alcalde Jorge Rodríguez al periodista Nelson Bocaranda fue desproporcionada y debería haber explicado por qué no tiene sus hijos en una escuela bolivariana.

Toda esta mierda junta disparó este señor Mario Villegas. Yo me imagino con el desprecio con que lo veía el Antoneti, quien le entrevistaba: “Vienes tú también a buscar trabajito, pero las plazas están atestadas de los que llegaron primero, amigo; demasiados perros para tan pocos huesos”, revelaba la ladina mirada del Antoneti.

Estos hermanitos Villegas fueron algo así, desde un principio de la revolución, una especie de “mírame, pero no me toques”. Unos individuos que realmente no han tenido ninguna clase de formación ideológica, muy poca preparación cultural, pero además prestos a ahorcarse en el palo más encebado que se les presente. Y hacen su papelote que es el de tratar de aparecer, como insisto, que no son ni chicha ni limonada para quemarse por los dos cabos. Eso no se hace tan inocentonamente. Fíjense muy bien, que apenas se cumple el plan golpista del 1º de mayo por parte de unos manitas blanca, enfermos por la plaga de Globovisión, sale Vladimir a publicar “El potecito de gas”. Sobre el caso del sismo, revienta otra vez Vladimir defendiendo indirectamente a Globovisión con el artículo “Manual para callar a Globovisión” y su hermano Ernesto: “Globovisión, ¿una tormenta en un vaso de agua?” Al tiempo que Mario, como vimos, corría a donde Ravell para expresarle todo su apoyo.el sólo título del trabajo de Ernesto hace ver la cosa como si todo el problema sobre Globovisión es producto de exageraciones del gobierno, sobredimensión de lo que hace Ravell

Qué dolor tan grande para Vladimir Villegas cuando dice: “Hoy, Ledezma y quienes lo acompañaron (el 1º de mayo) prueban de esa misma medicina (gas lacrimógeno) y, sinceramente, no me alegro por eso. Todo lo contrario.” Es decir, te duele Vladimir. Si es todo lo contrario es que te escuece el alma. ¡Que te mueva a moco un hijo de puta como Ledezma que luego salió en volandas para Margarita para darse un baño de delirio super-oligarca!, a dónde has llegado, coño. Un bellaco como Ledezma que anda empujando a todo galope un golpe de Estado, que se ha vendido como lo que es toda la vida a la más envilecida burguesía, tú el hijo de un luchador esclarecido de la clase obrero, adolorido por esa lacra. Y hablas además de “cultura represiva” porque los tipos querían otra vez formar la de Dios es Cristo en pleno centro. Es decir, tú ya eras un infiltrado cuando aquellos bandidos el 11-A marcharon con Carlos Ortega a la cabeza para derrocar a Chávez. Si le hubiesen parado el trote a tiempo de seguro habrías salido a decir que los reprimían a mansalva. Y no le eches la culpa de la de Yuban Antonio Dugarte Ortega al gobierno. Como periodista te deberías informar bien y saber que William Dávila Barrios estuvo incluso dentro de la policía aupando la rebelión de éstos. Hay allí un por una banda de “metreros” que fue fundada durante el mandato de Lusinchi y que responde a lo que le manden los adecos.

¡En lo que has terminado Vladimir!, llevando una vida totalmente gris después de una cadena de lánguidos cargos en los que nunca verdaderamente te distinguiste como revolucionario. Estuviste de Secretario del Congreso o de la Constituyente, después por VTV y luego no te acompañó la suerte como embajador en México. Pero tu peor error fue creerte periodista de alto pedigrí, de esos que se creen con amplio criterio profesoral para hablar de todo. En realidad, Vladimir, desde que te has ido distanciando del chavismo se te ha ido notando mejor la pose que te gastabas.

Con las amarras sueltas, te inventaste o te inventaron un programa con aquella gafita de Idania Chirinos en el que aparecías en la introducción con una ridiculísima pose, espalda con espalda, copiado de programas gringuitos de los que suelen aparecer en TV-Azteca, Telemundo o el show de Don Francisco. En ese programa con tus mostachos enrarecidos te diste el gustazo de entrevistar a tu pana del alma, Teodoro (el que le dijo a su madre, ¡levántate Lázaro!). De todo se reían. Teodoro estaba feliz como un carajito. Qué simpáticos todos, y Vladimir, no encontrabas qué hacer para halagarlo con chistes, “buenos modales”, bromitas subliminales y sonrisotas que se veían que eran más falsas que un medio liso. Ni así tuviste suerte. Qué vaina.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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