CABAÑUELAS

El miedo y las máscaras (1)

Usar el petróleo como instrumento de liberación, de integración y de solidaridad lleva consigo una importante carga simbólica que opone ese elemento energético a la política expansionista y terrorista del capital imperial.

Venezuela está desarrollando unas relaciones exteriores de concordia y colaboración con los países de todos los continentes, al mismo tiempo que denuncia, desenmascara y golpea las acciones genocidas, demenciales, del gobierno del señor Bush.

Ese uso inteligente del recurso petrolero expresa la esencia de lo que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela ha llamado “El Socialismo del Siglo XXI”: una amalgama de conceptos provenientes de la solidaridad cristiana, de las ideas libertarias, americanistas e igualitarias de Simón Bolívar, el pensamiento de Simón Rodríguez, y buena parte de la filosofía y economía marxistas, junto a experiencias colectivistas del universo precolombino.

Más que una resurrección de los llamados socialismos reales, la propuesta del líder venezolano plantea un novedoso proyecto que expone de manera recurrente en escenarios europeos, asiáticos, africanos, y los muy fraternales de América, no sólo la del Sur, sino también en el corazón de emblemáticos sectores del pueblo norteamericano.

Mientras esto ocurre los dueños y los defensores de medios de comunicación masiva representativos del pensamiento neoliberal, persisten en manipular la realidad, deformarla y pervertirla para mantener una matriz de opinión que incide primordialmente en los más enajenados niveles de las capas medias de nuestras sociedades.

La burla y la caricatura; el desprecio a las tradiciones y expresiones populares; la arrogancia y el lenguaje ofensivo, sutilmente manejado pero de una feroz agresividad, conforman el discurso sostenido desde cuando el Proyecto Bolivariano marcó con, si se quiere, timidez política inicial, el perfil de su propuesta revolucionaria.

Pero la realidad supera al caos, a la confusión y al terror impulsados por los saboteadores petroleros y los golpistas traidores, promovidos y organizados por los cultores massmediáticos, las trasnacionales y el pentágono.

La clase media empieza a romper el miedo. Las máscaras sostenidas por el capital y sus medios comienzan a rodar.

El pueblo se organiza en consejos comunales; las universidades producen sus propias radiografías. Las encuestas –para los deificadores electorales- dan el 76% de aceptación a un líder que no ha iniciado aún su campaña electoral.

Y comienza a dar vergüenza secundar a los Orlando Urdaneta, los Leopoldo Castillo, los Orlando Fernández y todos los disociadores que durante tanto tiempo han manipulado a la opinión pública.

El miedo al terror mediático desaparece y las máscaras ruedan ante la realidad del desarrollo triunfal del proyecto Bolivariano.

 

nunezsilva@hotmail.com    

Paso Real, 12 de Julio de 2006   



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Tito Núñez Silva


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