Auditórium

¿Perfeccionando la censura?

“Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en si mismo”                                                                                                                                  

Sófocles…

Hablar o escribir sobre los aciertos, y los errores del proceso revolucionario bolivariano en Venezuela. Con ideas y opiniones, en mi caso particular siempre he fijado mis respectivas posiciones, obviamente (pienso yo) dentro del campo de la Revolución.

Menos mal que existe www.aporrea.org  que es por donde se puede lograr la expresión, y donde se ha desarrollado un conjunto de ideas, en las que se ha logrado estructurar un pensamiento económico, político y social de extraordinario atractivo para algunos burócratas del gobierno bolivariano que se han interesado por los temas que en este portal se debaten tanto en Venezuela como fuera de ella.

Los lectores que conocen  mi estilo de opinión investigativo en estos menesteres, basados en el debate abierto y fraterno con todos aquellos  que tengan algo, o mucho que aportar, proponer en relación con ideas, acciones o actividades tendientes al perfeccionamiento social, y al establecimiento de una Venezuela mejor  que estoy seguro, y es posible de lograrlo. 

Venezuela ha crecido interiormente durante estos 13 años del gobierno bolivariano. Las mayorías que componen su pueblo han visto legitimadas sus preocupaciones e inquietudes, y que ahora se reflexiona sobre la posible reversibilidad de la revolución bolivariana.

Los que estamos convencidos que la manera más revolucionaria de resolver los problemas es asumirlos, y cuando no lo hacemos, cuando no somos autocríticos con nuestro gobierno, los enemigos se apropian de la tarea crítica, y la convierten en un arma contra la revolución.

Siempre, desde que entré a la prensa venezolana hace más de 20 años, y  15 con el MVR/PSUV, he  estado muy seguro que silenciar las deficiencias y los errores los agranda, y se multiplican, los que creen que hacer públicos los problemas es prestarle un servicio a la oposición, aunque en los diferentes momentos más difíciles del proceso revolucionario bolivariano, Hugo Chávez ha sido siempre el primero en reconocer las cosas que cuando  andan mal.

El bombardeo mediático nacional e internacional, han condicionado que el síndrome del silencio, este ganando la partida a pesar de la lucha contra él, en el sistema de medios públicos, y ha servido también para potenciar la mentalidades más estalinistas dejando amplio espacio a burócratas y dogmáticos, conscientes e inconscientes que repiten, sin saberlo quizás, la mentalidad del terror estalinista.

Cuando se censura arbitrariamente a un revolucionario incómodo porque dice lo que piensa,  o no coincide con los métodos que se emplean en el sistema mediático publico, cuando se condena al silencio, y al ostracismo a aquel que discrepa dentro de los principios revolucionarios. Se está violando la esencia misma de la revolución, y el socialismo.

La  revolución bolivariana, ha estado  signada por contradicciones, polémicas, diferencia de criterios  mal encausados, llevándolos al traste con los más malos propósitos, y que están demostrando, y negando la imprescindible unidad que debe reinar hacia el 7-O, la cohesión para enfrentar, y vencer a los enemigos de la revolución bolivariana, brillan por su ausencia.

La lealtad a los principios revolucionarios no se puede confundir con la complicidad, con lo mal hecho, con lo que no funciona, con las ineficiencias, y errores que a la larga ponen en riesgo la continuidad de la revolución el 7-O. Hay quienes piensan que cuando se señala cualquier deficiencia se está cuestionando a la revolución, y bajo ese criterio se escudan, y justifican  muchos necios. La mayoría de los venezolanos tienen bien claro la diferencia entre lo bueno de las ideas, y la obra de la revolución bolivariana, y todo lo que la daña.

Los logros innegables no se pueden ocultar, los problemas reales que enfrenta el país, y que requieren para su solución cambios conceptuales y estructurales. Comprender tales verdades es la razón de que se manifiesten criterios, y opiniones empeñados en llamar la atención sobre la urgencia del perfeccionamiento del socialismo venezolano. Como es lógico, porque toda propuesta de desarrollo, de progreso se da necesariamente mediante las contradicciones, la diversidad de puntos de vista, y la sabiduría de consensuar las diferencias para lograr la unidad de criterio, es elemental y no ese adefesio: “de que si nos estás conmigo, estas contra mí”, que a la larga lo que hace es menguar las fuerzas positivas que se pueden sumar a la revolución bolivariana.

Hoy en día la misma burocracia revolucionaria  con unos perversos mecanismos, y métodos  está impidiendo el desarrollo de las propias fuerzas creadas por la revolución bolivariana, de la misma manera que se sigue acudiendo a fórmulas que ya fueron negadas por la historia en el siglo XX, que funcionaron en esas épocas pero ya no tienen razón de ser.                                                 

Muchos cambios hasta ahora aplicados, no han funcionado hasta ahora en provecho de la sociedad. Mucha critica que se ha utilizado, nada tiene que ver con la restauración, como lo hacen ver algunos enemigos ,y algunos camaradas que sin saberlo le hacen el juego al enemigo que anda en apuros porque en Venezuela no se abra un debate entre los que apoyan al Gobierno Bolivariano.                                                                                                                                                   

Esta certidumbre ha hecho que se perfeccione la censura, para señalar  solo dos ejemplos: “él problema del agua contaminada, y la expulsión del Gato Briceño del PSUV”, una censura ridícula por su desconocimiento de la realidad, y peligroso por su irresponsabilidad, al incrementar las amenazas, donde se ha revivido al siniestro Fiscal estalinista Andrei Vichinsky.

Y, claro, esas amenazas sirven de argumento a cierto sector retardatario para esgrimir preocupación por la crítica, el debate etc.

En la revolución bolivariana la ausencia del  escenario del debate  en su interior la vuelve contradictoria,  sin esperanza. Contradictoria por la misma complejidad de la realidad,  donde unas mentes dogmaticas en unos, y donde otros prefieren tomar riesgos,  donde una preocupación natural por un liderazgo que ha funcionado durante estos trece años, amenazado ahora por las leyes de la existencia humana, lo cual nos obliga a tomar el tiempo muy en cuenta.                                                                                                                                                      Donde se este seguro que la dirección política en el gobierno no pase por alto las opiniones, y sugerencias de los afectos al proceso bolivariano, porque el contexto  político es favorable a la revolución bolivariana.

Los medios de comunicación tienen que continuar presentando temas críticos,  he ir  informando sobre las soluciones que se van encontrando, sobre las políticas de inversiones que se hacen, y reconociendo los problemas existentes. Por supuesto que todo el pueblo venezolano no tienen la misma visión del entusiasmo.  Porque existen siempre los pesimistas, los escépticos, los indiferentes etc.                                                                                                               

En Venezuela se sigue aplicando modelos anacrónicos del modelo socialista del siglo XX. La historia siempre ha demostrado que la censura arbitraria pone turbio el ambiente creador, la opinión tiene cerrado los espacios en el sistema de medios públicos, siendo esto muy  contraproducente que sigan existiendo funcionarios que no responden a los reclamos y quejas de los ciudadanos, ya que no encuentran el apoyo institucional que merecen.

Hay mucha resistencia hacia un verdadero socialismo humanista en aquellos dirigentes con una mentalidad anquilosada, o los que temen que les afecten su status burocráticos.                                      

De esto continuar así existirán permanentemente las polémicas, los desentendimientos, las desgarraduras como en todos los procesos de cambios reales. Siempre habrá quienes satanicen las exigencias revolucionarias de los que no creen en el modelo estalinista, pero nada ni nadie podrá evitar que fluya la corriente renovadora de este mundo globalizado, y que ha hecho su aparición en el debate de la modernidad que tiene los signos de la contemporaneidad, y  la inteligencia, ya que con la fuerza que se encause dependerá el futuro de Venezuela.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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