En una silla diseñada con toda la ciencia de la ergonomía o sea bien hecha, con espuma y cuero científicamente distribuidos para que el culo y la espalda se sientan cómodos, todos nos sentamos felices y se da por sentado, que esa es la función para la cual la silla fue hecha. Pero resulta que si tomamos esa silla y se la RRRReventamos en la espalda a nuestro compañero de oficina partiéndole tres o cuatro costillas porque es mejor que nosotros haciendo su trabajo, entonces, convertimos esa inocente silla en un arma mortal.

La mismísima vaina pasa con los medios del mundo y concretamente con los medios en nuestra Venezuela. En esta nota, podría tomar cada nombre de periódicos, televisoras, radios, revistas y libros que se hacen con el propósito de desinformar, alienar e idiotizar a la humanidad, y dar rienda suelta a mi concepto señalando a cada medio de comunicación directamente. Pero, además que la dirección del señalamiento no debe ser el nombre de los medios, la hipocresía me lo impide, porque nos vienen enseñando que debemos perdonar a quienes hacen de nuestras mejillas de acero una papilla. Hipocresía que es la misma que todos estamos ejerciendo cuando nos da miedo llamar por su nombre a toda esa partida de… que ejercen en los medios, cómo son sus “propietarios”, grupos de prensa como la tal SIPote de comemierdas, periodistas, artistas, entrevistados y analistas que con sus rostros lavados, computadoras y voces, acomodan el mundo a su antojo a través de los medios. Cosa que debemos entender, que los medios, medios son y quienes los utilizan para todo tipo de maldad, esos son los que son.

Los medios son una de las formas que la creatividad del cerebro humano y la tecnología nos concedió para que la palabra y las formas de la comunicación de los hombres y mujeres del mundo se masifiquen supuestamente para el bien. Pero de conocimiento público mundial, es que, el hombre tomó todo lo bueno que aquella palabra dijo, “y vio que era bueno” y lo toca, trastoca y retoca para sus fines que generalmente es malvado cuando lleva el sello del maldito capital.

No podemos seguir mencionando los medios como los únicos culpables, porque es la forma de generalizar el pecado de la misma manera que el religioso tapa sus faltas. Los medios no tienen nada que ver con este asunto, porque los medios, lo sabemos bien sabido, también son la única herramienta que usamos los que creemos en nuestro proceso y creemos que la humanidad puede enrumbarse por otro camino usando con ese fin todos los medios de comunicación.

Un camino que los malditos que usan de forma malvada los medios de comunicación, nos dibujan según sus intereses; y nosotros atacamos los medios y los insultamos y decimos que la televisión es una mierda que daña a nuestros hijos y entierra miedos y antivalores a nuestros juventudes; pero dejamos al programador, al presentador palangrista y al actor, incólumes de su maldad. Un camino retorcido por la radio que con sus voces de palangre, toman la mente del campesino, al ama de casa en nuestros barrios y la provincia, y la confunden entre noticias faranduleras de poca monta, entretenimientos, novelas y música alienante, y desquicia la vida de cada escucha. Un camino de una prensa escrita que periodistas amarillistas pro-capitalistas, manchan con sus mentiras y sus sofismas de distracción. Mientras tanto, esos malditos que “ejercen” detrás de micrófonos, pantallas y computadores, son intocables por nosotros porque respetamos al enemigo y la hipocresía nuestra los disculpa.

Todos, hombres y mujeres que ejercen los medios, son los únicos culpables del despelote humano y es a ellos que debemos enfilar nuestros escritos, programas y opiniones por el bien de la humanidad. Todos sabemos quién es Ismael Cala y todos los cínicos del palangrismo que irrespetan a la humanidad en CNN. Todos sabemos quiénes son los propietarios del grupo FOX o el grupo Prisa. Todo el mundo en Venezuela sabe la vida y obra malvada de cada locutor y presentador de televisión o periodistas que vende su alma al capitalista. Debemos enfilar, repito, nuestra labor humanista para desenmascarar a cada uno de los “tra-bajadores” de esos medios y librar al mundo de esa escoria que convierte la comunicación en lo que hoy se convirtió.

En conclusión, debemos cambiar el concepto que tenemos de los medios porque los medios medios son y, sólo los dueños y palangristas y afines que ejercen en los medios de comunicación, esos son los que son. ¿O debemos seguir siendo hipócritas con los “progresistas” que avalaron la invasión a Libia a través de los medios? Como también, los que ejercen en los medios, fue por los medios que nos embutieron el sueño americano y trastocaron la historia pasada y actual a su antojo. Quienes ejercen en los medios y no los medios, aúpan, para que el capitalismo trate de refundarse por ellos, y siempre decimos que la prensa dice, pero lo dijo alguien usando los medios y justifica y reinventa la refundación del capitalismo salvaje de la misma forma que la inocente silla se convirtió en el arma que el envidioso usó para partirle las costillas a su compañero en la oficina.



¡Patria socialista o muerte!

Con Chávez hasta la victoria siempre!

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