Editorial Diario Vea

Durante la guerra civil española (1936-39), es conocida la labor realizada por la quinta columna en la rendición de Madrid a las tropas franquistas, que no habían podido conquistar la capital española debido a la heroica resistencia de las fuerzas republicanas, en particular el Quinto Regimiento. Franco tuvo que recurrir a la traición de un grupo de militares y civiles que se apoderaron de los comandos republicanos para neutralizarlos. Utilizó cuatro columnas para atacar a los republicanos que durante cuatro años resistieron heroicamente los embates enemigos.

Las cuatro columnas recibieron el apoyo de los saboteadores que minaron la resistencia. Ésa fue la denominada "quinta columna". El término fue utilizado cuando Hitler invadió Francia, Checoslovaquia y Polonia, con el apoyo de grupos de traidores de la burguesía de esos países, especialmente en Checoslovaquia, que se pasaron a los nazis.

En este proceso revolucionario, los escuálidos cuentan con el respaldo clandestino de grupos incrustados en entes oficiales. Así tenemos información presentada por valiosos compatriotas que señalan con nombres y apellidos a estos provocadores.

Por ejemplo, en este grupo figuraba quien fuera jefe nada más y nada menos que del Servicio de Inteligencia de la DISIP, Walter Peraza. Desenmascarado se refugió en una finca que poseía en el estado Portuguesa.

Son elementos que crean problemas en el seno de entes oficiales, ya torpedeando los créditos así como presentando todo género de dificultades a consejos comunales, contraloría social y otros grupos populares. Son los que impiden que bajen los alimentos a manos del pueblo, sabotean el suministro de energía eléctrica, o el de agua potable, a las comunidades.

Son funcionarios que no se sienten identificados con el proceso revolucionario. Inventan normas, toda clase de pretextos para retardar e impedir que los logros del presidente Chávez lleguen al pueblo. Participan en el colapso de hospitales y centros de salud. Se dice que el Departamento de Energía y Petróleo que opera en La Campiña tiene un buen porcentaje de quintacolumnistas, quienes incluso no ocultan su animadversión contra el presidente Chávez. Inventan requisitos y normas supuestamente legales para ocasionar el descontento en la población, en los usuarios.

Debería designarse una comisión de alto nivel que investigue a fondo tanto las denuncias como el comportamiento sospechoso de "servidores" del Estado. Allí está el caso del Consulado General de Venezuela en Miami, hay denuncias de reuniones con Gabriel y Leopoldo Castillo Bozo, prófugos de la justicia venezolana, ex propietarios del intervenido BanValor, así como encuentros con la Patricia Poleo y otros golpistas.

En ningún momento hay que bajar la guardia. Hay que desenmascarar y enfrentar a la quinta columna. No darle tregua. La contrarrevolución será implacable. Por ello debemos reducirla a como dé lugar. Defender al presidente Chávez en todo momento sin que nos tiemble el pulso.



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