Auditórium

Alberto Nolia dijo: ¿Fascismo puro?

Argumentando con razones, sin descalificaciones ni insultos de baja estofa,  la política venezolana está derivando hacia fórmulas auténticamente fascistas, es decir, no revolucionarias sino autoritarias.                                                                                                                                                                               El hecho de que la política en Venezuela se desarrolle bajo mecanismos parlamentarios no la aparta de dicha valoración. Es de recordar que Mussolini y Hitler, arribaron al poder por mecanismos de la representación popular.  Stalin, y los sóviets se organizaron de forma asamblearia, de abajo hacia arriba. Y no por eso esos regímenes  fuero n susceptibles, a las prácticas de persecución al disidente, y de una total ausencia del pluralismo ideológico, ya que su propia naturaleza era ideológicamente totalitaria, no pudiendo nunca   calificarse como democráticos desde la óptica liberal.                                                                                                                                                                                             El sistema político venezolano aparentemente es plural en lo formal, pero de tendencias  hegemónicas en la práctica. Es muy evidente que los medios de comunicación no gozan de una libertad real, tampoco las asociaciones y entidades gremiales, gozan de verdadera igualdad ante las administraciones jurisdiccionales del estado venezolano. Existen prácticas de un  verdadero ostracismo, para no decir de segregación. La persecución con amenazas de multas y cierre a los periódicos que etiqueten los sucesos de muertos, a causa de la inseguridad es de terror, cuestión que ruboriza en el actual proceso de cambios, más formal que real, en el que estamos insertos. El socialismo democrático siempre ha ido de la mano, con la idea de libertad, igualdad y fraternidad, ligada al concepto de la democracia formal.                                                                                                                                                                               La prohibición de sacar fotos de los muertos por la inseguridad, es la muestra más  palpable de querer derivar hacia el totalitarismo. La aseveración de Alberto Nolia conductor del programa “Los Papeles de Mandinga” por VTV el 18/08/2010, cuando dijo: “La foto es un documento, la foto es real, es de mal gusto, pero el mal gusto no es delito. No se puede ser pacato, la pacatería es de derecha, la LOPNA otorga muchos derechos a niños delincuentes es el compendio de la imbecilidad humana”. Totalmente de acuerdo con usted Profesor Nolia en su apreciación, y además cuando expresó: “En este país con altos índices de inseguridad, un menor que mata a una o varias personas, es un asesino, es un menor infractor. Se crean niños delincuentes amparados en la impunidad”.  Hay muchos ciudadanos como yo a los que no nos gusta este espectáculo de necrofilia de mal gusto  por razones diversas, o simplemente por pertenecer a latitudes de Venezuela donde esta practica periodística no ha tenido mucho arraigo. Como también hay gente a la que no le gusta la política, por considerarlas una actividad de la corrupción, que puede ser considerada arcaica por la forma como la manejan, de una forma antropológicamente ancestral. Tampoco me gusta ver cómo se asesinan decenas de venezolanos producto de la violencia todos los fines de semana  en los sectores populares de Venezuela. Seguro que habrá gente a la que le apetece ver este tipo actividad de sucesos periodísticos. Pero por eso a ninguna autoridad, se le debe ocurrir censurar o cerrar a un medio por esa practica, hasta ahora, prohibir sacar fotos de cadáveres, también se podría prohibir la venta de cervezas, y de licores que consumida en cantidades excesivas resulta nociva para la salud, o las máquinas expendedoras de terminales, o el guarapo de papelón o la Pepsi, que parece ser que eleva la glicemia. O qué se yo qué más. Con todo esto lo que quiero decir es que entramos en una etapa cotidiana de la subjetividad que en nada tiene que ver con la pluralidad de opciones ante la vida, pues eso es la libertad: El poder elegir leer entre diferentes posibilidades, con una información previa y veraz, que nos permita valorar entre las diferentes alternativas que se nos presentan diariamente.                                                                                                                                                                                A mí el amarillismo periodístico, no me gusta pero tampoco, me afecta en lo personal. Hay muchas personas a los que les encanta ese espectáculo, y a nadie debe ocurrírsele por muy autoridad que sea, prohibirles ver o leer los que le de la gana, por mucho poder que tengan para hacerlo. Por mucho que me parezca una  noticia cruda y bárbara. Lo que ocurre es que a lo mejor mi punto de vista es sólo una minucia en el paisaje de catones de la revolución. Pero hay que entender que existan otras maneras de ver las cosas, pues de lo contrario, de imponerse un único enfoque, estaríamos en eso, entrando en una sociedad regida de forma totalitaria, exclusivista y sectaria. Eso es, precisamente, el fascismo, mirándolo desde un enfoque conceptual.

Percasita11@yahoo.es  



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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