La tierra enferma (V)

El calentamiento global no se resuelve porque no tiene fronteras.

Al no tener fronteras los cambios climáticos, los países industrializados culpan de estos a las naciones pobres y estos a los países ricos ¿Quién debe dejar de desarrollarse los ricos o los pobres? Los científicos ambientalistas que ahora son políticos culpan a las 6700 millones de personas como los culpables de los cambios climáticos, y ya. Todos sabemos que todo esta contaminado, todos sabemos que eso es un gran problema, pero, mientras tengamos cama, dama y chocolate… allá, que sufran los más afectados, esto es endosar la responsabilidad al calentamiento global y no es así.

La humanidad y los gobiernos en vías de desarrollo sabemos que la solución está ahí, en la misma ecología para un remedio tecnológico simple, dejar de contaminar. No se resuelve porque el G8 lo impide, el problema no es la contaminación en sí misma, la problemática esta en la política, el comercio, el dólar de la energía fósil, allí surge la burocracia internacional.

James petras hace tiempo decía:”la existencia de una burocracia internacional inoperante que hace del medio ambiente su tema, su honestidad básica, su forma de vida y elabora incluso una doctrina que la sostiene como medio de producción y reproducción para la clase alta”.

Suena trágico dice Sergio Fedelobisky en su libro “El medio ambiente no le importa a nadie”. La burocracia internacional se reunió en 1992 en Río de Janeiro para elaborar un listado de tareas concretas sobre problemas a resolver inventariados en un libro “nuestro futuro común”, debe haberse tratado de un futuro lejano dice Fernando, pues, una década mas tarde se encontraron en Johannesburgo para celebrar el décimo aniversario de lo que no se cumplió y recitar los mismos problemas pero agravados.

Perón decía que: “cuando uno no quiere resolver un problema debe armar una comisión que se ocupe de él”. Quedo atrás Kyoto, viene Copenhague, allí radica el asunto de la fronteras como si el calentamiento global es un asunto de estados, es un problema mundial como lo es el capitalismo, causante de este embrollo planetario. La ONU manifiesta que, “los problemas ambientales se mitigaran cuando disminuya la pobreza”, ese pronunciamiento es para lavarse las manos por su rotundo fracaso como organización encargada de la paz y la unión mundial, cómodamente asentada en New York, alquilada por la nación que mas daño hace a la humanidad y al medio ambiente EEUU, la ONU ni siquiera piensa ser neutral para unir a las naciones del planeta en su trabajo de contrarrestar los problemas sociales y ambientales. El planeta no es la suma de todos los países inscritos en la ONU los cambios climáticos no pueden ser resueltos frontera adentro por ningún estado, nadie por si solo puede asumir la complejidad del problema ambiental.



Es increíble que tras la segunda guerra mundial, época en la que se produjo la mayor cantidad de adelantos científicos y avances tecnológicos sigamos de mal en peor con el medio ambiente, a primera vista se nota que la ecología no avanzo a la par de la ciencia; la economía capitalista siempre indolente absorbe todo el CO2 que puede, no solo para afectar la atmosfera sino el agua de océanos, ríos y lagos, el futuro de la tierra bordea el colapso, porque el aumento de temperatura es inminente en los próximos años.

Tenemos que meter el cuerpo en el fango de la contaminación para dejar de interpretar el mundo según nuestra conveniencia y empezar verdaderamente a transformarlo conformando una conciencia respecto a la anomalía tecnológica producida por las naciones más industrializadas.

Transformar la realidad significa que las naciones en vías de desarrollo al momento que el G8 capitaneado por los Estados Unidos decida reducir la emanación de gases de efecto invernadero para parar el calentamiento global, las naciones pobres reciban ayuda económica para poder equilibrar los gastos sociales que un proyecto de esta magnitud exige. Si estos temas económicos, no son tratados en la próxima cumbre de diciembre en Copenhague no estaríamos haciendo nada, porque, no se trata solamente que la administración Obama, la Unión Europea y China acepten reducir las emisiones de gases, tienen que hacerlo ya, y de una vez fijar un calendario financiero de ayuda al sur o condonar las deudas externas, ya que ellos son los principales deudores ambientales por consumo de energía fósil.

Las sequias que en estos momentos afecta a las naciones andinas de Sudamérica es porque están sufriendo una reducción de hasta un 70% en el agua de escorrentía (agua de lluvia que circula por la superficie) incluso los modelos ambientales advierten una gran reducción del cauce del rio Amazonas, dice el fondo de población de Naciones Unidas, Unfpa, basado en un informe del servicio meteorológico del Reino Unido, quien además pronostica que, las cosechas de cereales disminuirán en un 20%, la hambruna aumentara para cientos de millones de personas en África subsahariana, Asia central y en gran parte de Latinoamérica.

Las islas del pacifico y ciudades costeras como Guayaquil, Bangladesh, se verán gravemente afectadas por la subida del nivel del mar y las marejadas, se estima que un incremento entre 40-50 cm, significara que cada año hasta 200 millones de personas sufran por las inundaciones, este equivale a un desplazamiento forzado de personas dentro de los países y a través de fronteras. Esto conlleva a un fuerte incremento de los presupuestos públicos, reducción de puestos de trabajo y de los ingresos en cada nación.

Algunos daños son ya irreversibles afirma Free de Koning experto en cambios climáticos de Conservación Internacional, sentenciando que sin una verdadera reducción en la emisión de gases de efecto invernadero, los escenarios pronosticados serán peores.

El asunto económico para frenar el calentamiento global es prioritario para nuestros países, los efectos ya se hacen sentir afectando nuestras economías, y no es una cuestión de Estados, es una realidad regional y como tal debemos enfrentarla. Brasil, Argentina, por ser las naciones más grandes deben sumarse en esta cruzada regional. En Copenhague esta nuestra última oportunidad que el G8 entienda que, de ellos depende la solución en un 80% para reducir el efecto invernadero.


rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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