Ciencia- tecnología y política

El sistema económico y la ideología política imponen restricciones al desarrollo de la ciencia y la tecnología, por el sencillo medio de escoger los sectores favorecidos.

La investigación militar y los estudios ambientales nos brindan un ejemplo muy ilustrativo. Los gastos de defensa se incrementan en un 40% cada año aproximadamente, en esos gastos hay nueva tecnología y años de investigación científica con enorme presupuesto económico. Para la investigación de los cambios climáticos, el apoyo económico es muy escaso o manipulado.

Para el G8, el más importante eslabón es la tecnología entre la economía, la sociedad y el ecosistema del que depende la ciencia y la tecnología, estan siempre sujetas a una considerable mira social. Numerosísimas pruebas existen sobre la tecnología usada, que hoy dominan la producción de estos países, están en conflicto con la naturaleza aumentando la crisis social.

Después de Hiroshima, “se evidencio que la ciencia no es fiel a la humanidad sino a su propia verdad, y que la ley de la ciencia no refleja la ley de lo bueno, de lo que la humanidad cree que es bueno en el sentido moral y humano sino la ley de lo posible por conocer, y la tecnología hace todo lo posible por la frustración, verdadera y degradante frustración en la que nos vemos sumidos en la actualidad”. Lo dijo, Archibald McLeish en su libro: “Frustraciones de los que creen en la prioridad de los valores humanos”.

Frustración que no nos dejara hasta que volvamos a creer en nosotros mismos, hasta que asumamos el gobierno de nuestras vidas y el manejo de nuestra política y medios. De lo contrario, hay que empezar hacer planes para compartir el mundo con las maquinas. ” Las maquinas requieren para un funcionamiento optimo dominar la explotación y a la sociedad, porque la ciencia y la tecnología vienen de las naciones más industrializadas, son ellos los que manejan el predominio tecnológico y sus patentes. Los robots, serán los que luchen y trabajen en vez de soldados y obreros”. Simón Ramo

La tecnología nunca ha estado debidamente orientada por la ciencia después de 1945, por estar puntualmente desarrollada para los militares y la economía. Siempre considerando la expansión y el consumo; importante requisito para alimentar el sistema que la sostiene, sistema que orienta la ciencia hacia la destrucción masiva y el exagerado confort de las clases pudientes. Visión estrecha de la tecnología causante de la crisis, tecnologías ingenuas, que solo buscan satisfacer casos puntuales, beneficiando el valor del capital, siempre alejados de la aplicación sistemática de los conocimientos científicos o de los conocimientos organizados a las labores prácticas duraderas y humanizadas.

Sistema político que orienta la ciencia hacia la destrucción masiva: La biología, la química, la energía nuclear, producen un gran caudal de nuevos conocimientos complejos desviados preferentemente hacia la industria bélica, que es la que permite con sus fondos la investigación, de allí, lo que se descubra servirá para la sociedad.

Este aislamiento de la ciencia con la educación superior, que debería estar basada en la investigación trae problemas prácticos con desdichadas consecuencias en el atraso de la industria en la mayoría de naciones del mundo, atrayendo la indisciplina en la tecnología sobre la disciplina de la ciencia. Y, los problemas que preocupan a las personas tendieron a limitar lo que saben la mayoría de estas acerca del fondo científico de las cuestiones humanas y del medio ambiente.

Irónicamente, de los problemas humanos y medio ambientales dependen los datos científicos y el juicio público para la política, ventajas desaprovechadas para obtener una tecnología particular adecuada a las necesidades e intereses en cada región y de cada país.

El ser humano tiene que responder si hasta ahora ¿vale la pena? La ganancia y la pérdida que nos ha brindado la ciencia y la tecnología para el bienestar social de todas las personas en cada nación. Más pronto o más tarde, todo esfuerzo humano pasara por esta esencial prueba ¿vale lo que cuesta? Con respecto a los cambios climáticos por el calentamiento global, puede que esta pregunta haya sido contestada. Las compañías de electricidad se afanan en producir instalaciones nucleares que sustituyan a la de los combustibles fósiles; las trasnacionales petroleras se afanan por destilar más gasolina para las industrias automovilísticas y de transporte. Los cálculos financieros les brindan un margen excelente entre los ingresos y los gastos. Cálculos incompletos porque ciertos costes no han sido considerados.

Los costos ocultos de la tecnología tales como el calentamiento global, la contaminación del suelo, aire y agua, son gastos sociales sufragados por todo el público. Para averiguar el verdadero precio de muchas ventajas de la tecnología moderna tenemos que averiguar y calcular todos los costos ocultos sociales representados por la contaminación del medio ambiente.

Con esto llegaremos a una cuestión importante: ¿Quién es el culpable de los cambios climáticos y contaminación por la utilización de la tecnología moderna y pesar en la balanza todos los beneficios obtenidos contra el costo ecológico y social? ¿O quien decidirá entre los gobernantes del G8 y su afán económico contra los presidentes de las naciones subdesarrolladas preocupados por sacar de la pobreza a su país?

La crisis de época es la herencia del obligado ataque a los sistemas naturales que nos sostienen, representan costos ocultos que suben en proporciones catastróficas entre el G8 y el resto del mundo. Si se quiere resolver la crisis hay que resolver estos costos y comparar su peso con el de los beneficios de la tecnología en debate público y abierto. Siempre y cuando se levante el secreto oficial e industrial para que la información circule por el público. Esta una responsabilidad de la comunidad científica, pues, para ejercer el derecho de conciencia, el publico necesita que se le expongan los hechos científicos en términos comprensibles.

Esta asociación entre el científico y el ciudadano es, creo, la clave para una mejor acción política de los gobiernos del sur con las naciones desarrolladas.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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