La comatosa derecha hondureña tienta a la izquierda y a los sectores progresistas y de avanzada hacia el desencadenamiento de una guerra civil. Ha sido escogida esta nación, pero en cualquier país de la plataforma continental latina buscan la oportunidad de desarrollar el presente escenario. El mismo está precedido por los disimulados métodos de siempre. Después de todo, represión, desapariciones, torturas y muerte, los hábitos son los mismos.
Muy fácil le ha sido a la derecha durante este último siglo y medio poder retar a la izquierda, esta siempre utilizando todas las genialidades para desde dentro de cualquier cerca de casa presidencial puedan capturar y desenvolver el poder de las instituciones a su antojo.
Aun, cuando somos parte del gran cambio del espacio geopolítico, radicalmente a nuestro favor en algunas áreas, sin embargo debemos ser muy cuidadosos para desarrollar los distintos artes de gobernar. No hace falta tener el poder pero sentirnos sin él, ejemplo tenemos el gobierno ¿pero tenemos el poder?
Existe una necesidad simultánea casi perfecta de cambio, donde a pesar de las adversidades aun se ven los fuelles del pueblo gobernando, como el caso de Honduras. Intentamos ser los propulsores de esta especie de novedosos cambios, sin duda son una revolución socialista de este naciente siglo XXI.
Seamos hondureños, bolivianos, nicaragüenses, cubanos o venezolanos, somos los escogidos para mantener solidas nuestras revoluciones. Este llamado debe sincerarnos y alertarnos. Lo de Honduras es el primer naipe que intentan tumbar para luego forzarnos a todos y caer en cadena.
La felonía con la que son atacados los hondureños es solo la muestra de la apertura del postigo de lo que nos puede venir a nosotros. Entonces ¿Qué esperamos? ¿No es acaso el ataque hacia este país lo que felonamente se monta contra los pueblos del arco andino y caribeño oriental?
Sin duda que la vieja desconfiguración del terror derechista intenta por todos los medios desatar una horrenda guerra civil desde Centroamérica, el golpe desarrollado en esta nación tiene todas las características de prolongarse entre grupos civiles y las fuerzas armadas.
Honduras recibió violentas muestras de violencia en los años ochenta, hoy están atrapados entre ese pasado y la resistencia. La respuesta de obreros, estudiantes, campesinos, indígenas, amas de casa, trabajadores y de todos en Honduras no descansara con la llegada de Zelaya, la rebelión popular está en la calle, la gran insurrección ya nadie la detendrá.
Esa será la misma respuesta de todos nuestros pueblos latinoamericanos y la derecha tendra que ser responsable en sus futuros actos conspirativos. Honduras está en las calles, en todos nuestros países, en la conciencia de todo el pueblo. Hay demasiados Micheletis, pero demasiadas Honduras aun mas fuertes.
Latinoamérica
es una permanente Honduras, la resistencia y la lucha es lo cierto en
estos inciertos momentos. Las Honduras están en cada rincón de este
continente, organizados, construyendo, derrocando gorilas y volviéndolos
a derrocar.
