Las Decisiones del G20 aceleraran brutal caída del Capitalismo Salvaje

Dejad que los muertos entierren a sus muertos… porque "muertos no son aquellos que descansan en la tumba fría, muertos son aquellos que tienen muerta el alma y respiran todavía".

¡Increíble, pero cierto! Al quebrado y nefasto Fondo Monetario Internacional (FMI), del aprobado monto en el G20 de 5 billones de dólares se le van a inyectar nada menos y nada más que la bicoca de 0,75 billones de dólares (USD 750.000.000.000), o su equivalente en bolívares: Bs 1.500.000.000.000.000.

Hay toda una algarabía financiera a raíz de lo que acaba de ocurrir en el G20, con un falso repunte ayer y hoy de los mercados bursátiles, que más que alegría y rebosante contento, es el irreversible fin de un tísico en coma eutanásico.

Hoy más que nunca soy un convencido de la contundencia de aquel adagio, el cual reza: “cuando se acerca el momento de la destrucción, se pierde el buen sentido”. Y es eso lo que acaba de reafirmarse desde la tan cacareada Cumbre del G20 en Londres, donde no se llegó a ninguna propuesta social digna y creíble, que se pudiera pensar que en verdad hay que hacer los urgentes cambios que sean necesarios, por el bien no de unos pocos, sino por el bien de las grandes mayorías. Pues…, se hizo todo lo contrario…

Medito una y otra vez en aquellos dirigentes mundiales, que pensaba que todavía tenían un poco de autoridad moral como para arrepentirse, corregir y enrumbar de nuevo a su país y al resto de las naciones, hacia nuevos derroteros. Se esperaba que ocurriera un milagro y que desde esa reunión salieran voces de cambio que fueran lo suficientemente creíbles, como para darle aliento y un voto de confianza a aquellos ciudadanos del mundo que se sienten frustrados y decepcionados de sus gobernantes, pero no, no ocurrió nada, que no fuera más de lo mismo…

Quiero en este instante de rabia contenida por más de 500 años, invocar el anecdótico epitafio que le escribió Lord Byron a su perro: “aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad. Tenía la grandeza de los grandes hombres y ninguno de sus defectos". Y como epitafio, para estar a tono con lo que acaba de ocurrir en el G20, cito nuevamente al poeta Byron por el paralelismo que existe entre esos desalmados capitalistas y aquella frase no menos famosa del perro de marras… "cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro".

En la post morten reunión del G20 quedó más que demostrado que los cambios de timón que se necesitan en este mundo globalizado, no pasan de ser los misántropos comentarios o el chiste de pasillo, y no la acción urgente e inmediata que se exige en estos históricos momentos, y sobre todo dada la latente gravedad social que ello lleva consigo.

En esa reunión quedó en evidencia que a pesar de la asistencia de China, Rusia e India como potencias emergentes y de mucho peso financiero mundial, prevaleció la postura de los EEUU apoyado por los serviles lacayos de la UE, Arabia Saudita y los países arrimaos. O dicho de otra manera, se impuso la tesis neoliberal de dejar que el mercado resuelva la situación y sólo apostar a nuevas reglas para regularlo…

Bien, después de vivir lo vivible solo nos queda esperar qué es lo que ha pasar en los próximos meses, porque de una cosa estamos seguro de que en esa post morten reunión, o negación de tiempo, se impuso la máxima prioridad apoyadas por Sarkozy y la alemana Merkel, que consistió en forjar la nueva arquitectura financiera que regirá al mundo, a partir de ahora (…)

Al cierre de este modesto escrito leo por internet que por defauld, además de la caída financiera de Islandia, Letonia y Checoslovaquia se le sumarán muy pronto Hungría y Bulgaria. Y más reciente, porque es noticia fresca, el pronto ingreso a este club, de Méjico.


joseagapo@cantv.net


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José Agapito Ramírez


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