Colombia entre santos y demonios

La “para-política” de la oligarquía colombiana se mece de escándalo en escándalo, Uribe tiene mucho tiempo bailando en un tusero, tanto que ya se le están deshilachando las alpargatas y esta a punto de desbarrancarse de la cuerda floja en la que se columpia desde hace mas de dos años desde que salió a la luz publica los nexos estrechos entre sus familiares cercanos, sus ministros y sus copartidarios con el paramilitarismo y toda clase de corruptelas, crímenes, asesinatos y desapariciones forzadas de personas, propias de las practicas de un estado básicamente terrorista y delictivo por naturaleza.

El milagro de supervivencia política del “paraquito” se explica en parte 1) por el apoyo que le brindó la ex-marioneta de la White House de George W Bush y la diarrea de dólares aportados para el control del máximo negocio del capitalismo global “el narcotráfico”. 2) A los asesinatos selectivos (bajo la guía de los “asesores” israelíes) de los dirigentes de las luchas populares. 3) A la “dictadura mediática” colombiana que ha sabido sacar un provecho enorme a los errores garrafales de una guerrilla que se alejó de las luchas populares, que toda su táctica y estrategia se redujo a la industria del secuestro. Política errada de los núcleos guerrilleros de las FARC y eL ELN que lejos de adosarles algún triunfo político, el secuestro se convirtió en pesado lastre impropio de una forma de combate donde los rápidos desplazamientos, la sorpresa y el apoyo popular son absolutamente necesarios.

Ahora asistimos al escándalo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la policía secreta de Colombia, organismo adscrito directamente a las ordenes de Uribe y de Juan Manuel Santos, el mismo DAS que suministra las listas de sindicalistas y dirigentes populares para que sean asesinados por los paramilitares.

El nuevo escándalo del DAS se refiere al descubrimiento de operaciones de espionaje y “chucheo” telefónico. Cínicamente el jefe de la policía secreta de Colombia Felipe Muñoz admitió el sábado que una “red mafiosa” en el seno de la institución que dirige podría ser responsable de espionaje telefónico a periodistas, jueces, funcionarios y opositores del gobierno. a pesar de las declaraciones del inefable embajador estadounidense, William Brownfield, reconociendo este lunes que existe apoyo de varias instituciones policiales de EE.UU. con el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, inteligencia).y el suministro de los aparatos y la tecnología para el trabajo sucio de espionaje telefónico.

Lo mas “extraño” es que esta operación delictiva del DAS colombiano es denunciada por el diario El Tiempo de Bogotá y la revista “Semana”, ambos medios propiedad de la familia Santos, la misma del Ministro facistoide de defensa colombiana Juan Manuel Santos.

¿A que se debe estas explosión repentina de honestidad, veracidad y objetividad de estos medios que hoy acusan al DAS y a Uribe como responsables del espionaje ilegal?

Simple, muy simple, “Cuando hay “Santos” nuevos los viejos no hacen milagros”. La ficha, el candidato, el nuevo peón del imperio para dirigir la “parapolítica”, el narcotráfico y los ataques a Chavez y la Revolución Bolivariana de Venezuela y de impedir cueste lo que cueste, que este “mal ejemplo” se extienda a Colombia es Juan Manuel Santos, la nueva polichinela del imperio para su “enclave” colombiano.

La orden es minimizar, destruir, desprestigiar, anular a Álvaro Uribe y proyectar a Santos (quien acaba de regresar de hacer el “lobby” correspondiente en la casa de sus amos) como próximo Presidente de Colombia.


Rafael Urdaneta D

¡Solo El Pueblo Salva Al Pueblo!


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