¡Que arrechos son los gringos!

Es tácito y comprobado de mil maneras, que desde hace tiempo los gringos, como verdaderos engendros del diablo, y nos dispensan el calificativo, andan por el mundo como verdaderos representantes de la muerte, decidiendo quien debe vivir o morir, prematuramente.

Se han constituido, durante varias décadas, en un verdadero azote para la humanidad.

Arremeten de manera implacable en contra de cualquier nación que les parezca hostil, bajo pretextos banales, solo para satisfacer sus intereses.

Desde luego, no tienen un "pelo de tontos", pues actúan en contra de países vulnerables, sobre todo en perjuicio de aquellos que ni siquiera tienen un 'trikitraki' para defenderse.

Con la vaina se meten solo, sin ayuda, con Rusia o China, pues saben que van a recibir de la misma medicina que ellos aplican a los pueblos frágiles.

Ahora resultan que son expertos en el mundo de la magia.

Son, incluso, adivinadores y pitonisos, desde luego usando narrativas falsas pretendiendo engañar, que todo lo ven y todo lo saben, sin mostrar pruebas convincentes.

El nuevo asesinato que acaban de cometer en perjuicio de tres personas que navegaban en una pequeña lancha en alta mar, demuestra que no sienten compasión por nadie.

Han hecho creer que en ese pequeño bote viajaban tres venezolanos hacia EEUU, con un importante cargamento de droga.

Lo inverosímil es que utilizaron un buque de guerra armado hasta los dientes, para desaparecer con la explosión de un misil a los tripulantes de la pequeña embarcación, que pudo ser obligada a detenerse para ejecutar la captura de sus tripulantes.

No, no fue así. De un solo coñazo los desaparecieron con el lanzamiento de un misil preciso que los volvió añicos, sin posibilidades de rescatar sus cadáveres.

Le han vendido al mundo, repetimos, que eran venezolanos que forman parte del narcotráfico, lo cual aparentemente justifica su acción criminal, sin haberles dado la oportunidad de seguir vivos para defenderse, al menos, ante un tribunal que estaría llamado a juzgarlos y encarcelarlos, una vez que demostrara que ciertamente llevaban en la lancha droga para EEUU.

Sobre este particular aclaramos que este escrito no pretende defender a narcotraficantes, ni mucho menos dejar sentado que estamos opuestos a EEUU porque desea enfrentar con decisión a quienes realmente llevan droga a ese país.

Lo que se cuestiona en este nuevo atentado es el irrespeto que hay en contra de la vida, la violación a los DDHH, a las reglas y a las normas internacionales de navegación y al derecho que tiene toda persona de vivir, al menos que se decida lo contrario después de haber sido juzgado legalmente por tribunales probos que operan en esos países en donde se aplica la pena de muerte, cosa que tampoco compartimos.

En el caso que nos ocupa pasamos ahora a formular las preguntas de rigor, que merecen respuesta.

¿Si la lancha fue atacada y destruida, cómo es que los gringos saben que eran venezolanos?

¿ Los detuvieron previamente y le confiscaron sus documentos de Identidad, acaso?

Si así lo hicieron, debieron encarcelarlos y luego presentarlos ante un tribunal, pero todo hace indicar que nada de esto ocurrió.

Al igual como pasó con la primera lancha, que se dice fue un 'pote de humo', los detectaron y de inmediato les arrojaron un misil con precisión para asesinarlos.

¿Cómo entonces saben estos genios norteamericanos que eran venezolanos?

¿No será más bien otra narrativa falsa de voceros del imperio que trata de vincular a Venezuela con el narcotráfico, para tener la excusa de llevar adelante la invasión?

Este otro hecho de muerte y terror deja muchas dudas e incógnitas por resolver.

Si algo tenemos los venezolanos, es que no somos 'cogidos a lazo', ni tenemos cara de gafos, como creen.

Demuestren con hechos reales que eran venezolanos transportando droga.

Insistimos, debieron ser detenidos y encarcelados, pues se está violando el derecho a la vida, sin ni siquiera haberlos juzgados, previamente.

Creemos, en conclusión, que estamos frente a otro asesinato que EEUU comete impunemente, queriendo justificar su lucha contra el narcotráfico, que debe empezar por el propio territorio estadounidense.

 



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Italo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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