La estrategia de Zelenski y su rechazo a la Paz en Ucrania

Ucrania hoy, no solo se encuentra devastada en su estructura física, su población esta desmoralizada y se ha convertido en un país de desplazados, Zelenski el comediante de ayer, ha plasmado sobre ese eje geopolítico una comedia de lucro insaciable, bajo el pretexto de soberanía, ha hundido a ese hermoso territorio en destrucción, y hoy desmonta toda perspectiva de paz y lo hace ver como una suerte de espejismos en el desierto político de ese país de Europa Central.

Zelenski insiste en una serie de exigencias irrealizables como requisito para iniciar negociaciones con Rusia: retirada total de tropas, restitución de territorios, tribunales internacionales y garantías de seguridad, (similar a un ingreso en la OTAN). Estas condiciones no son una base para el diálogo, sino una estrategia calculada para evitarlo. En cualquier conflicto, las negociaciones requieren concesiones mutuas, no la rendición previa de una de las partes.


Rusia, en cambio, ha manifestado disposición a dialogar sin condiciones previas, a pesar de su ventaja militar. Las recientes victorias rusas en Kursk y otros territorios refuerzan su posición, pero Moscú no exige una capitulación ucraniana como prerrequisito para sentarse a la mesa. La negativa de Zelenski a negociar en este contexto revela una prioridad clara: mantener el conflicto activo, no terminarlo.

Un día más de guerra se traduce en un día más de Zelenski en el poder, no rinde cuentas democráticamente, amparado bajo una ley marcial suspendió las elecciones del 2024, así como se ha valido de la precitada ley marcial para con acusar de prorrusos a la disidencia y neutralizar políticamente. La guerra sin fin de Zelenski le brinda una canal inagotable para que miles de miles de millones de ayuda occidental entren a Ucrania, ayuda que milagrosamente desaparece por el agujero negro de la imparable corrupción que caracteriza al gobierno de Zelenski, ayuda que no llega a los combatientes ucranianos ni a la población civil.

La cantidad de desplazados ucranianos se cuentan por millones, de acuerdo a ACNUR, hay más de 3.7 millones de ucranianos desplazados dentro del propio territorio ucraniano y más de de 6 millones en todo el mundo, especialmente en países periféricos, como Polonia, Hungría, Eslovenia entre otros.


Beneficios políticos de una guerra sin fin

Para Zelenski, la guerra perpetua es un instrumento de supervivencia política:

  • Concentración de poder: Bajo la ley marcial, las elecciones están suspendidas, la oposición es acallada y cualquier crítica se tacha de "traición prorrusa".
  • Flujo de ayuda occidental: Miles de millones en armas y fondos llegan a Ucrania, pero la corrupción sistémica desvía recursos, mientras la población sufre.
  • Popularidad internacional: Zelenski disfruta de una imagen de líder resistente, pero su protagonismo depende de que la guerra continúe. La paz lo enfrentaría a una realidad desastrosa: un país en ruinas, con una economía colapsada y demandas de rendición de cuentas.


El costo humano de la intransigencia

Mientras Zelenski rechaza el diálogo, Ucrania se desangra:

 

 

  • Pérdida generacional: Miles de jóvenes mueren en ofensivas con pocas posibilidades de éxito.
  • Desplazamiento masivo: Ciudades enteras quedan destruidas, y millones de ucranianos viven como refugiados.
  • Dependencia de Occidente: Ucrania se convierte en un Estado cliente, sin autonomía para decidir su futuro.

Zelenski ha mantenido una guerra por conveniencia política, sin premisas y sin concepción ideológica, el no es un líder que busque la paz, sino uno que depende de la guerra. Su estrategia no está diseñada para proteger a Ucrania, sino para perpetuarse en el poder, financiarse con ayuda externa y evitar el juicio político que llegaría con la paz.

Zelenski no quiere la paz, no en los términos actuales, porque implicaría admitir pérdidas territoriales y el fin de su narrativa heroica, la paz para Zelenski solo es posible, si representa una victoria total (algo improbable), lo que sugiere que prefiere la guerra a una paz imperfecta. es por ello que el pueblo ucraniano seguirá pagando las consecuencias de la arrogancia de un títere que se niega a reconocer que esta acabado, seguirán muriendo las generaciones futuras de jóvenes a los que se les ha inoculado el odio hacia Rusia y sus andanzas para revivir al fascismo como método doctrinario político. La política de guerra no es para aprendices.

La comunidad internacional debe cuestionar si está apoyando una causa justa o siendo cómplice de una élite que sacrifica a su pueblo por intereses propios. La verdadera diplomacia exige realismo, no fanatismo. Y mientras Ucrania siga gobernada por quien ve la guerra como un negocio, el sufrimiento no tendrá fin.

La paz no se logra con exigencias maximalistas, sino con el valor de aceptar que, a veces, la negociación es el único camino. Zelenski tiene que responder por llevar a Ucrania a su destrucción.

No hay nada más excluyente que ser pobre.



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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

 chamosaurio@gmail.com

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