Palestina, el genocidio y el silencio de occidente

"Si morimos, sepamos que estamos contentos y firmes, y transmitamos en nuestro nombre que somos personas de verdad."

-Heba Abu Nada-

Han transcurrido 24 días desde que la resistencia Palestina inició la Operación Tormenta Al-Aqsa, con infiltraciones sorpresivas de grupos armados en los territorios ocupados, que sin ninguna legalidad internacional, Israel gobierna y administra en territorio de Palestina.

Esto no es nada nuevo, lo cierto es que Israel siempre desconoció y nunca ha cumplido con la Resolución número 181 de la ONU, de fecha 29 de noviembre 1947, aprobada y en donde se establece con el consenso de la comunidad internacional, conformar el Estado de Palestina y el Estado de Israel.

En consecuencia, en la resolución comentada se dividió el territorio de Palestina en dos partes, el 56 % para el Estado de Israel y el 43 % para el Estado de Palestina. Mientras tanto, para la ciudad de Al-Quds, llamada así por los árabes, y Jerusalén, identificada de esa manera por los judíos, se estableció un régimen especial bajo la tutela internacional, en tanto se resuelva la disputa por ese territorio.

Desde esa perspectiva la comunidad internacional convencida de que el sionismo y el colonialismo Israelí transgredía y no cumplía con lo acordado en la Resolución 181 de la ONU, 20 años más tarde, entre 1967 y 1969, aprueban las Resoluciones 242, 252, 267 y 465, donde se exige a Israel la retirada de los Territorios ocupados de Palestina; se consideran nulas toda la normativa jurídica y administrativa aprobadas por el knesset o parlamento israelí para controlar al-Quds; se lamenta que Israel no haya cumplido con las resoluciones 242 y 252; y se cuestiona la edificación de los asentamientos construidos en los territorios ocupados.

Cabe destacar que el territorio palestino, como resultado de la ocupación israelí, paso del 43% en 1947, al 22% del en 1969, al 15 % en 2023. Hecho este que infiere una pérdida del 72 % de su territorio, según lo acordado en la Resolución 181 de la ONU.

Asimismo, como complemento de las Resoluciones anteriores entre 1973 y 2016, la ONU aprobó seis Resoluciones más, codificadas con los números 338,1397,1515, 1850, 1860,y 2354, que confirman que los territorios ocupados (Gaza, Cisjordania y Al-Quds del este) por el gobierno sionista (Israel) forman parte de Palestina, que los territorios ocupados no tienen validez jurídica internacional y dejaban bien claro la exigencia de que todos los asentamientos en territorio palestino deben finalizar e Israel debe respetar y cumplir con la delimitación territorial de 1947.

Lo cierto es que en la víspera del 29 de noviembre de 2023, fecha en que se cumplen 75 años de la Resolución 181 de la ONU, la cual partió el territorio Palestina, se suma una nueva Resolución que la ONU aprobó el pasado 27 de octubre, dirigida a detener los hostilidades y bombardeos, además, solicitar el cese del el genocidio que Israel comete contra los civiles palestinos de la franja de Gaza. La misma fue aprobada por abrumadora mayoría y como siempre el gobierno sionista continúa sin acatar, ni cumplir, con las Resoluciones de ese organismo internacional.

Ahora bien, han transcurrido varios días de esa Resolución y sionismo israelí no detiene sus ataques aéreos, terrestres y marítimos contra Gaza. En tanto, la retórica de la comunidad internacional continua y la ONU como organismo internacional de las naciones, fundado para dirimir las querellas y conflictos entre los países, se ha convertido en un organismo enmohecido, inútil, ineficiente e ineficaz. Utilizada, manipulada y desconocida por los EEUU e Israel cuando le conviene.

Hoy, el genocidio militar entre el Estado sionista en Gaza y Cisjordania recuerda (y no se diferencia en nada) a las atrocidades nazis en Varsovia, la capital de Polonia, la masacre de Lídice, pueblo de Checoslovaquia y el asedio a ciudad de Leningrado de la URSS, para nombrar algunos hechos de genocidio ocurridos durante la segunda guerra mundial.

Genocidio que viene cometiendo Israel desde hace quince lustros con el visto bueno de los EEUU y Europa, a excepción de pocas posiciones moderadas y timoratas de algunas personalidades de esas comunidades. Tal hecho indica que Israel sigue burlándose de la comunidad internacional.

En efecto, en el momento actual se repite la acción cobarde de Israel contra el pueblo palestino, contra los gazatíes y, en consecuencia, en el lapso de tiempo que ha transcurrido desde que se inició la operación militar denominada Tormenta de Al-Aqsa, Israel ha lanzado sobre los civiles de Gaza unas 18 mil toneladas de explosivos, 50 toneladas por kilómetro cuadrado, el equivalente de la bomba atómica lanzada por los EEUU en Hiroshima.

Por otra parte, en sus incursiones aéreas ha utilizado armas prohibidas, como el fósforo blanco, gases venenosos. Ha bombardeado hospitales, escuelas y la sede de la ONU. Aún más, según el Ministerio de Salud de Palestina, los bombardeos israelíes han asesinado desde el 8 de octubre más de 8 mil 300 civiles, de los cuales 3 mil 500 son niños, (42 %), 2 mil 700 mujeres (33 %), 960 ancianos (12 %) y el 13 % otros residentes civiles. A ello debemos incluir unos 19 mil 400 heridos. Ello implica que el 87 % de los asesinados son niños, mujeres y ancianos.

Como epílogo de este editorial y como homenaje al pueblo de Palestina, retomando a la bioquímica, escritora, poetiza y novelista Heba Abu Nada, Palestina de nacimiento y de 32 años de edad, quien antes de ser asesinada por las bombas israelitas, el día 20 de octubre de este año, escribió sus últimos versos en una noche terrible de bombardeos y cito:

La noche en la ciudad es oscura, excepto por el brillo de los misiles; /

silenciosa, excepto por el sonido del bombardeo; /

aterradora, excepto por la promesa tranquilizadora de la oración; /

negra, excepto por la luz de los mártires. / Buenas noches.



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Carlos Mezones


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