Nos encontramos a pocos meses de que inicie una campaña presidencial tanto en Venezuela como en Estados Unidos; y aunque no pareciera, existe un estrecho vínculo entre los dos actos.
Los venezolanos vivimos un infierno cuando Trump era Presidente; si bien han existido sanciones fuertes, desde el 9 de marzo de 2015, cuando el entonces Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emitió un decreto que califica a Venezuela como una "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior" del país norteamericano; decreto que aún sigue vigente; pero en ese tiempo nuestro gobierno logró manejar la crisis; con la llegada de Trump a la casa blanca, fue brutal nuestro padecimiento.
Ahora, Trump se presenta, en las encuestas, como el favorito para ganar las internas del partido republicano, a pesar de tener múltiples acusaciones; pero esto coincide con la historia de los republicanos, que siempre han tenido políticas más fuertes contra el resto del mundo.
Las últimas acusaciones imputadas a Trump, han sido por intentar "destruir su sistema democrático", porque, como dice la acusación, "estaba decidido a permanecer en el poder" a pesar de haber perdido unas elecciones; y como recordarán nunca reconoció el triunfo de Biden, todo lo contrario, envió un equipo de personas a manifestar frente a la Casa Blanca.
Estas últimas acusaciones "golpea el núcleo de los valores fundacionales de Estados Unidos y los fundamentos constitucionales de la República". En muchos sentidos, la acusación valida el trabajo de la comisión selecta de la Cámara de Representantes que investigó el 6 de enero de 2021, y que los republicanos disolvieron cuando obtuvieron la mayoría en la Cámara.
Debido a que Trump es precandidato a la presidencia y busca la designación del partido republicano, cabe la pregunta clave de cara a 2024: ¿puede el ex mandatario ser presidente si lo llegan a condenar por un delito?
El consenso general, entre juristas norteamericanos, es que ni una acusación ni una condena impedirían legalmente que Trump fuera elegido.
La razón por la que la opinión general, es que una condena no impediría el intento de Trump de regresar a la Casa Blanca es el argumento jurídico de que sólo la Constitución establece las normas que los candidatos deben cumplir para ser presidentes; en este sentido, la Constitución estadounidense, establece sólo tres condiciones para que una persona pueda ser presidente: 1) Tiene que haber nacido en Estados Unidos, 2) Tiene que haber residido en el país al menos 14 años y, 3) Tiene que tener 35 años o más. Por lo tanto, quedaría un gran vacío jurídico que solo la Corte Suprema de USA tendría que resolver.
Por otra parte, todos coinciden que si llegase a asumir la presidencia antes de una condena firme, quedaría totalmente absuelto de los cargos.
Pero enfocándonos ahora, de lo que podría realmente ocurrir, según lo que hemos observado; será el candidato de los republicanos, pero no creemos que con tanta "ñoña" a cuestas, le gane a Biden; quien por cierto, ha flexibilizado las sanciones contra nuestro gobierno; a pesar de que sigue amarrado con sectores de la oposición venezolana.
La situación no es fácil, pero Trump, además de un muchacho malcriado y anarquista, es un elemento que no le importa subvertir el orden público ni ningún derecho; viola toda norma y no le importa imponerse por encima de quien sea; además que "le faltan unos cuantos tornillos". En Venezuela tenemos una precandidata con las mismas conductas, María Corina Machado, a quien solo los radicales quieren, que imagino será la mayoría que vote en las internas de la oposición el mes de octubre; si llegasen a realizarse, y dudo sea candidata presidencial porque su grupo de apoyo es prácticamente nulo y eso lo vemos en los actos que realiza en las regiones; pero al igual que Trump, dice será la presidenta y le quitará la cabeza a todos los chavistas. Por eso te decimos:
"Trump, please, don´t come back" (Trump, por favor, no queremos que vuelvas).
Email: reinaldosilva119@gmail.com; Twitter: @ReinaldoAcidito
