En los Pozos –San Vicente del Caguán- está en curso un conflicto social originado en el grave daño ambiental y vial ocasionado por la exploración petrolera que realiza la empresa estatal china Emerald Energy sobre la extensa cuenca petrolera del Caguán que se extiende hasta el Putumayo y la frontera con Ecuador.
La población y las comunidades del territorio, -lideradas por varias asociaciones agrarias como Asoregional, Corpoayari, Asocampo, Ascalg y Asopeproc-, afectadas por la irresponsable extracción de hidrocarburos, han expresado de muchas formas su rechazo frente a la depredación ambiental e infraestructural en curso.
Las cosas ya han pasado a mayores y el movimiento social adelanta desde el 24 de enero el bloqueo de la circulación de los carro tanques y cisternas que movilizan el combustible hacia los puertos del pacifico.
En vista de tal situación hasta los Pozos llegaron en helicópteros unos funcionarios del Ministerio del Interior y de otras entidades a realizar unos diálogos que han sido completamente inútiles toda vez que no han aportado salidas satisfactorias a la problemática que sirve de base al conflicto.
Como si fueran las épocas del uribismo violento del gobierno de Iván Duque, estos flamantes delegados ministeriales de la administración petrista lo primero que hicieron fue ordenar al movimiento social y a la Guardia ambiental suspender el bloqueo de los vehículos, el más importante recurso de su lucha para presionar las soluciones correspondientes; adicionalmente, el alcalde de San Vicente del Caguán –señor Perdomo del partido de la U- se desató, cual jauría envenenada, a tildar de guerrilleros secuestradores y extorsionistas a los campesinos.
Aunque estaba prevista una nueva reunión, este sábado 18 de febrero, con la Vice Ministra del Interior para el Dialogo social, señora Lilia Solano, tal compromiso se canceló de manera unilateral por estos funcionarios, aduciendo razones bastante deleznables e irresponsables, pues, desconocen la gravedad de los hechos, especialmente en una región que esta cobijada por el Cese bilateral del fuego temporal entre el gobierno nacional y el Estado Mayor de las Farc EP, para avanzar en el proceso de Paz total.
En vista de tal desarrollo, los campesinos y la Guardia ambiental aprobaron tomarse la planta de Emerald Energy como otro recurso adicional y extraordinario de su acción colectiva. El ingreso a la planta ejecutado ya, debe obligar a la empresa petrolera y a la burocracia "uribista" del Ministerio del Interior a replantearse sus métodos de solución negociada de conflictos teniendo en cuenta las demandas y pliegos de peticiones de las asociaciones agrarias. Cosa que al parecer no sucederá porque ya llegaron hasta los Pozos los piquetes del Esmad (coordinados por oficiales neonazis), expertos en acribillar líderes y en lesiones oculares irremediables.
Acá en este punto conviene aportar un elemento de interpretación de la coyuntura para indicar que en el país hay un proceso de reactivación de la protesta y la movilización social, con "sujetos imprevistos", que acuden a nuevos e inéditos repertorios de acción. El movimiento social colombiano mostraba cierto repliegue desde los meses de abril, mayo y junio del 2021, cuando se dio el máximo pico del "ciclo rebelde"; aunque en los procesos electorales del 2022 se registraron importantes brotes sociales con la elección de la bancada popular del Pacto histórico y de Gustavo Petro como presidente de Colombia.
La huelga de los educadores caucanos de Asoinca –apostados "incómodamente" debajo de la presidencia de Roy Barreras en el parlamento-; los bloqueos indígenas en Puerto Gaitán contra los paramilitares y grupos religiosos lavadores ligados al narco; las acciones estudiantiles en Bogotá, afectadas por el golpe violento del Esmad; los bloqueos indígenas en la Guajira; las demandas por tierra en el norte del Cauca, Cesar, Córdoba y el Meta; las proliferantes denuncias contra la corrupción y el clientelismo en las entidades centrales del gobierno, le han dado forma a una nueva constelación del sujeto popular colectivo que resiste la arremetida neoliberal con ocasión de las reformas a la salud, las pensiones y el régimen laboral anunciadas por el gobierno.
El presidente Gustavo Petro en sus recientes intervenciones hizo un llamado al levantamiento popular contra el bloqueo neoliberal al cambio; tal vez estas primeras protestas sean el punto de despegue de esa insurrección social indicada para conseguir con la acción directa los cambios que requiere la mayoría del pueblo, que son desviado por el cretinismo y el cinismo parlamentario y de los altos funcionarios de los ministerios.