Rusia venderá armas a sus gobiernos aliados en Latinoamérica

En días recientes expuse mi percepción sobre el desarrollo acelerado en los últimos tiempos de la "guerra silenciosa" entre las potencias del escenario internacional, tomando en cuenta la carrera espacial y la cibernética.

No es que la guerra sea algo nuevo. En la antigüedad ya Oriente y Occidente estaban en pugna.

Pero desde la Primera Guerra Mundial desatada entre 2014-2018 y luego la segunda guerra entre 1939-1945, no se ha detenido la carrera por el dominio del mundo entre Rusia, China y Estados Unidos.

Hoy en el siglo XXI, se conjuga el avance de la tecnología digital con la creación de modernos instrumentos de guerra tan sofisticados, que no necesitan la presencia humana, son invulnerables a la detección de radares, poseen alta precisión, cubren distancias asombrosas y hacen el mayor daño posible.

La competencia dentro de la geopolítica, requiere de las más modernas maquinarias de muerte para amenazar, amedrentar e insistir que hay propiedad en los territorios, son intocables y así quieran independizarse, están en el eje de interés sensible a la acción bélica. Sin olvidar la existencia de bombas atómicas no sólo en las potencias del planeta, sino también en naciones en desarrollo.

Un ejemplo insoslayable de esta realidad en la guerra por territorios, es la Península de Criméa en Ucrania, donde Rusia desde 2014, decidió permanecer allí con su base naval frente al Mar negro en sebastopol. No hay soberanía para Ucrania y ni tranquilidad para Europa. Rusia ha decidido continuar su plan de dominio militar, económico y tecnológico para recuperar los territorios que perdió desde finales de los años 80 del Siglo XX y que conformaban la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que voluntariamente, esas 15 naciones decidieron disgregarse de esa nación comunista y acoplarse a Europa.

Ahora la guerra desatada por Rusia contra Ucrania es la estrategia para apoderarse totalmente de ese país.

El otro ejemplo es Taiwán. Una región desarrollada en el marco occidental con relaciones estrechas con los Estados Unidos y mantiene una economía de libre mercado.Taiwán, después de la guerra civil en China en 1949 provocada por la imposición del comunismo, se convirtió en el lugar donde el líder del partido Nacionalista chino Chiang Kai Shek se establece y gobierna hasta 1975. Este líder político, perteneció al partido del Kuomintang.

Hoy en 2022, China considera a Taiwán como parte de su territorio y no una nación independiente. Por ello la visita de la Presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, a Taiwán, Nancy Pelosi, hizo movilizar las fuerzas militares navales y aéreas de China para demostrar su poder y dominio en la isla.

Pero Rusia y China no han dejado de mover sus piezas en el proyecto de desplazar la influencia Occidental de gran parte del planeta. El oso ruso acaba de ofrecer equipamiento de armas a los países aliados en Latinoamérica, lo que quiere decir, va a fortalecer las dictaduras instaladas en Latinoamérica a nombre de la Revolución y socialismo.

Es preocupante este panorama mundial, el control social de los medios de comunicación y la fuerte alianza entre los militares y los gobiernos autoritarios, aferrados por mucho tiempo al poder, no presagian nada bueno para el devenir de la vida en América Latina.



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 orlandobalbas27@gmail.com      @orlandobalbas

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