El ánimo bien concertado dentro de sí consuena con los demás hombres

"En este mundo de los silenciosos, en este fondo del mar, debajo de la Historia, es donde vive la verdadera tradición, la eterna, en el presente, no en el pasado muerto para siempre y enterrado en cosas muertas. En el fondo del presente hay que buscar la tradición eterna, en las entrañas del mar, no en los témpanos del pasado, que al querer darles vida se derriten, revertiendo sus aguas al mar. La historia es la forma de la tradición como el tiempo la de la eternidad. Y buscar la tradición en el pasado muerto es buscar la eternidad en el pasado, en la muerte, buscar la eternidad de la muerte".

—Palabras que encierran la doctrina de todo renacimiento.

"Hombres como Guizot y Taine constituye en la literatura de Francia excepciones, productos aislados, solitarios, en abierta lucha, en contradicción perpetua con las aficiones y costumbres de sus compatriotas. Esto, hay que fijarse en cuáles fueron los sentimientos religiosos que animaron a Guizot toda su vida y en qué especie de sentimientos religiosos murió Taine".

—La España contemporánea no tiene ideal político y religioso; lo busca afanosamente; de ahí sus dudas, sus vacilaciones y contradicciones, y sus miserias. "¿Existe una filosofía española?"

Cuando España se recogió en sí, entrando en el período llamado de decadencia, el de. Por el desarrollo de las funciones de relación progreso los vivientes, acrecentando y enriqueciendo su vida. De la periferia primitiva embrionaria, de los repliegues del exodermo brotan los órganos de la inteligencia; del interior, el tubo digestivo, cuyo no enfrenado desarrollo convierte al viviente en parásito estúpido.

"Es incalculable el efecto sobre nuestra cultura de haber activado la vida periférica de las costas el descubrimiento de América. Como la superficie crece a menor proporción que la masa, en el cerebro se repliega aquella para acrentarse a medida que crece la complejidad y delicadeza de sus funciones, razón por la que son mayores las circunvoluciones en el cerebro humano que en el de razas inferiores. Y bien puede decirse que el tener el europeo más periférico el cerebro que el negro de África, es reflejo de tener Europa más perímetro de costa, seis veces más respecto al área que el África. ¡Maravilloso cerebro el Mediterráneo, viejo cerebro de Europa, con su riquísima variedad de circunvoluciones geográficas, senos, escisuras, archipiélagos, golfos, cabos, ensenadas! Grecia, Italia, Inglaterra, deben a sus costas, sobre todo, su cultura; Francia, a ser el "quiasma", el nodo de la inervación europea occidental; Alemania, a la periferia interna de sus mil estadillos".

Un mezquino sentido toma por la casta íntima y eterna, por el carácter de un pueblo dado, el símbolo de su desarrollo histórico, como tomamos por nuestra personalidad íntima el yo que de ella nos refleja el mundo. Y así se pronuncia consustancial a tal o cual pueblo la forma que adoptó su personalidad al pasar del reino de la libertad al de la historia, la forma que le dio el ambiente.

Cada poder humano tiene su método; su procedimiento, su modo de conducirse. Lo que llamamos lógica es el método de la razón, el modo de buscar conclusiones que a la razón, el modo de buscar conclusiones que a la razón satisfagan. Así se hace la ciencia. Pero cuando ni se trata de hablar a la razón ni de satisfacerla, no hace falta la lógica.

La arbitrariedad, la afirmación cortante porque sí, porque lo quiero, porque lo necesito, la creación de nuestra verdad vital. La pasión afirma, y la prueba de su afirmación estriba en la fuerza con que es afirmada. No necesita otras pruebas. Nada digno de ser probado puede probarse ni desaprobarse, y por tanto, sé prudente y, ateniéndote siempre a la parte más soleada de la duda, agárrate a la fe más allá de las formas de la fe.

—Para preservarse, la casta histórica castellana creó el Santo Oficio, más que institución religiosa, aduana de unitarismo casticista. Fue la razón raciocinante nacional ejerciendo de Pedro Recio de Tirteafuera del pobre Sancho. Podó ramas enfermas, dicen; pero estropeando el árbol… Barrió el fango… y dejó sin mantillo el campo.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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