La deriva del socialismo español II

Pasando por alto muchas otras cosas, situaciones y pruebas, las diferencias entre el psoe y las derechas se han ido estrechando a lo largo del tiempo. Casi podríamos decir ya que se reducen a que, salvo el vidrioso asunto de los "ere" de Andalucía en el que, al parecer, miembros del partido se lucraron a fondo, el partido socialista no ha robado masivamente las arcas públicas, que es loque hizo la derecha durante al menos tres décadas. Pero hay una piedra de toque de la inautenticidad del socialismo español, y ésa es la pronta privatización a su cargo de un bien esencial, la energía hidroeléctrica de una empresa del Estado; como no podía ser de otro modo, a ella siguieron otras inmediatamente de la derecha, el partido franquista, durante la alternancia.

Las pinceladas de la entrega anterior debieran ser suficientemente ilustrativas de la miserable deriva del socialismo español. Pero es que en el último quinquenio la actitud, mentalidad y acción política de este partido (pese a los constantes ataques al gobierno por parte de la oposición actual, que parecen formar parte de un miserable teatro típico del bipartidismo; farsa que completa la ya desplegada durante la transición y años sucesivos) muestran un progresismo decepcionante, una progresía de bajísima intensidad. Y el descarado posicionamiento de sus líderes, sean los antiguos o el actual, a favor de blindar la monarquía es lo suficientemente elocuente como para que el pueblo en general vea ya un esperpento en la senda de lo que un día llamaron socialismo y ahora es un revoltijo de disparates, en alguna medida velados o rebajados por la presión que ejerce el otro grupo minoritario que forma parte del gobierno; grupo que debiera considerarse como el único partido nacionalde izquierdas. Porque las maneras del partido socialista a duras penas sobrepasan las de los conservadores franquistas cuando gobiernan. Las declaraciones del presidente de gobierno actual en la CNN, en 2019, ante el mundo: "el Rey "representa" los valores de la II República y Podemos es de extrema izquierda", son de tan cínica especie y de tan alto nivel de frustración para los partidarios en España de la República -al menos la mitad de su población- que dinamitan toda esperanza de que por conducto de un socialismo engañoso y a menudo grotesco, puedan algún día corregirse las patrañas iniciadas por los franquistas y consentidas por ellos, nada más desaparecido el dictador. El caso es que ese partido impropiamente autodenominado socialista ha renunciado a la República, y da la impresión de que buen número de sus políticos, defendiendo la monarquía hacen carrera y consiguen elevar tanto su status económico como el social.

Cicerón luchó hasta la extenuación para defender la República en la antigua Roma. Antes del dictador Julio César, frente a Julio César y luego frente al triunvirato, hasta su muerte. La mayoría de los líderes pseudo socialistas han trabajado, primero subrepticiamente y luego con descaro, para apuntalar artificiosamente la monarquía de un monarca vergonzoso que en otro tiempo hubiera sido conducido a la "Torre". Pero no eran ya pocas las maniobras indecentes de este grupo político que dice mirar por la clase trabajadora, cuando tienen lugar tres hechos bochornosos relacionados con miembros suyos. Cuando se empezaba a cuestionar esa prebenda, un economista del psoe, profesor e ideólogo del partido va derecho a la vicepresidencia de una hidroeléctrica privada; abrochando así el instituto de las llamadas "puertas giratorias" generado por los dos partidos "únicos": otro de los nauseabundos privilegios oficiales de la clase política, en medio de tantas desigualdades sociales cuya raíz está en el concepto piramidal del Estado monárquico. Luego, casi inmediatamente, se sabe de la impostura de la Fiscalía del Estado, manejada por el gobierno. La Fiscalía archiva la investigación abierta al miserable rey anterior que, imitando a los monarcas absolutistas de tiempos pasados, abusó durante muchos años de una manera atroz y delictiva de sus prebendas. Lo que le permitió enriquecerse como un bellaco oriental. El tercero de esos hechos es para llorar. El director de rtve justifica pública y nerviosamente la cancelación de un programa de la primera cadena y el relevo del periodista que lo conducía; un periodista de los pocos valientes en España determinado por la verdad sin concesiones. El programa televisivo tenía niveles de audiencia no sólo óptimos, sino al parecer muy por encima de la audiencia de programas competidores de las televisiones privadas. Los ensombrecía. Y en este detalle se desvela la verdadera causa de esa lamentable y artera decisión de suprimir el programa y prescindir del periodista: la presión de los directores de programas de las televisiones privadas que competían con "Las cosas claras" de este periodista, para que la rtve lo suprimiese. Como así ha sucedido. Lo que demuestra la calaña, el pelaje, la catadura de una caterva de pesoístas encargados de reforzar todo lo posible la monarquía, la magistratura de los altos tribunales, el establishment en definitiva. Lo que permita a sus políticos mantener el estatus personal, su enriquecimiento, sus gabelas y las jubilaciones escandalosas de sus gobernantes...

Todo ello sin haber importado un adarme a los líderes traicionar los principios republicanos y renunciar a su lucha programática por el igualitarismo máximo posible. Lo que hubiera debido no pasar de un simple ensayo de monarquía "moderna" sujeta a condiciones después de morir el dictador, como mal menor del paso de un régimen a otro, ha sido un estrepitoso fracaso, además de lo dicho, por el comportamiento indeseable de un rey elegido por el dictador. Podríamos decir, por todo ello, enmarcado en el indudable ocaso de las ideologías, que en España el socialismo ha muerto. Y no hay ningún otro soporte, a menos que pensemos en el filosófico o el revolucionario, que pueda sustituirlo.

No obstante, lo que son las cosas de la política rastrera, el pueblo español se ha quedado huérfano de ideología verdaderamente socialista y de promotores de la causa republicana. La única esperanza en la progresión social,en la consolidación de la verdadera libertad y en la aminoración de las desigualdades sociales sólo puede ya centrarse en las instituciones de la UE y en los tribunales europeos. Pues al ser la política una mera superestructura cambiante de lo económico, y ser España un país con muy escasos recursos propios al tener virtualmente desmantelado su tejido productivo, ni los conservadores ni los franquistas se libran de la dependencia de España, en lo sustancial, de Europa. Lo que a su vez condicionaría severamente su política. Sospecho que con esa idea, la otra España habrá de contentarse…

Jaime Richart

13 Octubre 2021

 



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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