Trump por acción de gracias indultó al pavo antes que reconocer que perdió las elecciones

No fue un ritual tercermundista, tampoco hubo brindis, ni nada parecido, ni por parecerse, lo que como una tradición llegó a la casa blanca por la puerta principal que cada 24 de noviembre de cada año, dos pavos entran sofocados de miedo a ese recinto y, uno sale indultado por el presidente que, nadie se lo come al lograr la distraída acción que lo deja libre de morir de un buen susto sin ganas, y Trump que carga una amargura encima que lo hincha de rabia que nadie logra consolarlo, que ni ríe, ni sueña, y hasta estítico en sus políticas de maldades ha estado, se tomó un buen rato ensimismado de alegría para aplicar la continuidad de esa tradición de indultar al pavo corn (maíz), que fue impuesta por primera vez por el presidente George H. W. Bush desde el año 1989 y hasta este año ha continuado, aunque muchos años atrás, algo tuvo que ver con la salvación de un pavo, el presidente Abraham Lincoln y, Trump que no es corto ni perezoso, pero sí hablantinoso no lo dejó pasar antes de irse vencido sin pena ninguna con la derrota que no le encuentra justificación alguna.

Ahora bien, indultar es algo muy diferente a la amnistía que como perdón del delito se indica, mientras que, el indulto tiene que ver con la causa del perdón de la pena, que para el pavo en cuestión, sigue siendo culpable de su existencia en los Estados Unidos que, por el día de gracia no se lo comerán en la casa blanca y lo más posible lo mantendrán en un encierro de animales que nadie lo vea mal, ni piense en otra cosa que no sea su resguardo y, lo más notable es que Trump se tomó su tiempo para dar en sí y públicamente el indulto que dejaba libre a maíz como pavo y, que lo más seguro es que a maíz se le salieron sus lágrimas de agradecimiento como ave doméstica que ni volar podía con sus alas ansiosas de sacudirse de su buena racha, por lo que vio a Trump con ojos de piedad y hasta llegaría a pensar, y a ti Trump quién te va indultar de tus malas acciones que todavía arden en el mundo y, por lo que muchos dentro y fuera de los Estados Unidos están enterrados.

Mientras Trump salva a un pavo por indulto, a nosotros no nos indulta nadie para que dólar de los gringos nos siga jodiendo todos los días de lo tanto que sube que, pareciera que el cielo le va a quedar cerca porque, cada día traspasa nubes y mata de hambre a un pueblo que le suben todo, que no lo deja pensar ni dormir, mucho menos comer bien y, mientras la mayoría se empobrece una minoría se hace cada día más rica, más ostentosa y el dólar no le falta, le llega nuevecito de esos que se pegan a las manos al contarlos que, los pavos de acá rellenos de dólares viven y, ni el gobierno de Maduro ni nadie les tira un indulto y lo pare en seco y no siga matando de hambre y más necesidades al pueblo pobre.

Si acá en este país no se puede comer pollo, ni gallina, menos podrá comerse pavo con un dólar que se fue de largo que, traspasó las fronteras de la convivencia diaria, que perforó bolsillos y son guardados por los que a diario saben donde encontrarlos tan fácilmente que no hay nada que no compre y entran a un mundo sin consideración ninguna a pervertir conciencias, a arruinar familias, a alejar venezolanos que no tienen donde cavar para conseguirlos que, además caen de lo alto como traídos por el viento que de alguna parte los sueltan y al mar caerán, seguro que caerán como peces moviéndose de viveza.

Trump debería indultar a los venezolanos del gobierno de Guaidó, porque peor gobierno no ha habido en el país que, sin llegar Biden al poder aspira a su apoyo para seguir comiendo el pavo que Trump no indultó ni Maduro Tampoco.

Y cuál será nuestra acción de gracia contra el dólar que nadie controla y descontrola nuestra existencia.

Entre pavos nos veamos como pavorreales como estamos.



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Esteban Rojas


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