A través del tiempo EEUU, se ha caracterizado por sus delirios de grandeza, su poderío militar; y una larga cadena de intervenciones e invasiones, de bloqueos y sanciones; de agresiones y saqueos en el mundo. En América Latina la hemos vista, atropellando a Cuba por más de 60 años; condenado por los pueblos de la tierra; le ha seguido República Dominicana, Chile con el derrocamiento de Salvador Allende, Grenada, Nicaragua y ahora Venezuela con la que han ensayado cualquier cantidad de sanciones y bloqueos; pero ahí estamos resistiendo. ¿De qué se nos acusa? De nada. El pecado es el de disponer en sus entrañas cuantiosas riquezas, que la han convertido en un objetivo para ellos y tener un sistema de gobierno sin su tutelaje. Partamos desde el ex presidente Barack Obama, no queremos decir que otros lo hicieron; cuando declaró a Venezuela como "una amenaza a la seguridad nacional".
Al arribar a la presidencia el inefable Donald Trump; recrudeció el ataque y ensañamiento con mayor brutalidad contra nuestro país y el presidente Maduro, llegando al extremo de ponerle precio a su cabeza. En una rueda de prensa, expreso: "Nadie me quiere, debe ser por mi personalidad". A Venezuela le ha puesto en boga todo un recetario de epítetos que circulan a nivel internacional; donde ha metido en la misma bolsa a Cuba, Irán y Nicaragua. La última puñalada trapero lo expreso el portavoz único para Venezuela, Eliott Abrams, cuyo encargo es amenazar, agredir y alertar. Ya dijo que aquí no se van a dar las elecciones parlamentarias y que Maduro no llegará a diciembre. No se conforma con enfrentar abiertamente a Venezuela; sino que arrastra a otros países con sanciones por la vía del chantaje y la amenaza y así darle continuidad a la escalada de agresiones contra nuestro país,
En USA hemos visto como se ha recrudecido el ensañamiento racial contra los afrodescendientes; dónde Trump no ha mostrado interés en subsanar las diferencias, al contrario las ha recrudecido, permitiendo aun mas en enturbiar su liderazgo y con ello su imagen. Va palo abajo, por un despeñadero que no lo para nadie. Ahora regresemos al examen retrospectivo que se formuló Trump, con aquello "que nadie lo quiere" ¿Quien puede sentir un dejo de sentimiento afectivo, hacia un personaje como este?, que con el menor desparpajo le arrebató en sus años mozos parte de la herencia a su propia sobrina, que ahora relata con pelos y señales en un libro que está en las estanterías de las librerías
Trump asume con su expresión, "que nadie lo quiere" cuando receto hidroxicliquina para ser medicado a los contagiados de coronavirus en contraindicación médica de los doctores Anthony Faici y Devora Birx, que siendo asesores de la Casa Blanca en enfermedades infecciosas sostienen que el medicamento no funciona.
La respuesta a la aseveración de Trump, está en el mal manejo de la pandemia del coronavirus y no asumir la responsabilidad de la pandemia; a la discriminación racial y a la desmesurada primacía blanca, que ha generado una gran ola de protestas en todo el país. Al invento del "virus chino", al mal manejo de la política internacional bloqueando y sancionando a otros países, acusándolos de espionajes para frenar su crecimiento y sacarlos del mercado a sabiendas que con esta actitud está afectando su propios empresarios, acompañada de una contracción de la economía, desmembramiento del sistema de salud, aumento del desempleo, provocando el incremento de los niveles de miseria. Cuando nota que las encuestas no lo favorecen, arrecian los ataques contra Venezuela. En plena pandemia, ha recrudecido las sanciones y con ello la privación del uso de medicamentos. Para combatir el coronavirus y otras enfermedades, sólo con el propósito de acelerar la caída del presidente Maduro y ponerle mano a sus millonarios recursos. Llevar a cabo acciones bélicas, invasiones y amenazas de todo tipo, no midiendo las consecuencias funestas que le está ocasionando al pueblo.
