Quinto malo

Allende de aquende

Salvador, el Compañero Presidente Allende, se nos colocó en lo más profundo de aquende, porque supo ser proletario de conciencia, pese a las relativas comodidades pequeñoburguesas, a su bien logrado título de médico y a los privilegios que siempre concede el ocupar, en cualquier país, la Presidencia.

Con la Unidad Popular -una especie de PSUV venezolano, pero surgido en condiciones complejas y adversas- y la agrupación de otros partidos de izquierda –para seguir con las comparaciones, algo como lo que hoy conocemos en Venezuela como el Gran Polo Patriótico- Salvador Allende llega a la presidencia de Chile en 1970, luego de varios intentos y una trayectoria política que desarrolló en diferentes frentes de lucha, incluso como diputado al parlamento de su país.

Define públicamente a su gobierno como una plataforma para el desarrollo de lo que denominó la “vía chilena al socialismo”. Su trayectoria de militante humildad revolucionaria le convirtió muy pronto en un objetivo militar del imperialismo yanqui, el cual conspiraría abiertamente contra él, su proyecto popular socialista y, especialmente, contra el gobierno que encabezara al lado de los depauperados chilenos. De allí que el Departamento de Estado gringo, el Pentágono y la CIA, junto a las transnacionales mineras, conspiraran a plenitud, desplegando una guerra económica, expresada por el desabastecimiento alimentario y de productos para el sustento básico.  Además, todo esto condujo a la propagación de una inflación inducida, acompañada por la escasez en los principales rubros de la cadena alimenticia, y el establecimiento de un mercado negro.

Al lado de ello, la guerra de posiciones se expresa en la mediática y el diario El Mercurio despliega, sin ningún tipo de rubor, una cadena de acciones coordinadas por la CIA y concertadas con medios burgueses de las transnacionales de la información. A todo esto se sumaría la desestabilización social mediante protestas manipuladas, supuestamente populares, paros, huelgas, saboteos en el transporte y actos terroristas. Todo ello permearía hasta las bases de la unidad de las izquierdas, reflejando desconcierto, maledicencias, odios mellizales, divisiones y derrotas: la derrota. Es decir, la victoria del fascismo sobre un pueblo que se había empezado a llenar de amaneceres en la cercanía, en el aquende de Allende.

La historia no puede ni debe repetirse. Las amenazas imperialistas son las mismas, pero a este pueblo venezolano,  Bolivariano y Chavista, le corresponde vencerlos.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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