Fidel, eternamente Fidel

Comandante Fidel, que difícil es hablar de usted. Son tantos los atributos inherentes a su naturaleza humana, que el mundo hoy precisamente tiene su mirada fija en usted al arribar a esos 90 años gloriosos de lucha, tenacidad y de patriotismo, ante lo cual temo quedarme corto al pretender mostrar parte de su semblanza y proeza, sobre todo de su conquista, de su historia y de ese gran amor que siempre ha sentido por su patria y por los pueblos hermanos de América Latina.

Sí, camarada Fidel, sepa usted que en este rincón llamado Venezuela, desde niño y por más de 50 años, su imagen nos la vendieron como el "lobo feroz" que deseaba comerse a "Caperucita Roja" de un solo bocado, pero con el transcurrir del tiempo esas tácticas preparadas desde el imperio comenzaron a diluirse sin que pudieran vencer a ese gladiador, a ese soñador, que siempre ha enarbolado la bandera de la libertad y la justicia.

Hoy por ello, gracias a usted y a su resistencia, incluso, también ante el tiempo, y sobre todo a esa formidable sabiduría, Cuba es un claro ejemplo ante el mundo; de entrada se me ocurre pensar de pura dignidad, porque ha sabido soportar las angustia ante las malvadas pretensiones del capitalismo, que no son otras que desear verla arrodillada y ante sus pies.

Debieron pasar muchos años para ver sus frutos que hoy el mundo los reconoce y no me refiero solo a los logros conquistados en su amada isla, que son muchos, sino aquellos que traspasaron sus fronteras, a pesar de los incontables obstáculos que debió vencer a lo largo de tormentosas décadas.

Venezuela, por ejemplo, con orgullo le parió un hijo….un hijo que heredó sus genes, los mismos genes de la libertad que enarbolaron nuestros próceres, José Martí, en su tierra amada, y aquí Simón Bolívar, ese gigante que soñó con la patria grande.

Ese hijo, que desgraciadamente pasó prematuramente a la inmortalidad, llamado Hugo Chávez Frías, tal cual como usted se lo enseñó, recorre hoy al mundo como un caballo desbocado, indetenible, buscando vencer los mismos obstáculos que usted con sapiencia tuvo que vencer, incluso en esas tierras lejanas del Medio Oriente.

Perder un hijo de más está decir que es doloroso. Para usted debió ser, incluso, desconcertante, inmerecido además porque apenas comenzaba a sentirse orgulloso de él, sobre todo por su manera de cumplir al pie de la letra sus enseñanzas, y sobre todo por esa forma peculiar que asumió para enfrentar al enemigo grande allá en el norte.

Estoy seguro y así lo entiendo la partida inesperada de Hugo para usted debió ser una clara puñalada en su corazón, pero sepa que sus genes, sus cromosomas, como los lleva una mujer preñada en su vientre, comenzaron a esparcirse no solo por toda Venezuela, sino más allá de la Patagonia, llegando incluso a la vieja Europa, desde donde hoy se nos ataca, se nos vilipendia, con tal de evitar que la sangre de su sangre siga recorriendo caminos, si es posible hasta los últimos rincones del mundo, en claro reclamo a la libertad y a la autodeterminación de los pueblos.

Que grande has sido Fidel…hablar de tus conquistas, de tus batallas, insisto, pienso que ya no hace falta promoverlas, pues galopan solas por nuestros Continente preñando cada días a más mujeres que te aman para seguir pariendo tus hijos, como lo fue Hugo Chávez. ¡Feliz cumpleaños mi Comandante,…que tu agraciada vida siga por el mismo camino que hasta ahora ha recorrido, sin que nadie haya podido detenerla!

*Periodista

@italourdaneta54

italourdaneta@gmail.com

 



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Ítalo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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