Los resultados de las elecciones de 268 legisladores del pasado domingo 9 de marzo en toda Colombia, no modificaron en nada el sistema político vigentes por muchos años. La democracia liberal acusa los mismos vicios registrados por otros Estados de igual naturaleza; la derecha y el centro político siguen siendo preponderantes en las instancias principales del mecanismo gubernamental; y la izquierda confirma su condición marginal en el curso del proceso social y político.
El mismo diagnóstico hecho sobre decenas de regímenes democráticos liberales en todo el planeta, se puede extender a Colombia: alta abstención, superior al 50%, voto en blanco, fraude electoral, manipulación mediática, compra y venta de votos, prevalencia de dinastías familiares, financiación con ríos de dinero de origen oscuro, privilegios presupuestales y burocráticos, sistemas electorales enmarañados, violencia paramilitar, continuidad de la parapolítica e incidencia de las mafias de la droga. Tantas lacras que hasta el propio Uribe Velez salió a decir, en el colmo del cinismo, que el nuevo Congreso legislativo era ilegitimo porque Santos lo había elegido con "mermelada", manipulación mediática y violencia. Giro que apunta a preparar las condiciones para presionar una Asamblea Constituyente que permita su regreso a la Casa de Nariño en un futuro próximo. No hay que descartarlo dada la audacia y astucia de este lider de la derecha criolla.
El examen pormenorizado de los resultados arroja una cifra favorable para la Centro derecha que representa el Presidente Juan Manuel Santos. En el Senado, los elegidos por los partidos de la U, Liberal, Cambio Radical, Conservador y otros, le permitirán, en caso de ser reelegido, una holgada mayoría para sus iniciativas legales, aunque aquellas que requieran votaciones calificadas, es posible que encuentren obstáculos. La tendencia del expresidente Uribe Velez, denominada Centro Democrática, ha obtenido un importante cupo de 19 senadores, los cuales desplegaran una gestión y un discurso de oposición radical a las conversaciones de paz del Estado con la guerrilla. Los cuestionamientos se enfocaran en asuntos como la impunidad de los delitos de lesa humanidad, la eventual elegibilidad de los desmovilizados, las reformas electorales, el narcotráfico y los cambios agrarios. Es probable que en su obstrucción al gobierno, esta facción coincida con las posturas de Jorge Robledo, el senador con mayor votación individual, quien pertenece al Polo Democrático, una de las tendencias de la izquierda con mayor arraigo, por su protagonismo público y legislativo en temas de trascendencia nacional, como los impactos de los Tratados de Libre Comercio firmados con otras naciones del planeta.
En el futuro inmediato, hacia el 27 de mayo, en que se dará la primera ronda para escoger nuevo Presidente por cuatro años, es posible moverse con la hipotesis de la reelección de Santos, sin embargo la beligerancia de Uribe, su margen de maniobra, hacen lábil dicha conjetura. No parece seguro su triunfo en la primera vuelta obligando el balotaje, con un candidato uribista que sea la simbiosis de tres figuras cercanas al expresidente como el señor Oscar Ivan Zuluaga, pura sangre parapolitica, Marta Lucia Ramirez, del Directorio Conservador y Enrique Peñalosa, el candidato Verde con casi dos millones de votos, quien goza de las simpatías no disimuladas de AUV, por su proyección gerencial y ejecutiva.
En esas arenas movedizas de la política, la que puede ser afectada (o ya está siendo afectada) es la Mesa de Diálogos de La Habana. No digo que vayan a fracasar las conversaciones en curso pero sus alcances reformistas sufrirán un drástico recorte. Seguramente la guerrilla puede darse por bien servida si se conserva lo avanzado y se reducen las expectativas sobredimensionadas por un radicalismo desueto que no entiende la necesidad de cerrar el capitulo de la forma armada de lucha para acceder al poder.
La izquierda repite los fracasos de muchos años. Son mínimos sus logros. El sectarismo, el dogmatismo, el caudillismo, el divisionismo, el canibalismo, su incompetencia mental y su estrecha visión de los problemas de la sociedad, de casi 50 millones de colombianos, son elementos que permiten explicar su marginalidad. La UP fue un desastre electoral, el Polo se salvo de milagro por que supero el umbral electoral, los elegidos por el Partido Verde son figuras mas inclinadas hacia el Centro y el hijo de la señora del "turbante", camuflado en la lista liberal oficialista, sucumbió melancólicamente no obstante la crematistica boliburguesa que lo secundó a manos llenas. A todo esto contribuye el despelote del gobierno "progresista" de Gustavo Petro en Bogota, que en casi 30 meses de mala gestión ha propiciado un gigantesco desastre en el sistema de transporte masivo/Transmilenio afectando millones de personas, especialmente a mujeres de origen popular que reaccionan con mucha ira todos los días. Es lo que explica que el triunfador en la capital, el pasado domingo, haya sido el ex presidente Uribe Velez, quien toma nuevos aires para destruir rápidamente con una revocatoria el mediocre gobierno de Petro.