Renuncian Papandreu y Berlusconi

Nuevo giro en la crisis de la Eurozona

Primero fue la derrota de la jugada del primer ministro griego, Gyorgos Papandreau, que amagó con llevar a una consulta popular el duro plan de ajuste pactado con Ángela Merkel, Nicolaz Sarkozy y el Bco. Central Europeo.

Luego fue la hora de “Il Cavaliere” Silvio Berlusconi, que no soportó la crisis desatada por una deuda pública que representa el 120% de su PBI y que ha desatado, al igual que en Grecia, una enorme ira popular ante las medidas de ajuste que ya ha descargado. Finalmente en Francia, Sarkozy descarga el ajuste más grande de la posguerra. Son graves síntomas que anuncian el fracaso del plan de rescate europeo y del último g-20.

Grecia: de la maniobra a la humillación

El primer ministro Papandreu intentó una débil maniobra. Quiere obtener algo de oxigeno político en medio de un tembladeral, cruzado por brutales medidas de ajuste y enormes huelgas de los trabajadores. Inmediatamente los jefes del imperialismo europeo, la primer ministro alemana Merkel y el presidente francés Sarkozy, pusieron el grito en el cielo: amenazaron congelar la ayuda de 8.000 millones de euros que esta semana tdeben enviar a Grecia para que no entre en default.

La resistencia de Papandreu duró poco, apenas unas horas. Amenazó con abandonar el euro para luego retroceder en chancletas, retirar el plebiscito y llamar a la oposición de derecha de Antonis Samaras a formar un gobierno de “unidad nacional”. Unidad patronal que necesitan para descargar un nuevo y brutal plan de ajuste pactado para que se active una nueva fase del “rescate” griego, por el cual la banca europea le “perdonaría” el 50% de la deuda a Grecia a costa de que esta siga reduciendo brutalmente el nivel de vida de su población, siga con el plan de privatizaciones y despidos en masa de empleados públicos.

Finalmente y luego de armar su equipo, Lucas Papadimos, ex gobernador del Banco Central Griego y ex vicepresidente del Banco Central Europeo, se hará cargo de un gobierno, que tendrá la triste misión de entre otras medidas, reducir 200.000 empleos públicos y bajar un 40% los salarios, para cumplir las exigencias de la segunda etapa del plan de rescate cuyos desembolsos serán hechos el año que viene. Y garantizar el tránsito político hacia las elecciones anticipadas pactadas para el próximo mes de febrero.

Una tarea prácticamente imposible sin una dura derrota al pueblo griego, que ya va por su quinta huelga general, ha perdido toda confianza en los partidos tradicionales y radicaliza permanentemente su lucha.

No es para menos en un país de apenas 11 millones de habitantes, cuya deuda pública actual (360.000 millones de euros) corresponden al 160% de su PBI. Que como consecuencia de los sucesivos ajustes ha reducido su economía en un 14% en los últimos tres años, ha visto reducirse los salarios de sus empleados públicos en un 40% y 30.000 de ellos han quedado en la calle, un tercio de los menores de 29 años no tiene empleo, la edad jubilatoria subió de 60 a 65 años, subieron brutalmente el IVA y los impuestos a la población y tiene previsto un plan de privatizaciones por 50.000 millones de euros.

Ahora la Comisión Europea y los Ministros de Finanzas de la Eurozona le exigen al gobierno de Atenas que ponga por escrito su compromisos de ajuste pactados hace diez días con los representantes de la UE y el FMI so pena de no prestarle un peso y hacer caer en default.

El turno de «il cavaliere»

Si Grecia salía unilateralmen-te de la zona del euro podía generar una corrida bancaria superior a la que se desarrolló con la caída del Lehman Brothers. Grecia, como Irlanda o Portugal son economías “rescatables”.

Pero la economía de Italia, que es la octava potencia del mundo no tiene forma de ser rescatada. Su deuda pública de 1,9 billones de euros representa el 120% de su PBI y los 200.000 millones de euros que el país paga anualmente por intereses de la misma (cuyas tasas vienen creciendo soste-nidamente) se están tornando una plomada que coloca a Italia al borde de la cesación de pagos.

Esto es lo que le ha costado a Berlusconi perder la mayoría en el Parlamento. Así se termina un gobierno que ya venía con un gran desprestigio por sus escándalos de corrupción y festicholas y que parecía destinado a reinar eternamente.

El primer ministro italiano, en un intento de dilatar su partida, ha anunciado su retiro luego de que el Congreso le apruebe el plan de ajuste pactado con la Comunidad Europea, el Banco Central Europeo y el G-20.

El fracaso de la reunión de la eurozona y el G-20

El presidente francés Sarkozy pasó rápidamente de pavonearse con su eslogan para el G-20 “un nuevo mundo, nuevas ideas”, a tener que descargar en las últimas horas un brutal ajuste contra su pueblo destinado a ahorrar unos 100.000 millones de euros a costa de subir la edad jubilatoria de 60 a 62 años, aumentar el IVA y reducir las ayudas para alquilar viviendas a los más pobres en medio de una grave crisis habitacional.

Lo cierto es que la cumbre europea que funcionó en forma paralela con el G-20 en Cannes, diseñó un plan de rescate que pretendía aumentar el Fondo de Estabilización Europea de 440.000 millones de euros a 1 billón. Es que la crisis de Grecia, Portugal e Irlanda ya se fagocitan más de la mitad del fondo original. La especulación era que los llamados países emergentes y EEUU invirtieran en dicho fondo. Como dicen los analistas por estas horas, esta especulación resulto de ciencia ficción. Y los grandes empresarios y gobernantes de los otros países del mundo no están dispuestos ha realizar ninguna inversión que no pase por el FMI, que ha quedado como el gran árbitro del momento.

Si a este cuadro le sumamos la situación del propio EEUU que tiene una deuda similar a su PBI de 14 billones de dólares y cuyas tasas de crecimiento y reducción del desempleo están bajísimas, la perspectiva es bien negra para los centros de la economía mundial capitalista.

Nuestra presidente Cristina Kirchner, líder del “capitalismo en serio”, en la reunión de Cannes se cansó de señalar que el capitalismo es sinónimo de consumo. La realidad es que el capitalismo es sinónimo de ganancia. Y es la reducción muy importante de las tasas de ganancia capitalistas, lo que está en la base de la actual crisis, del desarrollo del capital especulativo cuyos bonos basura siguen tapizando las bóvedas de los bancos.

Por eso la consigna de salvar a los bancos a costa de las conquistas de los trabajadores y los pueblos enfrenta un grave problema. Ni los griegos, ni los italianos, ni los franceses, por solo mencionar algunos pueblos, van a dejar que hundan a sus familias sin dar una fuerte pelea. Hoy la delantera la lleva el inmenso levantamiento griego. Los capitalistas van a intentar seguir avanzando para que la crisis la paguen los pueblos. Por eso podemos pronosticar sin temor a equivocarnos más conflictos, más huelgas, rebeliones, guerras civiles. Más crisis políticas de los partidos y aparatos que han servido para contener a los pueblos. Que oportunidad para los que peleamos por una transformación revolucionaria de la humanidad.



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Gustavo Giménez

Gustavo Gimenez es miembro del Partido Argentino Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) y de la Liga Internacional Socialista (LIS)


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