Solidaridad con Arturo Cubillas

Somos, lo hemos dicho en varias oportunidades, una pequeña organización política que no es vanguardia de ninguna clase ni de ningún sector social en Venezuela ni tampoco pretendemos serlo. Otras organizaciones están mejor dotadas, en múltiples sentidos, que nosotros para cumplir ese meritorio papel en la historia de la lucha política de clases en nuestra querida Venezuela. Simplemente, creemos en los poderes creadores del pueblo como lo simbolizó el gran poeta Aquiles Nazoa; creemos que la lucha incesante de los pueblos es el combate por la vida y la alegría contra la muerte y la tristeza, como lo popularizó el camarada Argimiro Gabaldón; creemos en el marxismo y, por consiguiente, en el socialismo y sus vigencias actuales frente al capitalismo salvaje y todas sus ideologías; creemos en que todo quien intente inventar tiene la posibilidad de errar, pero también de corregir lo errado. Creemos, en fin, en que nada en el universo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento es eterno, porque todo lo que nace es digno de morir, como lo dijo ese célebre intelectual alemán, Goethe. Por eso creemos fervientemente que en la vida humana no existe algo más hermoso que la conquista del reino de las libertades superando al reino de las necesidades. Sólo cuando ya no exista ni un solo vestigio de capitalismo en el mundo entraremos definitivamente por ese sendero ansiado de la historia humana. Y, para poder comprender esas cosas, creemos en que la perfección humana no existe por lo cual todos los procesos revolucionarios en el mundo y en diferentes tiempos jamás podrán ser vistos como inequívocos de comienzo hasta el final; que deben sortear muchos obstáculos sin posibilidad de saltar fases inevitables de desarrollo mientras impere la ley del desarrollo desigual; que se cometen desaciertos porque se desenvuelven en circunstancias concretas que no dependen de las voluntades de las conciencias humanas, pero que con constancia y razonamiento se van corriendo; que la homogeneidad ideológica de una sociedad se conquista cuando estén resueltas todas las necesidades materiales y espirituales fundamentales de los seres humanos; que el socialismo es una concepción científica mucho más global que particular, y que más tarde o más temprano el capitalismo se derrumbará ante la fuerza creadora y solidaria del proletariado mundial convencido que no tiene fronteras nacionales y que su única misión es emancipar a toda la humanidad de todo vestigio de esclavitud social. Entonces, nunca más, volverá ni un solo gesto de violencia social a entorpecer la paz, la libertad, la justicia, la equidad y la solidaridad que reinarán en el mundo para todos los seres humanos.

 Por esa concepción que asumimos es que nos solidarizamos con todas las luchas revolucionarias contra el colonialismo, contra el despotismo, contra la negación de los elementales derechos humanos, porque los pueblos tienen el sagrado deber de hacer valer su derecho a la autodeterminación pensando, primero, en su redención como contribución al desarrollo de la emancipación de toda la humanidad para que nunca más haya esclavismo social en el planeta. El mundo político sabe que el país vasco es víctima de la política colonialista de la monarquía y el Estado españoles. Nuestra organización no sólo repudia ese género de intervencionismo de un Estado en los asuntos de otros pueblos sino que, igualmente, nos solidarizamos con la lucha revolucionaria del pueblo vasco por hacer valer su derecho a la autodeterminación. Más, sin embargo, aclaramos que no somos amantes del método de lucha terrorista, porque éste jamás conduce a la victoria por la redención de los pueblos. Pero, al mismo tiempo, nos oponemos al peor de los terrorismos de este tiempo, el de Estado que con ventajismo grotesco comete toda clase de atrocidades como han podido ser comprobadas al correr de la historia y, especialmente, en las últimas décadas del siglo pasado y del presente. ¿Acaso Irak, Afghanistán, Yugoslavia, Palestina, el Líbano y el mismo país vasco no son pruebas irrefutables de esa cruda verdad que ha llevado al extremo el imperialismo capitalista? ¿Qué Estados, gobiernos, tribunales en el mundo juzgan a los autores de terrorismo de Estado y que tantos genocidios, lesiones, daños físicos y psíquicos, destrucciones, ostracismos y frustraciones han causado en el mundo? ¿Qué Estados, gobiernos o tribunales del mundo han juzgado a los soldados y mandos de las fuerzas armadas de España que han ido a cometer crímenes de lesa humanidad en otras regiones del planeta por solidarizarse con el terrorismo de Estado estadounidense?, o ¿a cuántos soldados y mandos estadounidenses, cometedores de crímenes atroces, terroristas de elevado nivel de perversión social. han sido juzgados por los tribunales celestiales de la administración de justicia jurídica española?

 La atroz campaña, para tapar sus crímenes contra el país vasco, que adelanta el Estado español no tiene por qué sorprender al mundo político de hoy. El Estado estadounidense entrena, prepara, subsidia a fuerzas armadas y cuerpos de seguridad de otros países en teorías y prácticas de terrorismo de Estado, terrorismo de grupos y hasta de terrorismo individual. ¿Es esto una mentira? Nadie tiene derecho, según los voceros del imperialismo estadounidense, a criticar esa solidaridad entre los Estados o gobiernos capitalistas, pero sí le caen encima a los lazos de camaradería entre los revolucionarios cuando hacen uso de los valores del internacionalismo proletario. Claro, con ello no estamos avalando que el camarada vasco Arturo Cubillas haya realizado labores de preparación de terrorismo. Pero, lo expusimos en opinión anterior y publicada, que los revolucionarios tienen el sagrado deber de estrechar sus lazos políticos, sus relaciones de solidaridad para combatir en común a los grandes y acérrimos enemigos de la libertad, del derecho a la autodeterminación de los pueblos, de la justicia y la equidad.

 Actualmente, el Estado español pretende, por completo, en convertirse en la gran y única Celestina de la justicia jurídica en el mundo entero. Los tribunales españoles, según el Estado y la monarquía españoles, se cree con la potestad divina de ser juez, fiscal y carcelero al mismo tiempo para juzgar a todos aquellos que osen practicar luchas por sus derechos elementales y que son negados por el capitalismo salvaje. Con el hipócrita cuento de haber pretendido juzgar al ya extinto bonapartista y criminal Augusto Pinochet (conste: no por los miles y miles de chilenos y chilenas que asesinó, sino por unos pocos españoles que fueron víctimas de la represión pinochetista) se creen con derecho de haberse ganado el don divino de la perfección en la aplicación de la justicia jurídica en el planeta. ¿Acaso el juez Garzón no ha participado directamente en la tortura de detenidos vascos? ¿Quién juzga a Garzón, el juez de las mil y más maravillas, por su horrenda profesión de torturador físico y mental?

 Nosotros nunca hemos hecho vida militante con el camarada vasco Arturo Cubillas, pero varios de nuestros militantes lo conocen personalmente, lo han tratado, han tenido relaciones de camaradería con él, han participado juntos en algunos eventos políticos y artísticos, y nada pueden decir de haber descubierto en el camarada postura terrorista de alguna naturaleza. Por supuesto, que ningún tribunal inquisidor pueda dar credibilidad a nuestros testimonios. De estas verdades irrefutables son testigos otras organizaciones revolucionarias hermanas. No sabemos si algunos vascos han pasado por Venezuela y el camarada Arturo Cubillas les ha tendido sus manos solidarias para que no se encuentren abandonados o acéfalos de solidaridad revolucionaria en el exterior. Si lo ha hecho, lo felicitamos por ello y nosotros haríamos lo mismo sin que ello signifique un compromiso integral con el terrorismo. Si no lo ha hecho, ya eso es un problema de su propia competencia y de su conciencia, en lo cual no poseemos ningún género de autoridad para inmiscuirnos en sus pensamientos y acciones personales.

 Sabemos que el mundo se guía, en gran medida, por las relaciones diplomáticas entre los Estados o gobiernos. La diplomacia del capitalismo es siempre secreta en provecho de los grandes intereses económicos de sus poderosos monopolios expoliadores de riqueza ajena, mientras que el socialismo ofrece la oportunidad de la diplomacia pública como fuente germinadora de la amistad y de la solidaridad. Por ello respetamos la posición del gobierno venezolano en relación con las investigaciones que practicarán en relación con las actividades políticas del camarada vasco Arturo Cubillas, y que estamos seguros terminarán concluyendo en la inocencia del acusado ante la macabra y mal intencionada solicitud del Estado español.

 Nosotros, como organización política de izquierda y creyente en el marxismo y el socialismo, no sólo nos solidarizamos con el camarada vasco Arturo Cubillas y su inocencia, sino que, igualmente, nos solidarizamos con el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco y condenamos la política colonialista del Estado español, precisamente, encabezado por un “socialista” como el presidente Zapatero. Si ese es el socialismo: ¿Qué es entonces el capitalismo?

 Ningún Estado, ningún gobierno que pisotee el derecho de autodeterminación de otros pueblos, puede ser ni democrático ni libre. Es, simplemente, despótico y criminal. Pregunte el mundo a los vascos ¿si España los ha liberado de todo esclavismo social o los mantiene colonizados?

¡Viva el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco!

 

¡Abajo la política imperialista del Estado español!

 

¡Viva la solidaridad con el camarada vasco Arturo Cubillas!

 

¡Viva la solidaridad con todas las luchas revolucionarias contra el capitalismo y por el socialismo!



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El Pueblo Avanza (EPA)


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