Escribió
en la tercera década del siglo pasado el Camarada Mao Tse Tung (Obras
escogidas, Tomo II, líneas políticas, medidas y perspectivas) lo siguiente:
“La consigna de unirse con toda sinceridad y hacer frente a las vicisitudes
de la crisis nacional o coyuntura política no debe limitarse a bellas
palabras, sino que ha de traducirse en hermosas acciones que permitan
la victoria popular. La unidad debe ser verdadera; es inadmisible proceder
con engaños y estratagemas. De nada sirve en efecto los cálculos mezquinos,
las triquiñuelas, el burocratismo. Ineficaces en la lucha contra el
enemigo, son realmente ridículos cuando se emplean contra los propios
compatriotas. En todo caso, hay unos principios fundamentales y otros
secundarios, y los últimos deben subordinarse a los primeros. Nuestros
compatriotas deben considerar seriamente las cosas a la luz de los principios
fundamentales, pues solamente así podrán orientar correctamente sus
ideas y acciones. Hoy, todo aquel que no tenga un mínimo de sinceridad
con respecto a la unidad, aunque nadie se lo reproche ha de sentirse
avergonzado al examinar su conciencia en el silencio de la noche”.
Sin lugar a dudas, el acudir el Comandante Hugo Chávez Frías a unos
de los principios fundamentales del sustrato ideológico de nuestra
revolución bolivariana como es la democracia directa, al seleccionar
como método de escogencia de los candidatos a diputados de septiembre,
las elección de primer grado con la libre participación de las amplias
mayorías de las bases del partido, no solamente viene a evidenciar
una vez más, que nuestro jefe máximo actúa como piensa y habla y
piensa y habla como actúa, sino su condición de genuino demócrata,
y por encima de todo la cualidad más importante de este proceso revolucionario:
que el poder reside en el pueblo, quien asume aquí sin discusión,
un rol verdaderamente protagónico y participativo como nunca antes
lo había desempeñado en partido alguno.
Podrá
alegarse que el método de votaciones primarias es arriesgado, ya que
vivimos todavía en una sociedad capitalista, donde muchos son esclavos
del amor propio y el interés egoísta, que se corre el riesgo de que
se exacerben las pasiones, las ambiciones, los apetitos personales y
la lucha de tendencias y grupos lo que dejaría una brecha profunda
entre vencedores y vencidos, estamos seguros que esto es cierto para
los partidos de la burguesía, cuyas contradicciones internas son insuperables,
pero nada de lo mencionado ocurrirá en el PSUV, sencillamente, porque
quienes aquí militamos, hemos internalizado en nuestras mentes y corazones,
el carácter decisivo de este combate electoral que tenemos por delante,
el cual bajo ninguna circunstancia podemos perder, ya que implicaría
la perdida de todos los avances revolucionarios que las masas populares
han alcanzado hasta ahora, por una parte y por la otra, la derecha apátrida
y lame suela del imperialismo, sin discusión, quiere eliminarnos del
mapa y esto implicaría la guerra civil, porque los revolucionarios
no somos mochos ni pendejos para dejarnos matar como pájaros bobos.
Por
último, es oportuno recordarle a la dirigencia y militancia del PSUV,
que es importantísimo desde del orden estratégico y táctico dejarles
un espacio a los partidos aliados, por los demás, sin duda, hay cuadros
revolucionarios en estas organizaciones cuya participación en la Asamblea
Nacional es de relevante importancia. Con sólida unidad, con diversidad
en la teoría y unidad férrea en las acciones, construyamos todos la
Patria Socialista.
¡Patria Socialista
o Muerte, Venceremos! ¡Viva el gran Timonel, Comandante Presidente
Hugo Chávez Frías!