Participacion y Reforma Constitucional

Ya durante el siglo XVIII Jean Jacques Rousseau, en su obra “El Contrato Social”, consideraba necesario la intervención de los ciudadanos en el proceso de tomas de decisiones públicas, de modo que no se limitara a participar en elecciones. Rousseau describía la participación como un proceso de aprendizaje necesario, para sentar las bases de un contrato social. Desde los tiempos de Rousseau, hasta nuestros días, la participación ciudadana ha sido vista como un enemigo peligroso para los gobernantes y el poder absolutista del Estado; de allí, que en el umbral de éste nuevo siglo, la participación sea vista como el núcleo central del desarrollo y de la gerencia moderna.

Aquí en Venezuela, las experiencias participativas tienen cierta relevancia a partir del inicio de la instauración del régimen de democracia representativa, que conocerían los venezolanos después de 1958, y de forma muy particular con la promulgación de la Constitución de 1961. Con el desarrollo de éste ordenamiento jurídico y las iniciativas impulsadas por los partidos políticos que acompañaban este proceso de “cambio democrático”, Venezuela incorpora exitosas experiencias de participación; pero, pagando el precio de un amplio clientelismo político, que a partir de la década de los 80 hizo crisis en el sistema político y social.

Este incipiente proceso participativo con predominio del hecho político partidista, pudo sostenerse gracias a la renta petrolera, ya que ella permitió satisfacer parte de las necesidades que demandaba la población; pero al no vincularse a los distintos procesos económicos productivos, que por sus característica y enfoques neoliberal, incrementó los nivele de pobreza, hasta hacer inviable el mismo sistema político, que había abierto los primeros espacio de participación en la era democrática.

En medio de esta inversión de valores en torno a la participación y las formas democrática de su ejercicio, la sociedad venezolana y los actores políticos promotores del cambio se anotaron algunas victorias, y a partir del 1989 entra en vigencia un conjunto de leyes, entre las que se destacan: la Ley de Elección y Remoción de Gobernadores, la Reforma de la Ley Orgánica del Régimen Municipal, y la Ley Orgánica de Descentralización, de Limitación y Transferencia de Competencia de Poder Publico. También se incorporaron otras iniciativas legislativas que contribuyeron al hecho participativo y democrático, afianzando con esto, el proceso de descentralización que se había iniciado en la década de los 80. Leyes como la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (FIDES) y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales (LAEE), se inscribieron entre los esfuerzos normativos que buscaban dar repuesta al reclamo democrático de la población, que seguía excluida del sistema político y de la tomas de decisiones en el marco de la planificación y la administración pública.

Con la llegada al poder en 1998 del actual presidente, Hugo Chávez Frías, se produce en definitiva la ruptura con el viejo sistema político, el cual venia operando desde 1961, y donde la población utilizaba los mecanismos de participación, fundamentalmente a través de la partidización de sus propios organismos gremiales y comunitarios. Desde el ejecutivo, el Presidente Hugo Chávez, inicia el proceso Constituyente, para elaborar una nueva Constitución que incorporaría los mecanismos de la democracia participativa y protagónica del pueblo venezolano en la toma de sus decisiones.

La novísima Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, establece entre sus principios que: “El Estado venezolano será Federal, Descentralizado, y con un Sistema Político Democrático y Participativo”, acercando con ello, las estructuras del Estado a la población y dotando un conjunto de preceptos constitucionales y legales, que se orientan al desarrollo de una sociedad democrática, participativa, protagónica y pluralista, en un Estado de justicia, federal y descentralizado.

La revalorización de la participación en el campo social, desde la óptica de la Constitución Bolivariana, se inscribe en un proceso más generalizado, donde están cambiando fuertemente las percepciones respecto a los aportes de la participación a la gerencia pública, y que consiste, en como obtener eficiencia en las organizaciones a través de la participación de los ciudadanos en todos los niveles de decisiones, estén las mismas vinculadas o no a la actividad gubernamental.

Ahora bien, la participación no se decreta desde arriba, ella implica un largo proceso de aprendizaje, y se transforma en un hecho cultural. Sus frutos no se obtienen de inmediato, y como proceso implica una cotidianidad; de allí que sea necesario conferir mas poder a las comunidades, al pueblo, esto hará más eficiente la gestión del Estado y contribuirá enormemente a superar las carencias de la sociedad.

Quienes se oponen a la participación y la reforma misma, se convierten en un obstáculo para el desarrollo de la sociedad y la misma democracia que dicen defender. De allí, que lo más identificado con una política de cambio social, dentro y fuera de las organizaciones partidistas, en las instituciones del Estados y al margen de ellas, sea el hecho participativo. Es por ello, que uno de los aspectos más relevante en esta Reforma Constitucional, sea lo atinente a las nuevas figuras participativas que está proponiendo nuestro Presidente, en su Articulo70: “ Son medios de participación y protagonismo del pueblo, en ejercicio directo de su soberanía y para la construcción del socialismo… los consejos del Poder Popular (consejos comunales, consejos obreros, consejos estudiantiles, consejos campesinos, entre otros), la gestión democrática de los trabajadores y trabajadoras de cualquier empresa de propiedad social directa o indirecta, la autogestión comunal, las organizaciones financieras y micro financieras comunales, las cooperativas de propiedad comunal, las cajas de ahorro comunales, las redes de productores libres asociados, el trabajo voluntario, las empresas comunitarias y demás formas asociativas constituidas para desarrollar los valores de la mutua cooperación y la solidaridad socialista”. Como se ve, en el camino de la participacion, ya llevamos un largo trecho; el mismo, nos acercará al sitio deseado: el socialismo.

douglas.zabala@hotmail.com


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Douglas Zabala


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