Transición e ideología

La transición, o paso de una a otra etapa, para bien, para mal, para ambos, es muerte de algo, el paso a un movimiento, circunstancia o condicionamiento nuevos, en sustitución de algo viejo. La vida humana a veces es poca para una transición, otras, mucha, para traumáticas transiciones: las guerras por ejemplo.

Hace un año que se le dio un “cacerolazo ético” al cumpleaños de Caracas, que no se celebró por razones de principios. Entonces se habló de la batalla de Maracapana, que fue lo que se dio ese día de 25 de julio de 1567, con la derrota de la coalición aborigen al mando del jefe Tiuna, puesto que Guacaipuro no pudo asistir al determinante encuentro. Que el 4 de marzo del año siguiente, fue cuando se dio la fundación de la ciudad, dedicándosela al santo vencedor de la contienda, Santiago Apóstol. Que el único documento en referencia es uno de Garci González, el existente y referente a los hechos mencionados. El artículo nada tiene que ver con la estación de tv, aunque sí en su denominación, por ser vestigio ejemplar de lo que se titula. Para la historia, referencia trasparente de una transición.

Don Juan Gabriel de Ávila, alférez de Losada, fue un carnicero conquistador, acaso el primer latifundista de la región. La obsesión por el oro no trajo peregrinos, sino verdaderos asesinos para asegurar los territorios conquistados. Cárceles enteras de delincuentes de toda ralea fueron desalojadas para ocupar las naves completas de conquistadores de América, desvastando cual langostas, todo a su paso. No fue una excepción el alférez, que astutamente se encargó del único caño que proporcionaba el codiciado metal; Caño Amarillo lo bautizaron, y tal cual su antiguo socio, Juan Rodríguez Suárez, tenía pozos ocupados de perros cebados con carne de aborígenes del Waraira, en su gula aseguró que la montaña arrebatada a los mariches y toromainas, era de su pertenencia, encargando a sus hombres, la desaparición de todo aborigen que osara internarse en “sus” predios, so pretexto de ser acusado de bandido. La verdad es que, huyeran o no adonde lo hicieran o no, siempre eran “bandidos”. Es la única queja, por ser la denominación, prueba inefable del término Trancisión.

¿Qué ocurre si el nuevo status, continúa perpetuando los signos de colonización subliminal, por razón de su ignorancia? Que no hay ningún paso, acaso el perpetuar la Trancisión. Aceptar el error es señal de cambio. Madurez porque es escuchar. Escuchar es Revolución. Trancisión en camino a su final. A pesar de verse simple, el escuchar se lleva generaciones también.

Pues el ejemplo es apenas una arista risible. Todo es ideología, es lo más claro que he escuchado en los últimos tiempos. Mc Donald, dice el presidente, es una mampara de ideología. Añado yo: Ejemplo de transición: las colas rojas rojitas que se hacen en los Mc Donalds luego de nuestras multitudinarias manifestaciones. LA CORRUPCIÓN, TRÁFICO DE INFLUENCIAS, GUARIMBEOS, por un lado y tan campante la vista gorda. Peor aún el delito.

Sin embargo no hay una ideología que de alguna manera compruebe mediáticamente que la cobardía es tan o peor que el delito encubierto. Y no es ser policía. Por ejemplo: enseñar agradecer donde se ha dormido, es buen pié para el buen humor, el resto del día. Tácitamente es NO PERMITIR interferencia a esa “onda” que rompa esa relación que acompaña al hermano donde vaya. Niño o adulto.

El ejemplo es por supuesto un soslayo infantil. La ideología es hechos contra un hacer-estructural que ya funciona. El consumismo una de sus terminales. Nueva Urbanidad para el nuevo hombre. Traten de brindar un cafecito, sólo porque les salió del forro, verán que es tan difícil como ir al frente de batalla.

Y si, sí hace falta una ideología-gotero vía mediática URGENTE. El hombre nuevo es compañía, sonrisas, inocencia. La libertad de prensa contra libertad de coloniaje, pues no es solo contra los dueños. El monstruo se lleva dentro. Ideología es pues, desde nueva teología, hasta instrucciones de nuevos juegos. La mujer está montada en esta arriesgada trancisión, se catapulta a través de vías sólo para hombres, y está aún relegada en las migajas de la noche masculina y trashumante. La mujer es sexo es lo que ves. Choque estridente más que lucha de clases. Falta de amor propio. Realmente, nueva educación.

Hasta allí dejo la lucubración. Se puede continuar escribiendo como tesis. Pero esto es solo reflexión.


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Arnulfo Poyer Márquez


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