El gobierno de Donald Trump II en sus primeros pasos de política hacia América Latina acaba de iniciar agenda con su par en Venezuela. Efectivamente, ha sido con el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros, juramentado ante la Asamblea Nacional, período 2025-2031 y no con quienes se autodefinen como fuerza mayoritaria política en el país a los cuales, les sumamos, vienen suplicando al mandatario estadounidense el desconocimiento de quien fue electo por medio de los votos el pasado 28 de julio.
En tal sentido llegó a Caracas el enviado especial de Trump tras conceder el presidente Maduro la petición de audiencia a Richard Grenell. A su arribo se trataron cinco puntos de gran interés para ambas naciones. Las mismas fueron consideradas por parte del gobierno venezolano como Agenda Cero y no fue otra cosa sino permitir el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterales y la defensa de los derechos e intereses irrenunciables.
Entre esos puntos abordados en el encuentro en Miraflores fueron: migración, impacto negativo de las sanciones económicas contra Venezuela, ciudadanos estadounidenses incursos en delitos en territorio nacional, integridad del sistema político venezolano y ratificación de la necesidad de darle un giro a las relaciones bilaterales.
Para efectos nuestros y ante la situación con que el tema de las migraciones viene haciendo sonar el pito de la olla de presión es que nos centramos en dicho punto.
De ahí medios informativos señalen unos 600.000 venezolanos serían deportados desde tierras del “coloso del norte” tras la suspensión del Estatuto de Protección Temporal (TPS) que, desde la campaña presidencial pasada estaba en la mira. Sin embargo, un hábil Trump supo manejarse en el discurso electoral y atrajo buena cantidad de votos latinos. En especial, el de venezolanos, amparados bajo argumentos manipulados como el de perseguidos por el “rrrégimen” de Maduro.
Ahora todo eso ha cambiado. Luego de leer, ver y escuchar cualquier cantidad de propaganda negativa contra la Venezuela Bolivariana en donde se intensificaron contenidos de invasión, magnicidio, guerra y asesinato a mansalva los numerosos seguidores del clan Guaidó, López, Borges, Ledezma, Smolansky, Pizarro, Maricori y González Urrutia no chistan. Tales mensajes llenos de odio y arrogancia desaparecieron de las redes sociales.
En este sentido, situándonos en la llegada de Grenell ya por lo menos hay un primer aviso por parte de un Trump haciéndose “maduro”. Nos explicamos sin llegar a creer varíen mayores cambios de las políticas agresivas hacia nuestro país donde el petróleo sirva de amortiguador a tales efectos en procura de alcanzar ingresos en divisas. Por consiguiente se asoman flexibles negociaciones en ese sector. Es razonable el presidente del “coloso del norte” -aprovechamos el cambio de esta frase por “el goloso” para así resumirla y evitar hacerle propaganda a ese país en tópicos políticos- considere la oposición extremista venezolana como perdedora. No posee ni asoma fórmula ganadora. Está peor que la última edición del equipo de baseball Medias Blancas de Chicago. Y Trump parece indicar con estos primeros actos “no volver a tomar esos caminos”.
Estamos claros, el imperialismo del cual el pueblo venezolano busca liberarse se mantiene en su línea férrea de ver América Latina dividida. La necesita así para extraer fácilmente sus riquezas del subsuelo, el agua, la madera e, incluso, los talentos humanos al servicio del hegemón y no de un mundo donde se balanceen las economías.
El tema de los migrantes en tierras del “goloso” no está tan sencillo para ellos. En los campos y procesamiento de alimentos la mano de obra ha estado particularmente en personas sin documentación legal.
Para concluir, el negocio de la extrema derecha venezolana con los connacionales se ha venido a pique y la Usaid exige cuentas al entredicho grupo de “libertadores pseudo demócratas” que de la noche a la mañana “susurran” por España. Si Trump II parece madurar en sus relaciones con la extrema derecha venezolana veremos cuál es su salida a las peticiones de deportar venezolanos a un tercer país como lo piden estos sempiternos embaucadores de oficio.
Ahora Entérate
deharinasygorgojos@Pan.com.- De los interiores de empaques con motivos navideños de harina de maíz marca Pan están apareciendo “coquitos”. En efecto, los gorgojos fueron en enero el componente adicional de la harina de Lorenzo Mendoza compradas en establecimientos comerciales de gran demanda. Definitivamente Mendoza debiera explicar el vencimiento de su producto estrella con presentación reciente, pues, se supone vigila su producción o es que viene perdiendo espacio en el mercado nacional. Hay que recordar en 2020 y 2021 Lorenzo era amo y señor de las harinas y no le importaba quiénes o no, comían arepas en Venezuela. ***Hasta la próxima***
