Sin perder de vista a lo que el canciller Yvan Gil señala como victorias diplomáticas al intercambio de prisioneros que logró salvar a Alex Saab, el diálogo con Guyana que prorrogó el debate limítrofe para fechas inciertas. Las visitas presidenciales y la búsqueda de reactivación del abandonado ALBA.
Es importante también, contemplar los contextos de tales eventos, para ser considerados victoriosos.
Biden está concediendo indultos a los consumidores de mariguana y el FBI investiga a los colaboradores de Guaidó, pero al pícaro lo deja jugar tenis tranquilamente. Y pretende garantizar los acuerdos petroleros y gasíferos de las empresas norteamericanas y las de sus aliados: Chevron, ENI, Shell y Repsol, en Venezuela y presentar una cara negociadora a los votantes, frente a las derrotas militares en Ucrania, Gaza y en el mar Rojo y camuflar su complicidad con Israel en el genocidio palestino.
Decir que “en la revolución es vital no abandonar a los venezolanos, donde quiera que estén” es paradójico, cuando hay millones de venezolanos ambulando por ciudades centroamericanas abrazando sus críos y con carteles pidiendo ayuda o en refugios para pordioseros en Estados Unidos o detenidos en cárceles sur americanas o del caribe, muriendo ahogados en las peligrosas travesías hacia las islas del Caribe.
Hablar de éxitos diplomáticos en ese contexto, parece muy infantil o estúpido.
Algo similar sucede con el diálogo por el Esequibo. Cuando Inglaterra o Reino Unido sale a defender sus intereses en el Esequibo, movilizando buques de guerra frente a las costas de Guyana y Estados Unidos prepara ejercicios militares con Guyana, cual es el éxito diplomático.
Las visitas presidenciales es cuestión de rutina diplomática.
El ALBA, fue el proyecto internacional insignia de Hugo Chávez, que mejoró la comercialización del petróleo y sus derivados en muchos países de América Latina y mejoró el intercambio y flujo recíproco de mercaderías entre los países afiliados. Este proyecto se estancó con Maduro.
El éxito para Maduro, es conceder licencias a empresas norteamericanas y europeas para que exploten el gas y petróleo venezolano. Por lo tanto, mientras enfermeras exigen mejoras salariales, los viejos de la tercera edad necesitan mejoras en sus pensiones y los trabajadores demandan mejoras salariales. Venezuela, poseyendo inmensos recursos naturales y humanos para vivir bien, permite que sus ciudadanos se vayan del país a sufrir.
Ahora bien, para que esas cosas sucedan a los venezolanos, No hay otra explicación que definir los éxitos diplomáticos y la forma de gobernar como una miseria política.
