La clave para comprender porque en nuestro país no hay derechos civiles, ni políticos, es precisamente por la práctica dictatorial ejercida en todas las instituciones venezolanas.
Observar por ejemplo a las fuerzas armadas vociferando consignas refiriéndose a Chávez y el Socialismo o entrar a una oficina pública y encontrarse con un afiche de Chávez y Maduro comparados con Simón Bolívar y Sucre, más que un irrespeto al libre pensamiento, es ofender a nuestros héroes venezolanos.
Algunos analistas políticos que dicen ser neutrales o liberales, siguen hablando de democracia en una nación que desde hace más de 23 años se impuso la autocracia, el autoritarismo y la militarización.
El miedo del gobierno a un candidato único de la oposición les obliga a impedir por todos los medios posibles, que las primarias del 22 de octubre se realicen, pues una asistencia masiva a las mismas, sería la demostración de que Maduro y el chavismo serán derrotados en las elecciones presidenciales y eso ellos no lo van a permitir.
El abuso de poder no solo está en partidizar las instituciones publicas, sino, que el propio gobierno desacata la Constitución.
Estamos en un régimen de intolerancia dónde no se respetan los derechos políticos.
Para el próximo proceso electoral presidencial debe existir una sola tarjeta de referencia y un candidato único de la oposición para terminar de una vez con la tragedia que vive Venezuela desde 1998. Deben establecerse pactos y alianzas guiados por un solo proyecto de gobierno para la reconstrucción y recuperación institucional y económica del país.
