La objetividad y el “Estado de Bienestar”: contestando dos preguntas

La primera, ¿Qué significa ser objetivos?

En política, para los marxistas (no de forma exclusiva) ser objetivos es acción y pensamiento. Es tomar decisiones y actuar de cara a un objetivo político, basados en los datos de la realidad, conscientes de que esta realidad deviene, cambia, se mueve, y sobre todo de que podemos equivocarnos, que el sujeto que conoce (nosotros) pueda que no tenga sus sentidos en condiciones óptimas y prejuzgue sin saber; es, entonces, someternos de forma continua a la crítica y la autocrítica. Marx lo llama la "praxis", o dialéctica entre la teoría y la práctica política: la teoría, como la luz que ilumina el camino de las prácticas políticas y la práctica política, como lo que nutre a la teoría para fortalecerla, ajustarla o perfeccionarla.

En el mundo del periodismo, o de la comunicación social, ser objetivos es un asunto más complicado, porque se trata de otro producto del poder. En el mundo democrático burgués es una profesión y una forma de hegemonía, no es un ejercicio intelectual espontáneo. Si así lo fuera, seguro se ejercería sin la pretensión o petulancia de la objetividad, ofreciendo modestamente un punto de vista personal sobre un hecho, persona, obra, etc.., aun siendo una forma de reportaje, una entrevista, etc. Pero la comunicación social es tarifada por el poder (o poderes) y un negocio; no se puede considerar ni siquiera una ciencia social, a pesar de sus métodos, deontología y demás atavíos seudocientíficos. En el mercado de la información el consumidor que busca objetividad se debe hacer su propia verdad sobre el piso de sus creencias o prejuicios. Es importante saber en qué se cree, es decir, antes de juzgar un hecho como verdadero hay que tener conciencia de lo que son nuestras creencias, para luego confirmarlas o cambiarlas, pues nuestra "ciencia", siendo "objetos" de las noticias y la información en general, son solo actos de fe, depende de prejuicios adquiridos y eso hay que saberlo y considerarlo a la hora de juzgar la verdad.

Hasta ahora podemos dejar en claro que tanto el político como el consumidor de información deben tomar partido, tener ideales o convicciones para juzgar la realidad, para poder ordenarla y contrastar contra las propias creencias y así obtener por lo menos un lado de la verdad, la misma que todos buscamos poseer, como Calígula a la Luna.

En el campo de las "ciencias positivas" se cree que la objetividad es irrefutable, puesto que estas pretenden conocer el método universal para hallar la verdad (matemático, lógico, lógico experimental, etc), pretende poder reducir los datos de la experiencia a modelos incontrovertibles; modelos y métodos que se "asumen" como anteriores a la existencia misma de la razón humana, es decir una verdad anterior al "sujeto de conocimiento" (del sujeto que conoce), se trata del "platonismo" moderno hecho ciencia y una forma efectiva de dominación; formas universales que algunas inteligencias (pocas privilegiadas) rescatan del más allá no se sabe exactamente cómo, a la hora de hacer política, psicología, sociología, antropología, lingüística y similares. Marx y Nietzsche, los dos pensadores que usan la historia humana como método, lo llamarían pensamiento metafísico, un pensamiento metafísico que se ha "enseñoreado" en el tiempo.

Lo que usualmente se conoce como ciencia o "científico", o dato "objetivo", resultan ser datos, modelos y métodos precarios, con una carga "ideológica" fuerte que, no en pocos casos, invalidan la objetividad de tales recursos científicos, y por supuesto, los mismos objetos de estudio, como formas de la verdad (son deshonestos): ¿Quién desarrolla una psicología conductual si no quiere controlar la conducta de los demás?, ¿quienes defienden las teorías del "progreso" si no quieren justificar un orden o poder establecido?, el positivismo lógico o la filosofía analítica mediante una lógica simple, con la cual se pretende fundamentar y justificar el enseñoramiento de una clase social sobre otra y al capitalismo; una lógica muy efectiva para construir un motor o hacer la guerra, pero demasiado simple o muy pobre para justificar la esclavitud, la propiedad privada, la acumulación originaria del capital; la misma teoría de la evolución de Darwin pero para justificar una selección positiva dentro de los seres humanos, como lo hizo Hitler. Las ciencias positivas, más que objetivas, son tecnologías, son herramientas ideológicas, son limitadas y caducan como todo en la vida.

La segunda pregunta, ¿Por qué el "Estado de Bienestar" social está destinado a desaparecer?

Fácil, porque el "Estado de Bienestar" (o socialismo nórdico) solo ha sido posible en países capitalistas, colonialistas altamente desarrollados, y éstos siguen ahora el destino del desarrollo natural del capitalismo, la acumulación y concentración del capital y sus consecuencias; la privatización de la economía, la pauperización de inmensas masas de trabajadores convertidos en "nuevos esclavos", la explotación de migrantes, otros "nuevos esclavos", junto a la devastación del planeta… y un poco más allá, el fin de la humanidad...

El capitalismo a este nivel de desarrollo funciona como un agujero negro. La LÓGICA del capital, del CAPITALISMO, obligó a Inglaterra (la del señor James Callaghan, el último representante del Estado de Bienestar en ese país, antes de la Thacher), a países como Suecia y luego a Noruega, a privatizar sus economías en favor de los grandes capitales, los cuales se concentran y se concentran, se acumulan y se acumulan cada vez más (alimentando tumores como la OTAN y el fascismo). El "Estado de Bienestar" no es una opción frente al capitalismo porque éste se lo chupa, la única opción válida para vencer al capitalismo es su negación total, es el socialismo, ir por el egoísmo mezquino y vencerlo; socialismo "establecido y practicado", una revolución socialista real. De resto, nos queda perecer como sociedad, como especie, mientras un pequeño grupo de locos se iría a la conquista de la luna, o de Marte, o a pudrirse en la órbita de algún planeta, "perdidos en el espacio", pero como basura espacial.

Racionalizar la producción y el consumo, planificar la economía y distribuir la riqueza de forma equitativa, cambiar la lógica del capitalismo, los valores burgueses de consumo y ostentación, voltear la tortilla…



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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