Navidades 2021

Estas Navidades 2021 son de alegría y esperanza, comenté recientemente a mi primo Miguel Mata al encontrarnos casualmente días atrás en una calle de Barquisimeto. Ello al responderle su pregunta, que no es sino un lugar común en los saludos típicos e intrascendentes acerca de cómo me preparaba para el 24, de tradicional encuentro familiar. Simple anécdota que tal vez expresa un estado de conciencia, una percepción subjetiva sobre cómo nos afecta la realidad del entorno. Sobre todo hoy en el marco de la contracción económica y crisis social que padecemos en Venezuela desde hace ya al menos seis o siete años, cuyas variables no vamos a analizar aquí, porque implicaría detenernos en ciertos indicadores de gestión, diseños de políticas, corrupción administrativa; sino mencionar que se agravó, tanto por las sanciones a las cuentas de la república, que ya ni las agencias internacionales se atreven a negar, como por la pandemia del coronavirus o covid-19 que ralentizó toda la economía mundial.

Por lo que nos ha parecido una crueldad extrema las "medidas unilaterales y arbitrarias" aplicadas por gobiernos indudablemente imperialistas como Estados Unidos, la Comunidad Económica Europea y otros aliados subsidiarios contra este país tenido como "amenaza inusitada y extraordinaria" o no sé qué toras zarandajas más que respaldan aquí adláteres de medio pelo; en realidad unos corruptos y corruptores con personajillos abyectos, que lo que dan es asco. Todo eso ha tenido un efecto devastador que recoge la expresión "daño antropológico" del padre Infante SJ.

La crisis de servicios públicos como la electricidad o luz, gas, salud, agua potable, educación que, en general, requieren suministros y partes extranjeras, sintetizan lo ya señalado; el gobierno, ha comentado el presidente Maduro ha tenido que "hacer triangulaciones" y apoyarse en el "secretismo" para que los suministros básicos: alimentos, medicinas, gasolina, entre otros, no puedan ser saboteados. Y quienes han cooperado están amenazados o presos, caso Alex Saab.

Porque, de hecho, y según reportes de la prensa el Pentágono-USA admitió en estos días de fin de año que incautó varios barcos-tanqueros con más de dos millones de barriles de petróleo en mares internacionales, que venían a Venezuela.

Qué lamentable que ese organismo monstruoso (Vladimir Acosta, dixit) que en sí es el gobierno corporativo USA y parte de la "América profunda" (¿) promueva ese tipo de guerra económica entre la que destaca el pillaje y el sometimiento de pueblos por hambre y enfermedad (torcer el brazo, llamó a eso Obama, un sujeto enigmático). Rendición que ha encontrado en pueblos valientes como el venezolano, el cubano, nicaragüense, entre otros, una inmensa resistencia. Lo que no niega que nuestras familias se hayan visto gravemente afectadas y nos hemos distanciado, como decía estos días un celebrante en una misa de aguinaldo: ya no hay familia que no tenga un hijo o sobrino en otras tierras, aunque a muchos les ha ido muy bien por esos mundos de Dios.

Una operación frecuente entre las economías deprimidas, donde las más dinámicas suelen atraer flujos de población de las primeras buscando salidas y, por su puesto, de ello se han beneficiado los susodichos aliados internos de tales gobiernos imperiales o sus aliados (USA, CEE, Colombia, por ejemplo). En realidad, unos homúnculos que, por cierto, se han apropiado de importantes activos de la república en el exterior (Monómeros y otros). y, al parecer, tienen un inmenso poder. Aunque ahora andan por ahí con lágrimas de cocodrilo o alaridos de hienas, en verdad son más peligrosos, repulsivas y moralmente más bajos que esos animales tal vez injustamente catalogados.

Estas Navidades 2021 son de alegría y esperanza, sí. Expertos en economía destacan "un rebote", aquí la calle del comercio, la Av. 20 todos estos días de diciembre ha estado tan concurrida que literalmente no se puede caminar por sus aceras, algo similar pasa en la no menos comercial carrera 21. La ansiedad por ver vitrinas y comprar ha lucido como en sus mejores tiempos. Así como también los mercados populares.

Analistas del entorno hablan de una recuperación de la economía de entre 5 a 10 % de la economía. El asunto es hacer que se mantenga en el tiempo y se incremente la capacidad de consumo, que supone sueldos y salarios más acordes. Algo muy serio, que como trabajadores hemos reclamado de continuo y el gobierno ha respondido con asignaciones mensuales de bonos en el sistema patria, del todo insuficientes.

Por cierto, en mucho estos asuntos de la economía, política, servicios públicos y salarios están muy relacionados con la confianza, creadora también de la esperanza y el buen humor, la inteligencia. Virtudes que descolló con creces ese gran intelectual y académico que fue Earle Herrera (El Tigre, 1951-Caracas, 2021) que, como bien dijo el presidente Maduro en el hemiciclo del parlamento, cultivó la crónica periodística desde el ensayo corto e enjundiosos, que nosotros disfrutamos (ya en la década de 1980 en las páginas del diario El Nacional de aquella época, la de Miguel Otero-Silva), a la mini crónica más reciente. O su tesis de grado sobre el problema del territorio en reclamación, publicada por Monte Ávila.

Un texto impecable escrito a los 23 años u otro libro sobre La magia de la crónica (trabajo de ascenso, UCV) y uno de sus últimas incursiones académicas como su tesis doctoral en la Universidad de La Laguna, Islas Canarias, dedicada a estudiar si no recordamos mal, el discurso de la prensa escrita sobre el tema del caracazo o rebelión de febrero de 1989, sustentada oralmente por ahí en el año 2002; siempre en comandita con Luis Britto-García, Roberto Hernández-Montoya y Roberto Malaver.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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