“Emprendimientos” y “La pequeña casa de la pradera”

La posibilidad de que el mundo (la humanidad) y el planeta (el resto de la vida) sobrevivan con solo un puñado de empresarios "aéreo espaciales", petroleros, tecnológicos, fabricantes de armas, mercachifles, compitiendo por un mercado de millonarios ociosos, y a la vez empujando al resto de la sociedad a ese ideal de vida, es nula. Mundo y planeta se secarán más pronto de lo que se cree. Los recursos del planeta son limitados, los energéticos y aquellos que llaman "renovables", bajo un sistema de explotación intensiva y compulsivo; en este momento acaban con la biodiversidad en el planeta, o sea, con la complejidad de la vida, con la esencia y misterio de su persistencia. Un mundo poblado de súpermillonarios ociosos necesitaría una pequeña galaxia de recursos para sostenerse, infectando al universo de estupidez y banalidad.

Los "emprendimientos" inspiran el trabajo y al trabajador con la mirada puesta hacia un "horizonte infinito" de éxito. Los "emprendimientos" no se quedan ahí, en la peluquería o en el taller de costura, o en la diseñadora de moda, o en la tiendita del centro comercial; la ampliación del negocio y el crecimiento están en la mira del "emprendedor". Crean unos cuantos empleos, empleados, trabajos y trabajadores asalariados, explotación y plusvalía, poca, pero por ahí se empieza. Y eso es el capitalismo: el robo del trabajo ajeno, del producto y del trabajo…, la voluntad de robar el trabajo ajeno. Esa es la esencia de la gran pirámide del capitalismo, la explotación humana y de los recursos naturales.

Dice el Che Guevara: "Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que este se percate. Solo ve la amplitud de un horizonte que parece infinito. Así lo presenta la vida capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller –Musk, Bill Gates, en nuestro momento – una lección sobre las posibilidades del éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna –fortunas – de esa magnitud no aparece en el cuadro, no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar esos conceptos… El premio se avizora a la lejanía,… es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros"… (El socialismo y el hombre en Cuba).

Si todos fuéramos Musk habríamos acumulado tanta miseria y ruindades que no cabrían en el planeta tierra, necesitaríamos todos los recursos del sistema solar y muchos esclavos extraterrestres trabajando para nosotros. El crecimiento capitalista sería exponencial y se saldría del mundo, si no fuera por su tendencia a la acumulación y concentración del capital, si no fuera por todos los que se quedarán en el camino hacia el éxito, con sus "emprendimientos", convertidos a la larga en empleados explotados por los más grandes y despiadados.

Idealizar los "emprendimientos" para el desarrollo de los pueblos pobres, sobre la base del ideal capitalista, es una manera engañosa, demagógica, de expandir la miseria, enseñando a unos y a otros a vivir distintos roles sociales, a unos pocos: a ser empresarios y a otros: a aceptar su condición de esclavos o sirvientes, nos enseñan a expandir las distinciones de clase en toda la pirámide social; en teoría es un intento de reproducir la leyenda blanca de la acumulación originaria del capital, el ideal metafísico con el cual la explican los clásicos liberales, Smith, Ricardo, Bastiat, etc..., (de ahí la tirria que le tiene el "madurismo culto" a Marx).

Cuando un capitalista no quiere cumplir sus obligaciones laborales redacta un contrato con, por ejemplo, sus mensajeros, obligándolos a (a servir a) su empresa y a crear un "emprendimiento" de "mensajería", el cual, en términos prácticos, trabajaría solo para su empresa, pero sin tener que pagar ninguna obligación laboral. Este sería el destino de no pocos "emprendedores" estimulados por el gobierno madurista, pequeños "empresarios" (trabajadores sin conciencia de clase o que la pierden) obligados, enganchados, a verdaderos empresarios capitalistas curtidos en la impiedad: costureras, mecánicos, obreros de la construcción, etc. explotados y sin derechos laborales por su condición de contratistas. Pero sin embargo habrá otros más abajo y más jodidos todavía.

En el caso de los estimulados y apoyados por la empresa privada la cosa funciona igual. El emprendimiento es una forma de vender la ilusión de ser trabajador independiente o empleador, aun siendo explotado, con la sospecha de que desde allí nunca llegará a ser un Musk; cuando mucho, cargar con unos cuantos esclavitos en una situación miserable.

Los "emprendimientos" son una manera ilusoria de fortalecer la clase media, pero menos ilusoria y muy real de fomentar la "mala conciencia" pequeñoburguesa en los trabajadores, vistos como "emprendedores"; es la lógica del capital y capitalista en acción. El trabajo creador se anula frente a la ganancia; por más diseñador de modas o inventor se sea, el lucro obliga a vencer todo esfuerzo creador ante el sueño de ser rico y famoso. Ese país algodonado de la familia Ingalls en la Pequeña casa de la pradera, luchadora, "emprendedora" y decente, es solo televisión, esa "sociedad capitalista originaria" carga un mundo de miseria y ruindades en sus espaldas y ahora se llama capitalismo salvaje, Trump, Bill Gates, Elon Musk, Jeff Bezos… y Rockefeller.

Para salvar la humanidad y el planeta necesitamos conciencia del deber social y producción social socialista, racional, planificada y tiempo libre para los trabajadores, que somos todos los seres humanos.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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