"Vanguardia Revolucionaria de Venezuela" (VRV): un buen nombre para el Partido

En un artículo reciente publicado en este mismo medio (ver http://www.aporrea.org/ideologia/a30284.html) expliqué por qué el nombre propuesto por el Presidente Chávez, Partido Socialista Unido de Venezuela, no era conveniente y contradecía el concepto mismo de ese partido. En su aspecto formal, el problema que este nombre presenta es uno de redundancia. En su aspecto conceptual, es uno de ambigüedad. Por una parte, todo partido es una unión (redundancia), y por la otra no es una unión de viejos partidos lo que se quiere, sino la disolución de éstos en uno nuevo (ambigüedad).

Si aún no lo hemos comprendido bien, este partido representa un antídoto contra el enquilosamiento de poderes que comienza a hacerse notorio a medida que el proceso revolucionario avanza. Las etapas de su evolución van dejando rastros de una obstaculizante sedimentación de jerarquías. La idea de Chávez (verdadero Copérnico del siglo XXI) consiste en la creación de un legítimo partido único, no unido, no ensamblado por otros partidos. Lo que se quiere con este partido, y la solución que este partido propone, es evitar una división subyacente dentro de una nueva y eventual unión superficial.

Por eso es necesaria la creación de un nuevo partido, pero con la implícita (y urgente) intensión de evitar que éste dé lugar a una perpetuación de los viejos partidos en el nuevo. De lo contrario, este nuevo partido no podría funcionar como un verdadero ente político; es decir, sin ataduras intestinas, sin tensiones parcelarias ni atavismos sectaristas.

El nuevo partido implica, por lo tanto, la desaparición total -en él- de aquellos partidos que habrán de conformarlo. O mejor dicho: éstos primero deben desaparecer, dejan de existir, para luego conformarlo.

Por eso el término "Unión" debe ser descartado completamente del nombre definitivo. Unión de partidos es lo que ya tenemos, como se demostró en las elecciones del 3D: unión, alianza, convergencia, coalición; todos nombres circunstanciales, puntuales, relativos, no absolutos.

Pero nuestra revolución -demás no está precisarlo- no tiene, ni puede tener, un carácter relativo.


II

El partido que Chávez propuso es, precisamente, una medida estratégica frente a esta unión circunstancial de partidos. Esta fue una coalición que ya cumplió satisfactoriamente con su misión. La única etapa de nuestro proceso que justificaba esta alianza, ya quedó atrás.

Perpetuarla, de ahora en adelante, bajo cualquier forma, sólo puede constituir un signo de hipocresía frente al proceso.


III

En cuanto al nombre que Chávez propuso para el nuevo partido, debemos recordar que ese nombre, Partido Socialista Unido de Venezuela, fue sólo eso, una proposición, no un nombre definitivo, como claramente él mismo lo advirtió. En ese momento lo importante era la idea.

Era la idea, el concepto, lo que nos estaba comunicando el Presidente, no el nombre. Pero el nombre provisorio que sugirió en pleno vuelo -¡vuelo heroico!- ha sido interpretado erróneamente por todos como virtualmente definitivo.

Como ocurre con mucho de cuanto nuestro máximo líder dice, este nombre (PSUV) parece haber sufrido el efecto de una sacralización. La misma que suele muchas veces alejarnos de sus palabras.

Hay que reconocer que, en un intento de expresar el debido respeto por ellas, este respeto se transforma demasiado seguido en una inerme y vana adulación, pudiendo pocos finalmente entenderlas.

Esto es un hecho recurrente y que contribuye, si reflexionamos al respecto, a una deformación de la imagen de Chávez. Perjudica al proceso. A pesar de que él mismo, en una constante ejemplificación de consumada ética democrática, es siempre el primero en exhortarnos a la discusión y proposición de alternativas.


IV

Alí Rodríguez, nuestro eximio embajador en Cuba, dijo ayer durante su participación en el programa de Ernesto Villegas, En Confianza, algo de una pristina lucidez y que, aplicado al tema que nos ocupa, ha de tener un valor inestimable. En una simple frase axiomatizó lo que define, en mi opinión, aquello que debe de ser la piedra fundamental de nuestro futuro partido. Esta frase fue:

"...un proceso revolucionario no puede tener varias vanguardias, debe tener una sola vanguardia".

Efectivamente, la unión de vanguardias es imposible, ilógica, anula el concepto mismo de vanguardia. La suma de varias tendencias invalida cualquier liderazgo posible. En un proceso revolucionario, la vanguardia sólo puede ser una y no múltiple. (Esto suele expresarse muy bien en lenguaje coloquial cuando, refiriéndose a un equipo deportivo cuyos miembros parecen mutuamente estorbarse, alguien lanza: "muchos capitanes y pocos marineros").


V

Los cinco pasos del siguiente razonamiento deberían sernos suficientes para darle un nombre, pues, a nuestro futuro partido:

1º. Si LA revolución es, o ha de ser, anti-capitalista y anti-imperialista, y por ello mismo sólo puede proponer, como única respuesta, el Socialismo (lo cual es nuestra convicción), entonces llamarla "revolución socialista" es redundante. Decir "revolución" es suficiente.

2º. No siendo más, pues, el socialismo una especificidad de LA revolución, sino un elemento intrínseco de ella, la particularidad de ésta sólo puede encontrarse entonces en la gente que la emprende. Nuestra revolución, esa emprendida por la mayoría de las venezolanas y los venezolanos, es pues una versión particular de LA revolución: es LA revolución venezolana.

3º. El partido político que honore esta revolución venezolana -inédita en el mundo y en la historia-, más que partido debe ser (por lo puntero) una vanguardia. Se trata, pues, de una Vanguardia (mejor título aún que partido) de Venezuela.

4º En consecuencia, esta vanguardia, siendo la de nuestro proceso revolucionario, ha de ser una Vanguardia Revolucionaria.

5º Así, respetando el principio de economía, que nos evita caer en redundancias, y el de precisión respecto de lo nombrado, que nos salva de ambigüedades, el nombre de nuestro partido sería:

Vanguardia Revolucionaria de Venezuela (VRV)

(Obviamente, esto es sólo una propuesta, otros nombres son posibles).

Seguiremos venciendo!

xavierpadilla@9online.fr



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5260 veces.



Xavier Padilla


Visite el perfil de Xavier Padilla para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Xavier Padilla

Xavier Padilla

Más artículos de este autor


Notas relacionadas