La cultura del bolívar en los últimos años ha sido depauperada por pequeños grupúsculos económicos-financieros que pululan en el escondrijo del imperio norteamericano, secundado por élites eficaces de otros países y por acólitos antivenezolanistas, incluso, por sujetos que forman parte integrante del gobierno revolucionario y que juegan a la hecatombe de la República Bolivariana de Venezuela. Nos quieren ver en la nimiedad, en la malandanza, sometidos a un imperio genocida. Empero jamás verán a Venezuela sucumbir ante las apetencias de un imperio o de un país con ínfulas de intervenir en los asuntos intrínsecos de mi país. El gobierno revolucionario debe fortificar el bolívar, que es la moneda oficial de curso legal en Venezuela, emplear medidas radicales para contrarrestar la deculturación del bolívar y la creciente comercialización del dólar en todo el territorio venezolano. Es inconcebible que altos jerarcas del gobierno revolucionario le parezca muy satisfactorio la dolarización de toda la cadena alimenticia del país, cuando lo único que no está dolarizado es el salario. Es inconcebible que Ministerios que forman parte integrante del gobierno revolucionario, o entes adscritos vendan productos en dólares, incluso, por encima del precio establecido. Por ejemplo, en la feria del libro (FILVEN), algunos libros tenían los precios etiquetados en dólares, como si Venezuela se rigiera por el dólar. El servicio del gas lo cobran en dólares. La empresa Movilnet venden los chips en 10 dólares, cuando en otros países como Colombia, Perú, el costo de un chip cuesta solo 2 dólares. No nos extrañemos si algún día nos venden la caja del clap en dólares.
Ante esta realidad circundante la deculturacion o la perdida de la cultura del bolívar es inminente. El pueblo venezolano está perdiendo la identidad cultural y está adoptando la contracultura del dólar en todas las facetas de la vida societal. Es apremiante que nuestro gobierno revolucionario asuma medidas contundentes para erradicar la ascendencia del dólar. Ahora, todas las herramientas políticas están en manos de nuestro gobierno revolucionario para solventar absolutamente todas las penurias que está soportando nuestro pueblo. No hay excusas para no atender las necesidades básicas primarias del pueblo venezolano. No hay excusas para no solucionar la economía del país y enrumbar a Venezuela hacia la prosperidad, garantizando la mayor suma de estabilidad social para vivir en condiciones óptimas, vivir bien. Es entendible y comprensible que hay un bloqueo económico voraz, impuesto por el imperialismo y sus lacayos, pero esa no es razón para permitir que nos golpeen cuando el imperio se le dé la gana. El gobierno debe asestar golpes certeros al imperio también, no podemos quedarnos como la película de Nacho Libre, puro recibiendo golpes y no propinamos ninguno. Esta forma de actuar da la impresión al pueblo de que el gobierno revolucionario no tiene la capacidad suficiente para solventar la crisis económica y de servicios que vive el aguerrido pueblo de Venezuela. No es suficiente con aumentar los salarios, con proporcionar bonos 2 veces al mes a través del carnet de la patria, cuando el bolívar esta despreciado por el dólar y no alcanza para vivir ni siquiera un día. Estas políticas lo único que hacen es agudizar la situación de los venezolanos, porque al final estas políticas no combaten de ninguna manera la problemática en sí. Necesitamos políticas económicas determinantes, concluyentes y radicales que neutralicen en el territorio comercial venezolano la hegemonía del dólar.
El gobierno revolucionario debe tener muy presente que el pueblo venezolano les propinó por decirlo de alguna manera la última oportunidad para solventar la dificultosa situación económica del país. Recuerden que, así como el pueblo da, el pueblo quita. Y se avizoran dos elecciones fundamentales para la revolución bolivariana, las de gobernadores en el 2021 y las presidenciales en el 2024. Por eso hagan las cosas bien, siempre pensado en el pueblo, porque los errores políticos se pagan muy caro y se pagan en momentos de elecciones y el pueblo lo sabe muy bien…
