Convivencialismo-El Desorden: Arma furtiva y letal

Contra la Revolución Bolivariana se ha utilizado tal infinidad de armas, que catalogarlas podría ser objeto de muy ardua investigación.

Desde la época en la cual el término "arma" sugería, de un filoso cuchillo a un avión artillado, hasta hoy, época en la cual se agrede abiertamente mediante la mentira orquestada, la manipulación económica, el engaño, la oferta fraudulenta, la extorsión laboral… ha pasado de por medio mucha tecnología y mucha psicología de masas.

Observando la atmósfera convivencial de nuestro país, no resulta difícil catalogar "el desorden" como una de las armas furtivas más letales, en uso contra nuestro proceso político y social.

El desorden como práctica podría considerarse natural, si las organizaciones naturales fuesen desordenadas; cosa que el Universo desmiente cada día; pero el desorden como respuesta compulsiva a un determinado "tipo de orden" sí se hace evidente, por ejemplo, en niños de poca edad, como reacción a la imposición de un orden al cual no se ha ido acostumbrando progresivamente. A esto solemos llamarlo "malacrianza".

La oferta principal de la Revolución Bolivariana fue: "estructurar un orden económico y social que rescatara de la pobreza extrema a grandes contingentes marginados, acercándolos a las fuentes de salud y educación; equilibrando la distribución de riquezas, mediante el establecimiento de controles y condiciones más estrictas a pequeños grupos sumamente privilegiados y favorecidos por los ingresos de la nación, amparados en un sistema perverso de acumulación multiplicativa y de fuga de capitales.

Obviamente, saltan a la palestra política de oposición, los apellidos más encumbrados de la pequeña élite privilegiada, quienes "gobernaron" siempre tras bastidores, mediante la manipulación de políticos "populares" y ahora abordan el camino hacia la recuperación del monopolio del gobierno del país, mediante la promoción política de sus hijos… literalmente sus hijos: María Corina (familia Machado Zuloaga), Henrique Capriles (familia Radonski Bochenek), Leopoldo López (familia Mendoza Goiticoa) y otros allegados al Jet Set venezolano, al que se van sumando el Jet Set petrolero (mal llamado "meritocracia"), Fedecámaras (mal llamados "industriales"), etc.

Con el Jet Set tienen el control económico del país, pero en la arena política les falta "pueblo". Es ahí donde, a orillas de la piscina del Country Club deben decidir una alianza "negociada" con el Imperio. Unirse a su "enemigo superior" para vencer a su "enemigo inferior".

El Imperio tiene una intensa experiencia en manipulación ideológica, desde los pininos de Hollywood y la promulgación del engañoso "sueño americano", hasta el control casi universal de los medios de comunicación de hoy en día. Gana en cine las guerras que pierde en batalla, vende con publicidad lo que a todas luces causa perjuicios, se ubica como una RAZA SUPERIOR a pesar de su agresividad contra la humanidad y lo peor: acaba con todos los "otros patriotismos" en el mundo y nos convence de que las otras razas ¡SOMOS UNA M…..!

Nos preguntamos entonces: ¿Cuál es el proyectil más lacerante de esas armas comunicacionales del Imperio? ¡EL DESORDEN!

La apariencia de un orden y una "razón de ser" inoculada para justificar hasta el mayor genocidio ejecutado por su raza y el montaje de desórdenes e irracionalidades ejecutados por actores de "fenotipo enemigo": rostros, modalidades, idiomas, etc., que nos van convenciendo de que los otros ¡SOMOS UNA M…..!

Sin darnos cuenta: nos comemos los semáforos porque no somos gringos… ¡Allá si se respetan…!; cobramos en el comercio lo que nos dé la gana… ¡Allá si te controlan…!; llegamos tarde al trabajo… ¡Allá si te botan…!; nos corrompemos con los negocios del Estado… ¡Allá vas preso y te visten de amarillo...!; si somos "autoridad" abusamos del ciudadano… ¡Allá te denuncian y te demandan…!; si tienes una lata de refresco en la mano, la tiras a la calle… ¡Allá te ponen a barrer la calle, un mes…!

¿Será verdad?... Obviamente se genera ¡Allá…! un "orden represivo", una "obediencia terrorífica", un "cumplimiento" de la Ley y el Orden, que trabaja solo, si no en la conciencia de los ciudadanos, en el ¡terror a delinquir!

Mientras tanto se socavan otras nacionalidades, otros fenotipos, otros patriotismos o nacionalismos, otras razas y hasta religiones, donde el desacato a la Ley y el Orden se va haciendo tan masivo, que se hace materialmente imposible ningún control. Total… ¡SOMOS UNA M…..!

Si ponemos un poco de atención a nuestro comportamiento ciudadano de los últimos tiempos, notamos que hay una "clase social" (supuestamente bien educada y de hecho bien alimentada), que se manifiesta en grandes y lujosos vehículos, contra el orden en el tránsito. Conducen de manera atropellante, violan e inducen a violar semáforos y pasos de peatones, amenazan y agreden a los fiscales de tránsito y así van rompiendo estructuras.

Simples ciudadanos "profesionales" que un día vieron con simpatía la Revolución y se les encomendó alguna terea estatal, comenzaron a descubrir "la vieja maña del negocio" y se corrompieron vilmente.

Se comenzaron a "amañar" los inspectores, los supervisores de los inspectores, los jefes de los supervisores y pare de contar. Total… ¡SOMOS UNA M…..!

Para cerrar esta primera exposición sobre El Desorden como arma furtiva y letal, la cual, evidentemente requiere algo más de desarrollo, pretendo dejar en los lectores algunas inquietudes:

  • El desorden NO es una característica NATURAL de ninguna civilización.
  • El desorden es AUSPICIADO por el abandono de los controles.
  • El desorden ha GANADO OPOSITORES en las masas desposeídas que aspiran un mínimo de orden para sobrevivir.
  • El desorden, que es evidentemente promovido (en nuestros medios) por las maquinarias imperiales, está siendo utilizado como ARMA FURTIVA Y LETAL contra el orden más equitativo que soñó el Comandante Chávez.

Finalmente invito a reconsiderar, ante tanta provocación para hablar mal de nosotros mismo… si realmente creemos que ¡SOMOS UNA M…..!



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José Claudio Laya Mimó

Profesor Universitario

 joseclaudiolaya@hotmail.com

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