Todo lo nuevo es complejo, complicado. Necesita incisión científica y precisión filosófica. Esto se aplica también a nuestro nuevo partido único y a la creación de un nuevo socialismo global.
Aquí en Venezuela, luego de dejar atrás la pausa electoral, entramos en el “Nuevo Año 2007". El Presidente Chávez está barajando las cartas de nuevo, y de repente nos despierta un nuevo “Partido Único” de nuestro profundo, letárgico sueño triunfalista. En el gobierno bolivariano varias cabezas durmientes ya han rodado. Práxica y teóricamente varios de nosotros, totalmente desprevenidos, estamos siendo catapultados hacia las turbulentas olas revolucionarias permanentes del Sur, y las poderosas velas populares de nuestra nave participativa del Estado están desplegadas para descubrir los desconocidos océanos sureños de la creatividad y creación humanas.
Por fin estamos cruzando el Rubicón, en un peligroso viaje emancipatorio hacia el Nuevo Socialismo en contra del capitalismo senil en América Latina y el Caribe. (Ver el nuevo libro de Franz J. T. Lee y Jutta Schmitt: “Venezuela: la Revolución Bolivariana cruzando el Rubicón”, Imprenta de Mérida C.A. (IMMECA), Diciembre de 2006, 370 páginas.)
Sin embargo, además de la construcción de un nuevo “Partido Único”, tenemos que crear un nuevo hombre/mujer. No obstante, existen conceptos que han sido vaciados deliberadamente de su contenido emancipatorio. En las escuelas, universidades y en los medios de comunicación masivos están siendo reducidos a herramientas intelectuales baratas, obsoletas en el mercado ideológico mundial capitalista. De hecho el “Dubito, cogito, ergo sum” cartesiano: “Dudo, pienso, luego existo”, se ha vuelto obsoleto. El “Veni, vidi, vici” está más vivo que nunca.
Aunque estos términos todavía están en vogue, son utilizados a diario por billones, especialmente aquí en Sudamérica, sin embargo muy poca gente conoce sus connotaciones fluyentes, transhistóricas y sus significados sociales siempre cambiantes. Las razones de esta ignorancia ideológica inculcada tienen que ver con la orwelliana, fascista “guerra de las ideas”, la destrucción de la historia de las clases trabajadoras mundiales, la falsificación de la verdadera negación del capitalismo, del socialismo científico y filosófico, del marxismo, y la era moderna del Holocausto Mental, la aniquilación de la ‘memoria revolucionaria’ de los trabajadores; todo esto ha estado dirigido y fue generado por todas las clases dominantes a través de la acumulación global del capital, las ganancias, la riqueza, los privilegios y el poder. Nos guste o no, el soberano, los trabajadores de Venezuela deben saber estos hechos históricos y datos sociales, con el fin de armarse con conocimiento verdadero en su lucha diaria contra la ignorancia mortal, el condicionamiento servil y la “zombización” alienante, en una frase, contra el Holocausto Mental capitalista e imperialista generado por todos los principales medios masivos de comunicación globales.
Seguramente, en Venezuela, en un país que desde hace ocho años está agudamente politizado, de manera natural todos están hablando de capitalismo, socialismo, lo nuevo, nuestro nuevo socialismo, democracia, revolución, el pueblo, el ser humano, el soberano, el estado, dictadura, el imperio, fascismo, propiedad privada, lucha de clases, marxismo o reforma social. Sin embargo, luego de cinco siglos de dogmatismo absolutismo y educación religiosa, de socialización colonial y deformación oligárquica, de patrones de comportamiento osificados, de alienación mental extrema, la mayoría de nosotros todavía no tiene ni la más mínima idea acerca de los significados reales, contemporáneos, globalizados de nuestras armas teóricas centrales que utilizamos o deberíamos saber cómo lanzar en contra del “Neolenguaje” fascista, global, en contra de “The Times”, “The Sun”, “The Sunday Times”, “The New York Times”, “Newsweek”, en resumen, en contra de las “noticias” globales, corporativas.
Sabemos muy poco acerca de los efectos contra-revolucionarios del lanzamiento de una operación golpista psicológica de la CIA contra nosotros, como la tarjeta “Mi Negra” de Manuel Rosales en las pasadas elecciones presidenciales del 3 de diciembre. Probablemente eso le robó a Chávez y a nosotros más de un millón de votos.
De hecho, “Mi Negra”, no lanzada como un fraude electorero, no tomada como un truco ideológico de la CIA, no para llevar a pasear a las masas empobrecidas, sino enmarcada en un programa socialista serio, ...teóricamente bien pensada y aplicada científicamente en un proceso revolucionario de popularización, “comunalización” y colectivización del principal medio de producción de Venezuela, ... hubiera trascendido la actual distribución desigual del ingreso y la riqueza nacional, hubiera detenido la producción de una creciente clase media política opulenta, una guarida social para golpes, corrupción, sabotaje, conspiración, burocracia e impunidad, y hubiera dado nacimiento a verdaderas medidas socialistas y de planificación económica.
Hubiera generado un verdadero poder ciudadano, liderazgo popular, habría llevado a los trabajadores conscientes al poder, encendiendo de esta manera la revolución mundial en todas direcciones, en todos los momentos y en todos los rincones del planeta.
No obstante, veamos: ¿Qué es lo Nuevo?
Primero, lo Nuevo no es repetición, una réplica o reproducción del pasado, es algo que nunca ha existido antes, está presente, aquí y ahora, y que no se repetirá en el futuro. En otras palabras, lo Nuevo está en contra de todas las formas del prefijo latín “re-“, que quiere decir “otra vez”, “de vuelta”, “atrás”, “establecer otra vez”, “formar otra vez”, “construir otra vez”, “emparejar otra vez”, “hacer, correr o escribir otra vez”, “girar otra vez”, “ligar otra vez”, “movimiento circular”, etc.
Segundo, desde sus orígenes arcaicos en la región del Mediterráneo, hace ya siglos antes del nacimiento de Jesucristo, la acumulación originaria del capital en las colonias de la Grecia Antigua, y luego en el Imperio Romano, ya se aseguró que el statu quo siempre sería preservado. En su superestructura erigió un sistema cerrado, vigilado siempre por sus sagrados guardianes intelectuales “re-“. La filosofía, la lógica formal y la dialéctica salvaguardaron su “religión”, “revelación”, “renacimiento”, “reforma”, y por encima de todas, su “rivoluzzione”, “rivoltura”, su Revolución.
Tercero, ninguna de las “re-voluciones” mencionadas arriba refleja o ilumina lo Nuevo real y verdadero. La Re-volución es un invento, un instrumento, un arma de la Revolución Francesa, del Capitalismo. La misma lleva todo de vuelta al capitalismo. Por lo tanto, tenemos que pensar bien nuestros conceptos básicos como Revolución y Democracia una vez más. Esto no es simplemente una cuestión de cambiar los contenidos y dejar el concepto mismo sano y salvo. Debemos llamar a las cosas por su nombre, debemos llamar al socialismo, socialismo. Nadie en su sano juicio querría impulsar un “buen Nazismo”, ser un dulce “nazi”: de manera similar, debemos ser extremadamente cuidadosos con conceptos como ideología, democracia, socialismo y revolución. Ellos deben enfocarse en su contexto real, histórico. La Revolución Francesa no tuvo lugar en Nazaret. Jesucristo no nació en Paris en 1789, en la época de la Revolución Francesa. Si ese fuera el caso, no habría sido crucificado, al contrario, habría muerto bajo la guillotina y nosotros hoy utilizaríamos como símbolo religioso de la guillotina en vez de la cruz.
Urgentemente necesitamos una propia lógica, una nueva ciencia y filosofía de la Revolución Bolivariana.
Parece que algunos de nosotros, hace mucho tiempo, ya perdimos nuestras innovaciones originales juveniles, que la mayoría de nosotros nunca tuvimos la verdadera oportunidad de hallar nuestra propia novedad humana, ser nosotros mismos.
Científicamente, el nuevo hombre, lo nuevo socialista, no es una entidad espacio-temporal determinada, limitada.
Filosóficamente, para billones de oprimidos en Asia. África y América, nacer y existir como esclavos asalariados, vegetar y morir como esclavos esforzados y eventualmente perecer como moscas en un mar de confusión global militarizado, seguramente no son parámetros trascendentales y paradigmas emancipatorios hacia lo Nuevo, hacia el Nuevo Socialismo.
Cuarto, en términos simples para que todo el mundo entienda en su vida cotidiana, ¿qué es lo nuevo? Aun dentro del capitalismo, ¿qué es una nueva herramienta, un nuevo vestido? ¿Qué tiene de nuevo la próxima versión del mismo teléfono celular, computadora o buscador? El mismo “Nuevo”, incluso sus “noticias”, ya están ideologizados, cada cosa sin sentido es ofrecida como lo nuevo en el mercado.
¿Qué es lo nuevo acerca de un partido político socialista único o unificado? ¿De qué se trató el Partido Socialista Unido de Alemania Oriental? ¿Qué es lo realmente nuevo? Y ¿qué hay del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores de Alemania de Hitler? ¿Por qué Lenin llamó al Partido Bolchevique un “nuevo tipo de partido”? Comparado con todos los partidos políticos, ¿qué fue lo novedoso de este partido revolucionario leninista especial?
¿Por qué nuestro “Partido Único” es nuevo? Urgentemente deberíamos contestar esta pregunta tan pronto como posible.
Quinto, ahora, debido a que estamos resaltando lo Nuevo, este no es el contexto revolucionario adecuado para debatir y estudiar los asuntos fundamentales arriba mencionados en detalle; sin embargo, es importante hacer notar que no son simples castillos “intelectuales” en el aire producidos para el consumo ideológico en una torre de marfil; en América Latina, en el marco de la Revolución Bolivariana sus respuestas práxicas determinarán el destino de las vidas de millones dentro de las décadas por venir.
Sexto, como ya lo indiqué, lo Nuevo no puede ser la vieja paja de antier, no es recalentar comida vieja o café frío. No es desarrollar tecnológicamente el mismo viejo Volkswagen año tras año. De hecho, lo Nuevo no es la producción, la gran mentira, no es el eterno negocio, el trabajo social, la eterna reproducción y acumulación de capital, ganancias, riqueza y poder. No es la añeja explotación económica, dominación política, discriminación social, militarización genocida y alienación universal, ... no es capitalismo, imperialismo, globalización.
Séptimo, lo Nuevo necesita nuevos conceptos, nuevos pensamientos, nuevos actos, no es obsoleta lógica formal o dialéctica. Lo Nuevo detona sus límites y limitaciones sistémicas, es "triferente". Es éxodo, “transvolución”, "exvolución”; trasciende la geocéntrica tercera ley de la lógica formal. Hace estallar las cadenas heliocentristas, intrasistémicas, dialécticas, lo Nuevo no es “A” ni es “No-A”, no es "A y No-A"; lógicamente también es esto, pero es y postula mucho más.
Lo Nuevo, el socialismo es, existe y trasciende, es apeiron, es A, B, C, ... “ad infinitum”.
Finalmente, en este sentido, el posible Nuevo Hombre/Mujer sólo podría ser una verdadera trinidad humana: un ser humano, existencia humana y trascendencia humana.
Según el socialismo científico y filosófico, lógicamente tal humanidad liberada sólo puede existir sin clases, debe haber sobrepasado todas las formas de propiedad y relaciones amo-esclavo, en consecuencia, de manera científica no debe ser ni Una en el Todo ni el Todo en Flujo, es decir, filosóficamente, no deber ser un tipo de hen kai pan humano parménido ni un panta rhei heracliteano, es decir, debe ser Creación emancipada, Emancipación creativa.