No soy la ley ni el orden: soy la biblia

Y el golpe en Bolivia se consumó tan fácilmente que a Evo, no le quedó otro camino de preferir salvar su vida, para dejar al pueblo pobre de Bolivia a las buenas de Dios, lo que la autoproclamada senadora Añez, sin perjurio y sin apuro: juró sobre la biblia, no sin antes expresar, colonizaremos a los indios bolivianos como los animales reacios que son que, sin espejitos de vivencias y sin soltar un tiro con las palabras de Dios, se conquistó el poder, que se le prestó por 14 años a Evo Morales que, no supo ni cuenta se dio de cómo gobernaba al pueblo que ahora se verá de cuerpo completo en este nuevo amanecer que perseverá para siempre de la mano de los poderosos como señores y amos que han de gobernar en lo adelante por el poder de las armas nada parecidas a los arcabuces de la colonia, y de la inocencia de sus indios que van a comer de las manos dominadoras como los animales que, sin derecho mueren en paz sacrificados por querer seguir viviendo de sus bondades, pero con su alma en pena por una causa de la sin razón de sus vidas.

Desde el mismo día del golpe y en lo adelante desde la cacería actual, vendrán días inolvidables para la historia de Bolivia -sangrientos o no sangrientos- en que se ha derrotado la sumisión de un pueblo inculto que sólo pensaba en comer, que lastimosamente en nada se superó, y deja a la vista del mundo su miseria corporal e institucional que entre lamentos de auxilio: vivían sin motivar la acción de los blancos que y ahora más que el pueblo envuelto en sufrimiento no tienen la asistencia de los médicos cubanos y sin derecho a nada, desde hoy estarán envueltos por un manto de superioridad al no tener a su disposición el poder del Estado, y menos de un Estado plurinacional, sino transitivamente resguardado por hombres y mujeres que sabrán ejercer la hegemonía que les da la nueva opción de dirigir los destinos de Bolivia por los senderos del capitalismo que reforzará la economía neoliberal a su propio alcance y, jamás ocultarán que los indios serán en el porvenir sus esclavos, que ejercerán los deberes de atención para poder optar al consumo del pan de cada día bien ganado por la prosperidad del futuro que en nada los hará ricos.

No es fácil decirlo y algo impreciso comprobarlo, pero Evo Morales, dirigió de una forma infame al no preocuparse en darles todos los medios posibles de defensa a sus habitantes y, sólo tuvo la visión de meter a su país por el sendero de más prosperidad, pero una prosperidad que descuidó lo más esencial para su resguardo y seguridad de tener un pueblo presto a enfrentar y defender, no con marchas, siempre que fuera posible y necesario cualquier instigación o, rebelión en contra del orden público de su gobierno por sus enemigos que siempre estuvieron detrás del poder y, una vez que cometió el error de buscar una nueva reelección después que, perdió el referendo de la reelección que en vez de buscar y preparar su sucesor se interesó más en prestarse a aparentar que el único boliviano capaz de trabajar por el bienestar de Bolivia era él y sólo él y, desde ese día le dio a la oposición el arma que después de las elecciones no le dieron cuartel como oposición en tratar de derrocarlo como lo lograron tras de algunas escaramuzas violentas que acapararon y contaron con el aval del secretario de la OEA en desconocer las elecciones de las que salió muy mal parado Evo, con razón o sin razón a su resultado que dio fuerza al golpe que desde febrero del mismo año lo habían puesto en marcha desde los Estados Unidos Trump y sus asesores.

Se perdió Bolivia, se perdió Evo Morales y nuevamente a esperar por una pronta democracia que mientras, seguirá con el mismo libreto que aplican los gobiernos de Estados Unidos a su patio trasero de los que son muy pocos los que escapan y, que siempre estarán en peligro y, más si los líderes latinoaméricanos siguen perdiendo su tiempo en no reaccionar con toda la fuerza de la sensatez y de la unión de los pueblos para derrotar al gran enemigo imperial con su poder material en contra de la paz y de la libertad de ser libres para siempre como acá lo pensaron y lo impusieron nuestros libertadores y después Chávez y ahora Maduro.

Y ahora ellos sin la ley ni el orden tratan de dominar al pueblo indígena de Bolivia a través de la biblia.



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Esteban Rojas


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