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Las plagas de Egipto ¿Nos devorarán?

Las Diez plagas de Dios sobre el Rey de Egipto incluso plaga de sangre, ranas, mosquitos, piojos, ganado, úlceras, granizo, Langostas, tinieblas, Muerte de los primeros nacidos. El Faraón o el rey de Egipto no dejarían a Moisés tomar a la gente de Dios atrás a la tierra prometida. Entonces Dios dijo que enviaré plagas para endurecer el corazón del Faraón y entonces él dejará a mi gente ir. Después que la vara de Aarón se torno una serpiente en frente del Faraón. Fin de la cita bíblica.

Cuenta la leyenda que existió una época donde el mismísimo Dios intervino en la vida pública. Eso lo dicen al menos, las escrituras en el Antiguo Testamento.

Plasmadas en esas escritura basta recordar como Moisés le exigió al Faraón que los israelitas pudieran ‘emigrar’ de Egipto. Y ante su reiterada negativa de cumplir este mandato, Dios desencadenó las diez plagas, de una forma catastrófica, que causó la muerte de los primogénitos, incluyendo la del propio Faraón, liberando a los judíos.

Según esta añeja escritura, que interpreta el mas vivo ejemplo como el de una constante de la reivindicación de un pueblo por recuperar su calidad de vida. En efecto, para que pueda prosperar un planteamiento por el buen vivir son necesarias estrategias utilizadas en el profesional mercado del marketing como son el push y el pull: empuje y tirón.

El alto costo de la vida no quiere que el país, despierte la simpatía de sus habitantes que quieren vivir bien, sino todo lo contrario que vivan en penurias, y bajo hiperinflación.

La estrategia del pull (empuje) significa desarrollar unas políticas según el cual el país Venezuela candidata a derrotar la hiperinflación debe eliminar el control de cambio que el actual gobierno no reconoce, y que lo considera imprescindible para el avance del actual proyecto político. Se supone que un cambio económico abrirá las puertas tras la que el pueblo recuperará el bienestar de la economía perdida, una rica nación petrolera destruida mediante relatos mayormente mitológicos (como es el caso del fracaso del socialismo real en el siglo XX) o tras el que los empresarios locales podrán ahorrarse los cierres de miles de empresas en solidaridad con la hiperinflación que se percibe como nociva para con unos compatriotas acosados por la carestía de la vida, tal y como se ha formulado de manera abrupta por el excesivo aumento de los precios cada hora que transcurren los fatídicos días de hambre, y como últimamente viene nutriendo el discurso estalinista.

El caso es que la estrategia de añoranza de la siembra del petróleo, de aquellos viejos, y buenos tiempos en los que las diferencias ideológicas, políticas o culturales, etc. No existían (y por lo tanto éramos felices y no lo sabíamos) y hoy necesita variados complementos políticos.

Lo primero es el poder. Donde el poder de definir el interés colectivo mayoritario con el material de las propias necesidades socioeconómicas, y alimentarias así con el prístino manejo del dinero público. Ya que el recién enrocado poder político en las mismas manos, donde se nota el poco respeto por la libertad, no pueden acometerse políticas socialistas invasivas en el ámbito individual libertario, con una apariencia que no será nunca democrática, que siempre busca predicarse como mayoritaria, aplicando siempre la excluyente y famosa "mayoría social del carnet" y obligar de este modo a que la gente obedezca, aplauda, o actúe según el orden establecido por el fanatismo gobernante lo dicte, y que se ejecute en todo momento.

El segundo paso, hay que revertir este desastre económico para detener esta movilización que ha convertido a Venezuela en un "Pueblo en Marcha-éxodo" afectado por la plaga hiperinflacionaria, de la paralización de la actividad productiva producto de una serie de medidas push, es decir, de fomento del alto costo de la vida, que hace estragos, y causa aversión entre los ciudadanos. Estas estrategias han encontrado un terreno fértil desde el instante en que la plaga cuyo veneno se sitúa por encima de la media en cualquiera de los estándares que teníamos los venezolanos de riqueza y bienestar. El socialismo de esta manera no es negocio para pobres.

Si el objetivo es que la hiperinflación, en este caso los que pueden sobrevivir, y la del resto de venezolanos, se odien... ¿Qué buen revolucionario no asumiría gustoso el sacrificio de hacerse aborrecible si con ello alcanza su propósito?... Si quieres irte de tu país... ¿No es inteligente conseguir que te echen? ¿La cosa consiste, será en hacer el ambiente invivible? ¡Cuanto peor, mejor!

¿Acaso, en último extremo, esta teoría socialista que maneja la nomenklatura estalinista, no es el significado estratégico del terrorismo de estado, como es la "socialización del sufrimiento"?

Sin el ánimo de conjurar desde la ideología de la izquierda cristiana, la filosofía de unas u otras plagas, por el gobierno de un Estado plural, el cual esta en el deber de intercambiar opiniones para superar la crisis, desechando los acomodos privilegiados. Y volviendo a la Biblia, no puede ser como un brasa que arde sin consumirse, y de los hechos diferenciales que alimentan un "socialismo romántico", estaríamos pasando a desigualdades injustificables, con obscenos privilegios que quiebran los más sagrados principios del Estado Social, y Democrático de Justica, y Derecho, como lo son la Igualdad, y la Solidaridad. La plaga de los privilegios se sustenta en la codicia insolidaria de unos y otros, que fomenta la rumia rencorosa de los demás. La desigualdad hace odiosa la convivencia, y por lo tanto desfavorece objetivamente al socialismo más que cualquier otra política.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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