Ocupémonos de nuestros asuntos y no pensemos en lo que hará Trump

Independientemente de que el señor Donald Trump haya asumido el poder en los Estados Unidos, es tiempo de que los venezolanos y demás latinoamericanos, nos ocupemos de nuestros propios asuntos y no del discurso y del nacionalismo y de ese mirar de nuevo hacia su país en busca del sufrido pueblo estadounidense, de sus trabajadores y de los millones de personas que perdieron sus viviendas, sus autos y quedaron endeudados.

Imagino que la dirigencia de la Derecha esperaba que el presidente número 45 de esa nación dijera que, de una buena vez por todas, iba a invadir a quienes no caminaran por la ruta que él decidiera trazar.

Mientras esa Derecha debió haberse sentido mal, por el otro lado, los venezolanos que participamos en una guerra de resistencia y especulación terrible, vemos complacidos como una mayoría está dispuesta a involucrase en la onda de volver a ese pasado en el que el país producía bastante desde el punto de vista agrícola y pecuario.

Y esa es la idea, dejar a un lado el petróleo y meternos los demás en la onda productiva, porque los venezolanos somos personas de ideas, muy creativos y con la fortuna de contar hoy día con un apoyo altamente visible como el que da la revolución bolivariana.

La contundencia del apoyo en Venezuela es tal, que se aleja mucho, bastante, de aquella famosa y escuálida reforma agraria del pasado, donde dieron unas cuantas hectáreas a presuntos productores y a verdaderos productores agropecuarios, pero no les dieron más nada y muchos de ellos, terminaron por vender sus parcelas porque ni llegaban los créditos, ni el asesoramiento técnico y mucho menos las semillas, los implementos y hasta los alimentos para los criadores de animales.

Hoy, con el trabajo que auspicia la revolución bolivariana, han sido entregadas más de 3 millones de hectáreas, lo que nunca antes había sucedido y ese sector agropecuario, junto a otro sectores de la vida económica de Venezuela han iniciado con fuerza un camino productivo para transformar fuertemente hacia lo grande a la nación.

Y es este también, el momento oportuno, para dar ese gran salto científico-tecnológico que termine por catapultar a Venezuela en todas sus áreas y hacia un primer nivel de desarrollo, hacia ese país potencia del que tanto habló el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana.

Venezuela cuenta, por ejemplo, con grandes extensiones geográficas que albergan una biodiversidad increíble, apta para que los jóvenes investigadores al lado de botánicos reconocidos adelanten proyectos de investigación con resultados inmejorables para el país.

Lo mismo debería ocurrir en el área minera, industrial, agrícola, militar, de transporte marítimo, lacustre, terrestre, de la medicina, informática, electrónica, espacial, física, química y pare de contar. Este es el desarrollo hacia el que debemos ir todos los venezolanos.

¡ No es tiempo para perder el tiempo!

 

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Pedro Estacio


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