Recordando al Comandante Fidel

Siempre ha sido así:
 
La voz del tribuno, solo haya eco, en los corazones de los pueblos generosos, no penetra en el de los traidores.
Parafraseando a Robert Pierre. “La voz de la verdad que suena en los corazones corrompidos, se parece a los sonidos que retumban en los sepulcros, sin despertar a los que en ellos yacen.”
 
Hoy las cenizas del comandante Fidel, yacen en nicho cubierto de laureles con la bandera de la estrella solitaria de su patria, Cuba. El recuerdo al comandante Fidel siempre será eterno, con mucha gratitud por su apoyo brindado a nuestra patria República Bolivariana de Venezuela con sus médicos, oftalmólogos y deportistas.
 
¡Que unidad de vida y acción! Que inflexibilidad de alma, que a través de más de 60 años de lucha y acción revolucionaria no vaciló un momento, no se desvió un instante de las sendas emprendidas, ni se apartó en lo más mínimo de su línea revolucionaria. ¿Cuántos podrán decir lo mismo? El vivió para su patria y toda américa latina. Vivió para la gloria demasiado, por su patriotismo y virtudes cívicas y su honradez, dejando gratos recuerdos en todo el mundo.
 
Los grandes hombres no fallan jamás, mueren en la raya, para realizar el bienestar social de los pueblos.
Hoy los revolucionarios latinoamericanos y del planeta, lloran la partida de su extraordinario líder a la inmortalidad. ¿Quién fue este hombre? La divina pasión de la libertad, que marcha por la historia. No se contagió su pasión heroica, el lucido sonambulismo de su ensueño.
 
El comandante Fidel, fue uno de esos hombres a quien el valor le crecía en medio del obstáculo y el peligro, no hacía sino acrecentar su audacia para la derrota de sus adversarios.  Hoy el nombre del comandante Fidel, se ha convertido en una ola enorme que se alza en el horizonte del pueblo cubano.
 
Fidel no fue militar de profesión cuando le tocó empuñar el fusil, para defender la dignidad y el honor de su patria, al costo de su propia vida, donde muchos de sus compañeros quedaron tendidos en el camino del combate.
 
Fidel, fue irreductible e indeclinable por la defensa de la libertad y en fervor permanente por  los desposeídos. Su henista, posición vertical de antiimperialista, confeso y profeso, que no dio ni pidió perdón al adversario. Hoy vivimos horas trascendentales en la historia de nuestros países.
Ante la desaparición física del comandante Fidel, su muerte debe ser ejemplo para la juventud en los tiempos que vivimos como una lección saludable por la paz de nuestro hermano latinoamericano, hasta el presente continua sometido a la férula del imperialismo yanqui que no se encuentra conforme con el dominio de Irak, Afganistán y Libia, a punto de someter a siria. Ellos lo quieren todo, el dominio de Suramérica, centro y el caribe, para apoderarse definitivamente del planeta. Ese poder no le quita el sueño, al imperialismo yanqui.
 
Hoy con la pérdida del comandante Fidel, la gusanera mayamera sueña repetir otra invasión donde morderá el polvo igual que en la batalla de Girón. Viva el comandante Fidel,  patria socialista, viviremos y venceremos.
 


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Juan Rafael Rangel Ortiz


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