Pildoritas 20 (año IX)

A manera de denuncia urgente (II)

Después de dedicarle largas horas a marcar el 0800saludya, por fin, luego de tres días me respondieron y la información que recibí fue que los medicamentos que debo tomar de por vida y que han desparecido de todas las farmacias, podía buscarlos en FARMAPATRIA. La noticia me hizo esperanzarme de nuevo, e inmediatamente me dirigí al sitio indicado, donde varias personas salían del establecimiento, con las caras largas, sobre todo una señora, que echaba zapos y culebras por su boca contra el gobierno, tratándolo de mentiroso, le pregunté a la dama qué le había sucedido y la respuesta fue que el operario que le respondió el teléfono, dispuesto para dar la información sobre dónde encontrar lo que requería para su tratamiento, la había mandado a  esa farmacia, para encontrarse con que dichos medicamentos no estaban disponibles, a casi todos los demás les sucedió igual y por supuesto yo no fui la excepción, la persona con la que me correspondió hacer la consulta y mostrarle el récipe, después de buscar en el sistema  me dijo: “esos medicamentos no los tenemos”, es posible que lleguen después del 15 de marzo”.

Por supuesto que mi reacción  fue la de rabia y frustración, solo que no procedí a achacarle la culpa al Presidente, porque bien sabemos que aquí para la mayoría de la gente que pasa por sucesos como el que les narro, todo es culpa de Maduro, es  verdad que en parte tiene su cuota, porque debería ordenar la verificación de la existencia de los medicamentos antes de implementar con bombos y platillos el plan de abastecimiento de fármacos, como se hizo en cadena y que hasta la presenta ha resultado ser un fiasco, que lo que ha servido para  darle argumentos al enemigo para que las muestre como pruebas de demagogia y además contribuir a que la gente pierda su tiempo y su paciencia.

Bien sabemos que por lo general los subalternos, son los que enlodan los procedimientos porque carecen de mística, de entrega a sus deberes como funcionarios pero también y en muchos casos porque como se descubrió en el área de la alimentación y ahí está el ejemplo de PDEVAL Y MERCAL y LOS BICENTENARIO, estaban plagados y aun deben estarlo de infiltrados, para hacer el mayor daño y convertirse en factores ejecutores de la guerra económica, que nos costó nada menos y nada más que la terrible derrota del 06 de diciembre.

Por otro lado  no se puede ofrecer lo que no se tiene, es decir si aun no estaban los medicamentos básicos, cerca de 50 o 60 rubros de los que habló el Presidente y la Ministra, no se debió dar comienzo al operativo, que solo ha servido para exacerbar el ánimo de la gente y crear animadversión contra la revolución, lo cual se refleja en las redes sociales, lo  cual es celebrado, por supuesto, por la derecha que ve cómo, con mucha frecuencia, se le facilitan las cosas para mantener un discurso de descrédito contra todo lo que huela a Revolución.

Casos como este cuando afectan a una persona, cuya cabeza no le da como para poder asimilar el problema, sin afectar sus querencias por una causa justa, como son los objetivos de este Proceso, lamentablemente se traslada, en muchos casos a toda una familia, de allí pues, resultados como el que aun lamentamos y lamentaremos por mucho tiempo; una persona desencantada bien puede convertirse en tres o hasta cinco en una familia con las consecuencias que ello representa.-

Por eso cuando se procede a evaluar hechos como la derrota de diciembre, hay que colocar en sitio preferencial esos pequeños detalles que a diario le suceden a muchos venezolanos cuando acuden, con todo su derecho, a intentar disfrutar de un servicio y encontrarse con que se le ha mentido, o que el funcionario que le atiende pareciera estar allí, para hacer el mayor daño, de manera intencional, no solo al usuario sino al organismo correspondiente y por esa vía a todo el estamento del gobierno.-

Lo mismo sucede en muchos aspectos, como por ejemplo sobre la campaña para ahorrar energía, basta recorrer las calles y avenidas de cualquier ciudad para ver, en pleno día, muchísimas luminarias encendidas y comprobar cómo no se hace nada para corregir tal insensatez. Uno no se explica las razones, a no ser las de sabotear la gestión del gobierno, cómo es que esto persiste impunemente y por ejemplo no hay un juez que decida ordenar a la autoridad respectiva, obligada a resarcir los daños, que proceda en tiempo perentorio a hacerlo.

Porque las denuncias, yo las he utilizado, no son oídas, a sabiendas de que en estos días de fenómeno del niño y sequia que ello suceda no es otra cosa que un crimen contra la patria.-

Es lamentable tener que escribir sobre estas cosas, pero hay que hacerlo, al menos para drenar la arrechera como dijese el innombrable aquel,  y respirar hondo para continuar la marcha esperanzados en que algún día no tengamos que aceptar que los sueños de tener Patria se han truncado definitivamente y tuviésemos que repetir con el Libertador: “Hemos arado en el mar”



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Saúl Molina


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