Carta de crispación al Niño Jesús

Querido Niño Jesús, te cuento con rabia y flatulencia que el
nacimiento que pude hacer este año en casa quedó, horrorosamente feo y
bien desfigurado en su articulación de armado y acabado con lo caro y
escaso que está todo en el país, ni para las bolitas de adornos hubo e
igualmente tuve limitación de vacas, de borregos y borregas que ya no
las traen por lo que nos pusieron a balar con sudor que, además, el
alumbrado de colores en serie fue insuficiente y no bastó y, de día se
ve algo como reflejo, pero de noche nada y como de noche todos los
gatos son pardos es posible que de algo sirva, aunque desde ya me
quejo que hasta el rancho de Belén se me perdió y no hubo forma de
conseguir otro igual por más que imaginé figuras homólogas en su
forma.

En pocas palabras, ya que la preocupación es mucha, le hago saber,
amado Niño qué hasta la fe perdí de perder por completo el buen hábito
de cumplir con mis obligaciones hogareñas de hacerlo todo bien en
estos días decembrinos de paz y espiritualidad y, sé que el cardenal
Urosa Savino, me va a crucificar si llegara a ver el adefesio que
monté en casa, pero los tiempos pasan y las tradiciones se van
perdiendo y, es posible que los dólares tengan que ver con eso, aunque
yo de economía y de guerra económica ando en pañales que tampoco ahora
se consiguen.

Y, lo peor de todo sin contarle aún, mi apreciado Niño es que, para el
24 de diciembre del mes que va en curso no sé, si probaré las hayacas
que antes las de mi mamá no tenían comparación, pero aquéllos eran
otros tiempos en que los adecos estaban en el poder con dólares
baratos y sin paralelo y, la botija llena y, del pan de jamón ni que
decirle, solamente me queda pronunciarlo a ver si me llega su sabor a
la boca y, lo peor Niño es que la regaladera de antaño eso murió con
la revolución y, no queda un ser querido que se apiade de nosotros los
pobres que aspiramos y deseamos a vivir como ricos en el reino de su
iglesia, la que también nos dejó a la deriva y se dedica más a la
política oposicionista y, eso es critícate contra las políticas del
gobierno en cualquier mes del año y, nosotros siempre pelando,
esperando de su comprensión y amor que no nos llega.

Me preocupa como buen venezolano y le soy sincero, adorado Niño Jesús,
es que ni para los regalos de la familia se pudo y cómo si yo tengo
más de siete hijos y, mire usted que calzarlos y vestirlos con sueldo
mínimo no es justo si apenas obtuve tres meses de utilidades que ya se
fueron en loterías y parley a ver si la suerte me ayudaba y, como
siempre quedé ensartado, pero sé que dios está con todos nosotros y
algún día rompo la piñata de la bonanza pensada, aunque este diciembre
de 2014 nos tiene en lista de espera y sólo tú mi Niño, me puedes dar
una manito y aliviar mis penas que no son muchas por conformista
socialista que sea lo que dios quiera.

Ojalá y así lo espero es que la paz reine siempre en este país y no
importa que este año se vaya con todas las adversidades en nuestra
contra, pero también es posible que el año que viene estemos mejor
que, a decir del presidente Maduro, así será y, como él es muy
acertado en sus políticas de Estado con su venia sería mucho mejor,
aunque hay una corrupción en el país que picó y se extendió en todos
los entes del Estado y si a ver vamos Navidad sin corrupción tampoco
es buena, ya que el “vivo” tiene que vivir de algo.

Bueno Niño Jesús, lo único que me queda es desearle un feliz año al
igual que el resto de los ciudadanos y ciudadanas de este gran país
con todos sus males que son pocos cuando hay esperanza de mejorar y,
que así sea por nuestro bien, que no todo ha de ser de mal en peor, ya
que unas son de arenas y otras son de cal y, además tampoco hay mal
que duré cien años que si a ver vamos, pasamos esa raya.


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Esteban Rojas


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